El barrio Garay es el escenario de una película ecuatoriana
El filme busca alertar a los padres de los peligros que causan las drogas
El barrio Garay es el escenario de una película que se está filmando y apunta a alertar a los padres de los peligros que causan las drogas.
Zona Libre de Extorsión: Plan estratégico que se implementará en Nueva Prosperina
Leer másLucho Castillo, en el papel de padre, y Jesús Aguilar, en la piel de Mateo, el chico víctima de la indiferencia en el hogar, dan vida a dos de los personajes.
Es basado en hechos reales
Esta es una historia nacida de un hecho real que relata la historia de un joven que en la década del 90 llegó a esa zona y que, en menos de un año, terminó siendo trasladado en una ambulancia hacia un hospital. Y nunca más se supo de él.
El filme, titulado como ‘Centavitos’, se graba en las calles Guerrero Martínez, entre Colón y Sucre, en el suroeste de Guayaquil.
Cristhian Carrera Ayala es el escritor de la historia y además participa en ella con el papel del ‘dealer’(distribuidor de drogas). “No porque sea un gran actor, sino porque yo estuve en ese mundo y supe salir de él”, reconoce.
Carrera, más conocido como Urbano, recuerda que la historia que sustenta la película sucedió entre 1998-99. Recuerda que cuando estuvo sumergido en ese mundo, decía en voz alta: “Diosito, nada de cosas malas, solo cosas buenas. Centavitos de felicidad”. De allí el nombre de su obra que la escribió en 2007, y 10 años después, en 2017, la llevó al teatro y ahora la convierte en película.
‘Centavitos’ no es una historia más, dice Urbano, nacido en Santa Rosa, provincia de El Oro, pero criado en Guayaquil. A los 8 años él ya andaba en las calles, recuerda al contar su vida, una de la que se arrepiente, pero que a la vez se la ha dado a conocer tal cual a sus hijos, como un ejemplo, como una lección.
Lucía Jaramillo deberá completar su denuncia contra Aquiles Álvarez
Leer másCon aproximadamente 50 años de experiencia, el actor de teatro Lucho Castillo es quien lleva la batuta a la hora de enfocar los personajes, interpretados en su mayoría por chicos con ganas o que pueden meterse en el papel porque lo conocen, porque lograron atravesar la prueba que enfrentaron. “Solo es cuestión de pulir detalles”, manifestó. Incluso, un pastor evangélico actúa en el filme, sin ser actor profesional.
Los clientes que suelen llegar al restobar Reffugio, en el barrio Garay, ya se han acostumbrado a ver a los actores. Les llama la atención cómo se graban las escenas en las calles, de forma sencilla.
“Hemos tenido algunas complicaciones por el sector, porque se hace en la calle, pero más puede el cariño, el arte a todo lo que nos exponemos”, dice Castillo.
¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!