El barrio de los jubilados que lucha contra la inseguridad
En la ciudadela Villamil detuvieron a la banda La Rosa; en 2020 atraparon a otras tres. Tienen 152 botones de pánico. Por día piden de 4 a 5 auxilios
Hace siete días los moradores de la ciudadela Villamil, ubicada en el sur de la urbe, repitieron la hazaña de atrapar a una banda de delincuentes, con la ayuda de la Policía Nacional (durante el 2020 pusieron tras las rejas a otras tres). Eran las 15:00 cuando los vecinos pidieron auxilio: cuatro hombres se habían metido a una casa cuyos dueños habían salido.
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Leer másPara cuando llegaron los agentes, los delincuentes ya se subían a un auto y entonces empezó la persecución. Fueron alcanzados cerca del barrio del Seguro, aledaño a este vecindario.
La acción permitió detener a tres miembros de la banda La Rosa y recuperar artículos y dinero que sumaron un monto de 60.000 dólares. La acción en este caso les dibuja una sonrisa que a su vez delata el sentimiento de triunfo que tienen los moradores y los agentes.
Pero saben que esta tarea no ha terminado. “Los delincuentes constantemente vienen, porque saben que la mayoría de los que aquí vivimos somos jubilados”, dice el residente Miguel Salazar.
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Leer másLos habitantes comparan su lucha con la meta de mantener una casa sin roedores: cada cierto tiempo hay que cazarlos. El año pasado habían ayudado a detener a tres bandas. Sin embargo, en la primera semana de enero ya estaban corriendo nuevamente por una más, la banda conocida como La Rosa.
“De allí que solicitamos a las autoridades que instalen más cámaras de vigilancia, porque desde las 14:00 no es seguro caminar por la ciudadela, pues a partir de esa hora circulan los delincuentes en moto”, afirma el morador Isidro Alcívar.
A pesar de que han ayudado a detener a varios delincuentes, no paran los asaltos a las personas, ni el robo de accesorios de los carros.
“Hace unos cuantos días una señorita fue atacada. Eran las 14:30 y le quitaron la cartera, el celular, el reloj y hasta la blusa le quisieron arrancar, pero hicimos ruido para que la dejaran. Fue nuestra forma de en ese momento defenderla”, cuenta Salazar.
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Leer másAsí mismo, se quejan del robo constante de accesorios de carros. Señalaron que los ladrones llegan desde Las Malvinas, el barrio Cuba, los Guasmos y Trinitaria, sectores que están cerca a la ciudadela (la más lejana estaría a unos 20 minutos en carro).
También se quejan de los grupos que se ponen a consumir estupefacientes en la vía pública. A menudo tienen la tarea de barrer las colillas que dejan, pero esta molestia es leve frente al olor que genera la quema de la droga. “No se soporta, apesta y nos provoca dolor de cabeza. Pero los agentes no pueden hacer nada por la tabla que en el pasado se aceptó y que les permite tenerla en sus bolsillos”, cuestiona Salazar.
La delincuencia, adueñada de dos kilómetros del sur
Leer másLa ciudadela Villamil está rodeada por La Saiba y Los Almendros. El circuito Centenario de la Policía Nacional es el que está encargado de patrullar la zona. De esta unidad de la policía es el sargento primero Kleber Quinzo, quien asegura que los uniformados realizan controles a diferentes horas, porque así como ellos hacen inteligencia, los delincuentes también hacen contrainteligencia para cometer los delitos.
El principal problema de Villamil es el robo a personas, pero hacemos constantes controles y estamos pendiente de los botones. Así hemos detenido a cuatro bandas.
Cuenta que participó en la persecución para detener a la banda La Rosa y que uno de los hampones se fugó, pero se mantienen atentos por si regresa a la ciudadela. Quinzo destaca que en la zona hay 152 botones de auxilio. “En promedio se activan entre cuatro y cinco por día. Es decir que en un mes por lo menos se atienden unos 120 sucesos. Pero no todo es por robo, aquí también se reportan peleas y agresiones a la pareja”, indica.
Ratifica que en el vecindario se dan más casos de robos a personas, en segundo lugar está el robo a accesorios y en tercero el robo a domicilios. Los casos que no se han dado son asesinatos y homicidios. Aunque resaltó que en el 2020 hubo una reducción de delitos, por la cuarentena y los operativos que se intensificaron en diciembre.
En la ciudadela a diario hay un robo a un peatón o se llevan los accesorios de los carros. A partir de las 14:00 da miedo caminar por las peatonales, por los delincuentes.
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Leer másPero esta afirmación es algo que los hijos de los jubilados no aceptan, puesto que advierten que no todos los delitos se denuncian.
“Siempre estoy preocupada por los vecinos y mi padre, que necesitan salir a caminar cada día. Son adultos mayores que requieren hacer ejercicio cuando hace menos calor, pero en la noche es cuando más llegan los delincuentes y no pueden caminar con tranquilidad. En el camino se topan hasta con jóvenes que consumen droga. No me siento segura. No siento que están seguros los adultos mayores”, sostiene la ciudadana Violeta Herrera.
El pedido de la comunidad es que se tome en cuenta que es un sector donde habitan más jubilados y por lo tanto los controles deben ser constantes, como los efectuados en diciembre pasado.