Tener cabeza para todo, pero no hijos
Adultos jóvenes no planean su vida con hijos. Esta ideología puede presentar ventajas en el ambiente, como desventajas económicas en un lejano futuro
Las parejas de la nueva era, a diferencia de épocas pasadas, no ven o se sienten obligados a tener hijos. Un ‘deber’ que sí o sí deben cumplir ante la sociedad, sino como un lujo que pocos se pueden dar, aquellos que cuentan con los suficientes recursos económicos para proporcionar una vida digna a su descendencia.
“No me molestan los niños, pero sí me da mucho miedo el mundo al que son traídos”, dice Julianne Allen, de 22 años. Ella junto con su esposo Enrique Landívar, de 26 años, concuerdan en que este mundo está lleno de problemas de seguridad social, con un continuo cambio climático, por eso no les atrae la idea de tener un hijo, ahora ni nunca.
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Leer más“Los dos queremos concentrarnos en nuestras carreras, no consideramos que tengamos, en unos cinco años más, los recursos suficientes para tener un hijo, y aunque tengamos el dinero y el tiempo no creo que deseemos. Igual estamos felices con nuestros gatos”, asegura entre risas Allen.
“Creo que traer a un niño en medio de todo este desastre climático en el que vivimos no sería lo correcto”, dice Arianna Macías, de 23 años.
Emilio Proaño, de 24, piensa igual que Macías. Lleva dos años de noviazgo con ella, pero el tiempo que llevan de conocerse es más de una década.
“Yo deseo viajar mucho, trabajar, y el tener un bebé pone en alto este tipo de planes, en cualquier caso, mis hijos serían mis perros”, resalta Proaño.
Macías anota además que, al tener varias hermanas y sus padres ‘mayorcitos’, siente miedo perderlos “antes de tiempo” y que sus hermanas no tengan el cuidado suficiente antes de ser adultas.
No quiero hijos, yo quiero graduarme y lograr mis metas profesionales; y aún así, no siento la necesidad de ser madre a futuro.
Suena feo, pero la realidad es que muchas veces los niños son un obstáculo para cumplir tus sueños; y, yo deseo cumplir los míos.
Vivian Vives y Víctor Cabrera, ambos de 22 años, llevan juntos casi dos años, pero la temprana edad y tiempo que tienen como pareja no les ha impedido hablar de sus posturas sobre los hijos. Al igual que las anteriores, ambos afirman que no quieren ser padres.
“No quiero ese peso y la situación de seguridad nacional tampoco es la adecuada para tener un hijo, si siquiera a futuro”, considera Cabrera. Vives en cambio no piensa en el futuro muy seguido, pero tampoco le atrae la idea.
“Mis padres o familiares dicen muy seguido que entenderé la felicidad de ser madre cuando lo sea; y, honestamente esos comentarios me hacen sentir presionada por seguir un camino del cual ni siquiera estoy segura que quiero recorrer”.
Nicole Villagrán y Sebastián Carcache, ambos de 25 años, llevan casados año y medio, pero se conocen desde 2014. En todo este tiempo que llevan juntos han podido hablar sobre tener o no hijos, y es un tema del cual aún no están seguros si quieren o no.
Quiero sentirme preparada en caso de llegar a tener una criatura. No tuve la mejor infancia, y por eso sí quisiera prepararme para considerar la opción de maternidad, no para serlo. No siento que pueda decir un sí o no quiero, actualmente no quiero y a futuro no estoy segura”.
Pero no todas las parejas se alinean por completo en esos deseos. Fernando Pazmiño no se cierra ante la idea de ser padre; sin embargo, Melany Baldeón, ambos de 26 años, está clara que su camino en la vida no está la maternidad como una de sus rutas a seguir.
“Yo tengo dos hermanas, y en varios momentos de mi adolescencia siento que fui en parte madre, al cuidar de ambas, sentir esa presión de cuidar una persona que no eres tú, nunca me ha gustado ese sentimiento”, confiesa Baldeón al referirse a ser madre y tener hijos.
Pazmiño no rehusa la idea de criar un niño en el futuro, pero primero quisiera sentirse preparado para hacerlo.
“Ahora no quiero, necesito terminar mi carrera y buscar empleo fijo en mi profesión”. Considera que para tener un hijo lo esencial es ser capaz de proveerle todos los privilegios posibles.
No me llama la atención la crianza, pero los estigmas sociales me hacen tener miedo llegar a los treinta y no ser padre o casarme.
La opción de tener hijos no me asusta, pero ahora quiero obtener mi título y poder ejercer. Ahí tal vez pueda ver un niño en mi futuro.
La socióloga Alexandra Morales explica que las nuevas generaciones ya no ven la reproducción como algo que deba ser obligatorio en sus vidas. “Muchos jóvenes ahora consideran el traer vida al mundo como algo muy complicado por la situación económica y ambiental por la que atravesamos. Las generaciones anteriores han agotado demasiados recursos ecológicos y se dificulta más la supervivencia de las personas”, señala.
Además de estas razones, añade que las personas se cuestionan más el traer otra persona a la vida, en especial las mujeres, que ya no tienen el pensamiento de que volverse madre es el fin del camino, sino que deciden concentrarse en desarrollar sus carreras y vidas.
“A futuro, no podemos hablar de una extinción masiva porque la gente no quiere hijos, porque no es así, pero tampoco podemos descartar un colapso económico debido a las bajas en natalidad, donde los primeros afectados serían los futuros jubilados. Aunque un efecto positivo ante esto se daría en la huella ecológica que se genera, sería menor el impacto”, estimó la profesional.