Una biblioteca que guarda plantas secas
El herbario de la Universidad de Guayaquil es un centro de investigación botánico para alumnos y docentes. Tendrá un edificio propio
Lo que comenzó como un Departamento de Botánica, creado por expertos extranjeros en 1969, hoy se ha convertido en el primer archivo de colecciones y datos sobre la flora de la región occidental de la Costa ecuatoriana; y una ayuda para que estudiantes, profesores y diferentes profesionales puedan investigar y ampliar sus conocimientos sobre la diversidad de plantas y sus usos.
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Leer másSe trata del Herbario GUAY, administrado por la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad de Guayaquil, que se asemeja a una biblioteca, solo que en lugar de libros guarda más de 32.000 muestras de plantas vasculares del país (con flores) archivadas por géneros: maderables, medicinales, tóxicas, frutales, acuáticas, leguminosas... , que pueden ser usadas en la investigación botánica.
Científicamente, cuenta con el aval internacional de la Asociación de Herbarios del Mundo, cuya sede está en Estados Unidos. Asimismo, mantiene canje de ejemplares con instituciones nacionales como la Pontificia Universidad Católica de Quito y el Herbario Nacional; al igual que con entidades académicas y botánicas de Dinamarca, EE. UU., Alemania y Cuba.
Carmen Bonifaz, directora del Herbario GUAY, destaca que este banco de información sobre el reino vegetal trae beneficios prácticamente para todos los sectores de la sociedad.
Tenemos la biografía de cada planta con su respectiva investigación científica. Entregamos información sobre una determinada especie.
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Leer másDoctores de diferentes hospitales de la ciudad han recurrido a este espacio para conocer las propiedades de algunas plantas, cuyos frutos llamativos han sido consumidos por ciertos pacientes que presentan cuadros de envenenamiento.
“Nosotros les hemos proporcionado la información de los compuestos que tiene la planta ingerida y, con esa base de datos, los galenos han podido aplicar la medicina y el tratamiento adecuado para evitar la muerte de alguna persona”, explica, al destacar que los profesionales a cargo de esta biblioteca de plantas secas también han detectado la presencia de plantas venenosas en los jardines de las viviendas y de inmediato han denunciado su presencia para que las autoridades competentes ejecuten las acciones del caso.
En el área judicial también se ha requerido la ayuda del herbario, sobre todo cuando se trata de problemas originados por la tala indiscriminada. “Nosotros certificamos si el árbol o planta talada es endémica o no y si está en peligro de extinción, para que la justicia pueda procesar en caso de encontrar culpabilidad”, anota Bonifaz.
Es el punto nuclear de generación de conocimiento de las plantas en la región occidental de la Costa y un sitio de encuentro para investigadores.
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Leer másAsimismo, apoyo para resolver líos originados por la exportación de madera. “Aquí damos el visto bueno para que los troncos pueden salir o no del país, una vez que cumplan con los requisitos exigidos”, anota.
Los conocimientos especializados que se archivan en este sitio ayudan a la comunidad en general. Es así que para la comercialización de plantas medicinales se debe contar con una certificación de este archivo botánico.
Los miles de especímenes que contiene el herbario deben pasar por varias etapas antes de ser incorporados a la colección.
Las porciones de plantas recolectadas, generalmente ramitas con flores, son llevadas a un proceso de secado y luego montadas en cartulina especial, cuyo tamaño estándar es el mismo utilizado en todos los herbarios del mundo.
Estas se acompañan con una tarjeta que incluye nombre científico, características morfológicas e información de colecta, entre otros. Luego son archivados, para su conservación, en unos gabinetes de metal, herméticos y acomodados, ya sea en orden alfabético o filogenético (de parentesco), según se determine.
Existen unas 12.379 muestras de especímenes de diversas familias de plantas de la región occidental de la Costa ecuatoriana (Guayas, Esmeraldas, Manabí, Los Ríos y El Oro), que ya han sido ingresadas a una base de datos. Pero todavía faltan de procesar e incorporar a la colección principal cerca de 20.000.
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Leer másAl momento se trabaja en el programa de digitalización de las plantas vasculares, que ha sido aprobado por la universidad, y se prevé reanudar los trabajos de construcción del edificio donde se trasladará este archivo y en el que, además, funcionará un museo botánico.
Las plantas secas del herbario son la evidencia de la riqueza de nuestra flora nacional. “Aquí hay especímenes recogidos en bosques que han sido fragmentados por el desarrollo y progreso. Por eso es importante la información vegetal de estos sitios para que existan reportes científicos de estas especies que posiblemente desaparezcan algún día”, anota la bióloga.
Xavier Cornejo, curador asociado al herbario, reafirma que la información que allí se almacena es de gran importancia para las asignaturas de Biología, Morfología Vegetal, Botánica Sistemática y Biología Vegetal que él imparte a sus estudiantes en la Facultad de Ciencias Naturales, donde es docente titular.
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“Es importante que haya colecciones de plantas y que se alimente el conocimiento, ya que este ayuda para enseñar en las aulas de clases; muchas veces con información nueva que ni siquiera hay en los libros y que es muy útil en la formación profesional de los estudiantes”, resalta.
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Leer másEl también investigador reconoce que el herbario aporta a la academia en la parte educativa, ya que los alumnos tienen a su alcance los datos de las plantas que están analizando. También es el motor o el sitio donde se produce información nueva a nivel local, regional y nacional.
En el herbario trabajan dos personas (Bonifaz y Cornejo), pero la recolección de las plantas se la hace con la ayuda de estudiantes y personal especializado contratado por la universidad.
Para el biólogo Carlos Cisneros, quien desde su época de estudiante ya estuvo fascinado en las plantas, este trabajo es necesario porque al momento hay menos interesados en el estudio de la vegetación.
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“A la mayoría le gustan los animales, los mamíferos, los pájaros, pero pocos son los que están interesados en trabajar en un herbario. Puede ser considerado un proceso tedioso, pero es muy necesario para saber qué pasa en nuestra región, en el país, en el mundo”, concluye.