El basural que ‘engorda’ al pie del relleno sanitario de Durán

Dos cigüeñas cuellinegras se posan sobre un montículo de lodo y hierba que perdió su verdor. Sus patas evitan tocar el plástico de varias fundas con logos de supermercados, botellas, pañales y otros residuos que se han esparcido cerca del relleno sanitario de Durán.

El vertedero del cantón vecino de Guayaquil está situado en el kilómetro 14,5 de la vía Durán-Tambo, entrando por un camino secundario.

En varios puntos del flanco izquierdo del botadero se evidencia la contaminación en un gran espejo de agua y áreas de arbustos, árboles y sitios donde pasta ganado vacuno.

Son las 11:00 del martes pasado. Una gran masa de basura se evidencia junto al terreno donde funciona el relleno, al pie de un muro de planchas de cemento que está inconcluso. Los desechos orgánicos e inorgánicos se mezclan con el agua y la vegetación. Eso atrae a aves y enjambres de moscas.

El zumbido de esos insectos compite con los chirridos, silbidos y trinos de los pájaros, y el ruido del motor de tractores y volquetas que a lo lejos circulan en la parte más alta del relleno sanitario, donde se confinan en capas de tierra las 300 toneladas de desperdicios que llegan por día del cantón (9.000 al mes), de acuerdo con los registros del Municipio de Durán.

El director de Gestión Ambiental del Cabildo, Javier Real, sostiene que no hay posibilidad de que los residuos que llegan al botadero se esparzan fuera de ese recinto, “porque a diario la maquinaria pesada se encarga de compactar los desechos en diferentes capas”.

En ese proceso, explica, se usan geomembranas (similares a mallas) que se extienden en una parte de las 30 hectáreas disponibles. Esa cobertura hecha de hule sirve para contener los residuos y canalizar los lixiviados (líquidos altamente contaminantes que se generan por la descomposición orgánica de los residuos), antes de que la maquinaria pesada coloque las capas de material pétreo.

Entonces, ¿cuál es el origen del basural junto al relleno municipal? Víctor Proaño, representante legal de Geolining S. A., la operadora de esas instalaciones sanitarias del Cabildo, sostiene que la masa de residuos se ha formado con el tiempo por las descargas indiscriminadas de personas y empresas que buscan evadir el pago de la tasa por ese servicio.

“El Municipio cobra una tarifa de $ 75 por botar ahí. ¿Qué hace la gente en época seca? No quiere pagar y la bota afuera del relleno. Nosotros muchas veces la recogemos. A veces viene la gente en volquetas y la bota. Entonces nos toca salir, recoger y entrar”, asevera Proaño, quien menciona las certificaciones que ha recibido la operación de tratamiento de los desperdicios.

La Municipalidad se suma a esa versión. Afirma que la basura junto al relleno la está recogiendo el operador “para darle tratamiento sin ningún costo para el Municipio y también está extendiendo el cerramiento con la finalidad de evitar robos”. Aunque el operador no precisa si esa tarea se hace de forma permanente. El Cabildo tampoco detalla las medidas que ejecuta para frenar el problema.

“El Municipio está haciendo un levantamiento para sancionar a las empresas que generen desechos y no los depositen en el relleno sanitario, a través de su ordenanza que ya está en vigencia”, responde el Cabildo ante un pedido de información.

El operador también indica que ejecuta trabajos de construcción para terminar el muro perimetral a más tardar a inicios de mayo. Allí personas y empresas descargan basura de forma ilegal. Sin embargo, en la visita que este Diario hizo al sector el martes pasado en horas laborables, no se vio maquinaria pesada en tareas de relleno o nivelación del terreno, ni presencia de obreros.

Además de buscar una solución al problema de la mala disposición de desechos en ese sector, el Municipio tiene que definir el futuro de la administración del relleno sanitario, ya que en enero finalizó el plazo del contrato que se firmó en 2020, por $ 3,7 millones, según los registros de Compras Públicas.

Desde el 16 de febrero, el Cabildo impulsa el proceso de contratación de la “operación, manejo, control y supervisión de la disposición final de los desechos sólidos no peligrosos con recuperación de áreas intervenidas en la ciudad de Durán”, con un presupuesto de $ 4,4 millones.

Según la documentación, los interesados podían presentar sus ofertas hasta el 14 de marzo. Y ocho días después se adjudicaría esta obra.

• Las personas no colaboran, dice Cabildo

El Municipio de Durán ha identificado varios microbotaderos de basura en el cantón. Javier Real, director de Gestión Ambiental del Cabildo, asegura que la recolección de desechos por parte del consorcio responsable se registra sin novedad en las frecuencias establecidas y como en el caso de El Recreo, todos los días. El funcionario responsabiliza de la formación de botaderos informales a ciudadanos que arrojan allí sus desperdicios a cualquier hora y también a los chamberos.