Bailan hasta en sus sillas de ruedas por el 14 de Febrero
En la fiesta del Hogar del Corazón de Jesús no faltaron ni las mascotas
Hasta las ruedas de las sillas marcan el paso de baile en la celebración del 14 de Febrero en el Hogar del Corazón de Jesús. Fabiola Vinueza, de 73 años, no se pierde una sola pieza musical.
Vinueza baila rock and roll, son cubano, salsa, bolero y pasillo. “Y si me ponen tango también lo bailo”, dice riéndose la mujer que no ha permitido que su artrosis, artritis y sus años limiten su alegría.
Ella es la primera en ‘rodar’ a la pista, cuando empieza a cantar Alex del Río y ello anima a los demás residentes del asilo a disfrutar la fiesta.
Fabiolita, como le dicen en el Hogar, trabajó hasta que las fuerzas se lo permitieron como comerciante en la Bahía de Guayaquil.
Fiestas como las de hoy le hacen recordar cuando salía a bailar al Colegio Vicente Rocafuerte, Colonia China o a los eventos que organizaba la Marina. E incluso viene a su mente esos días cuando bailó en conciertos como de Celia Cruz y Sonora Matancera. La Salsa es su ritmo favorito. Ella es una de las residentes del Hogar que da el ejemplo, "de que la actitud positiva es la que debe marcar la vida, no las enfermedades, no los años, no el tener que utilizar un andador o una silla de rueda".
La amistad con las mascotas
En el evento están los familiares, amigos y hasta las mascotas que son parte del programa Terapia de Apoyo Emocional Constante del Hogar.
Oliva, una perra Golden, es la que está de planta. Ella es amiga de todos. Su trabajo, en horario de oficina, es ir de habitación en habitación escuchar a los residentes y jugar con ellos.
Oliva no solo les da soporte emocional, sino que también les ayuda a hacer un poco de ejercicios, juegan con ella con la pelota. Dos perros más ayudan con la tarea, son Petite y Kia, para los residentes como Juan Peña, es maravilloso conversar con Oliva y sentir lo suave de su pelaje.
“Y es que cuando se habla de amor y amistad esto no se puede limitar solo al sentimiento romántico”, opina Peña mientras tienen en su brazos a una de las mascotas.
La camaradería que hay entre todos los que viven en el Hogar se siente en la fiesta.
Los 52 años de casada con su primer enamorado
En el primer bolero que suena los residentes dejan la pista para el matrimonio que vive allí, Alberto Avilés, de 82 años, y Leonor Galán, de 79 años.
Ellos tienen 52 años casados. Recuerdan el día en que ella lo condicionó a pedirle la mano al sacerdote, en la iglesia San José donde ella daba catecismo. Ese diálogo duró una hora y obvio igual tuvo que ir a hablar con quien se convirtió su suegro.
La conoció en una fiesta para comprar votos para el concurso Señorita 10 de Agosto, Leonor era una de las candidatas, él fue a ese evento invitado por su prima Jenny, quien es la mejor amiga de Leonor.
La belleza de ella lo enamoró y a partir de ello tuvo que insistir hasta que ella le dijo que para aceptarlo como enamorado debía pedir su mano al sacerdote César Núñez y a su padre. Así Leonor se casó con su primer y único enamorado. Un amor que ya traspasó medio medio siglo y que cada día se fortalece más.
Las Bodas de Oro lo celebraron hace dos años en República Dominicana, aunque también han viajado en Italia y España. Ellos son residentes del Hogar hace cuatro años por voluntad propia.
En la fiesta del Hogar cada quien tuvo sus razones para celebrar a la amistad y al amor.