Guayaquil: Basura, inseguridad y obras en pausa afectan a El Cóndor
Decenas de vecinos irrespetan los horarios de recolección. Los trabajos de regeneración están abandonados. Prolifera la presencia de consumidores
En el rostro de Mercedes Benalcázar, de 55 años, se observa indignación. Ella habita en la manzana M de la ciudadela El Cóndor, en el noreste de la ciudad, y desde hace algún tiempo debe caminar entre montículos de tierra y piedras, así como de tubos enormes que reposan olvidados al pie de su vivienda.
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Leer más“Un día llegaron maquinarias y trabajadores municipales dizque para asfaltar las calles e instalar tuberías para el desfogue de aguas lluvias; pero solo levantaron la tierra, hicieron excavaciones y dejaron los escombros arrumados”, menciona Mercedes, quien hace dos semanas se fracturó una mano al tropezar con una piedra.
Ella asegura que los trabajos en ese lugar llevan más de cinco meses abandonados. “Cogen, vienen, abren, hacen lo que supuestamente van a hacer y ahí lo dejan. Esto se ha tornado en un verdadero peligro para todos los vecinos”, agrega.
Lo dicho por Mercedes lo corrobora Marcelo Estupiñán, quien vive en una esquina de aquella manzana. “Los hoyos causados por la excavación y que están a un lado de nuestras casas, representan un gran riesgo para quienes pasan por ahí, ya que al caer se podrían lastimar seriamente”, advierte.
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Leer másLas obras abandonadas también producen inconvenientes a los conductores que antes transitaban por esas calles para retornar a sus hogares; ahora deben tomar vías alternas, alargando el tiempo de llegada a sus destinos. “Era fácil llegar a la casa, ahora hay que dar más vueltas”, menciona César Galarza, quien habita en la zona hace 10 años.
La presencia de vendedores y consumidores de sustancias ilícitas es un problema con el que tenemos que convivir. La Policía debería reforzar los controles.
Las averías en las calles también provocaron el daño del taxi que conduce Juan Moreno, quien reside en la manzana L. Por caer en un hueco, tuvo que arreglar una llanta de su vehículo. Eso le costó $ 70.
“Más de cinco meses tienen esos daños. El polvo nos afecta, muchos tenemos tos; por eso solo abrimos las ventanas de nuestras casas cuando echamos agua a la calle de tierra. Así no se puede vivir tranquilo”, indica Celia Rosero, otra residente que vive diagonal a la propiedad de Moreno.
La basura es permanente por el desorden de la comunidad y por la presencia de chamberos que escarban las fundas de desechos que se colocan en las esquinas.
Ella menciona que a sus dos nietos les suele dar gripe con frecuencia por este inconveniente. “A mí también me empiezan a dar problemas con la garganta, por eso prefiero encerrarme para que esto no me afecte más”, anota.
Al mal estado de las calles se suma la inseguridad provocada por la presencia de ladrones, consumidores y chamberos que se han acentuado en la ciudadela donde habitan cerca de 1.500 familias.
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Leer másHace una semana, una moradora de El Cóndor fue arrastrada por un delincuente, en una de las peatonales que permanecen oscuras por la poca densidad que tienen las luminarias de alumbrado público.
Mientras, en el domicilio de otro vecino, dos veces en una misma semana, ingresaron los antisociales para sustraerse sus pertenencias.
“Los niveles de inseguridad que soportamos nos tienen fastidiados”, exclama Hugo Cisneros, quien denuncia que el patrullaje de la Policía no es constante y que por eso los delincuentes tienen el campo libre para cometer sus fechorías.
“Hemos pedido que las rondas policiales se den a todas horas; especialmente en las noches, que es cuando los hampones salen de sus escondites para atracar a quienes se crucen por sus caminos”, resalta Miriam Piloso, quien hace tres días un supuesto chambero le arranchó el teléfono celular, cuando ella se dirigía a su casa.
Piloso relata que a este sector llegan personas de otras partes a fumar sustancias ilícitas. Otros vienen a dormir y para ello arman caramancheles que se esparcen al día siguiente, provocando mala imagen y desorden en el sitio. “Estamos cansados de esta situación y del poco control policial que hay en el lugar”, asevera.
Además de la inseguridad, el sitio se ha convertido en botadero de basura. En las esquinas de las calles Cueva de los tayos, Tiwintza y Base Sur, se pueden observar fundas de desechos que han sido depositadas en las esquinas de las cuadras, luego de haber pasado el carro recolector.
Lo que hasta hace cinco años eran espacios de esparcimiento y distracción, hoy se han convertido en refugios de mendigos, drogadictos, pandilleros y vagabundos que llegan a diario a la ciudadela Brisas del Río, en el norte de Guayaquil.
— Diario Expreso (@Expresoec) December 15, 2021
“El daño se los causan ellos mismos (los moradores). Eso es insensatez, no entienden que eso es lo que más nos perjudica”, reconoce Alan Vera, habitante del sector.
Esta situación es aprovechada por los chamberos que rompen las fundas y esparcen los desechos por la calzada, lo que produce un mal aspecto para este sector donde hay muchos habitantes que sí quieren un cambio para vivir mejor y que se terminen los problemas para recobrar la tranquilidad.