Calle Ayacucho: Asaltos, secuestros y 'vacunas' asfixian a comerciantes
Propietarios de locales en esta zona de Guayaquil dicen que vendedores informales actúan como informantes de delincuentes
Encomendados a Dios y aterrados porque todas las semanas les roban, secuestran o extorsionan y no saben quién será la siguiente víctima de los hampones. Así trabajan a diario los comerciantes de repuestos y accesorios automotrices de la calle Ayacucho y otras vías aledañas, en el centro de Guayaquil.
En este sector, los dueños de los negocios reclaman que las ventas han caído hasta un 60 % este año por la inseguridad. Los asaltos están a la orden del día y por eso los compradores no llegan en el número deseado.
(Te puede interesar: Álvarez denuncia “brutal agresión” a metropolitanos en la Martha de Roldós)
“Hace unos días estaban unos clientes afuera esperando que los atendieran, llegaron los ladrones en motocicletas con revólveres y les robaron el dinero, carteras, billeteras y celulares”, relata Ronny Méndez, propietario de un negocio en la zona.
Cuestiona que la falta de patrullaje en el sector, pese a que han insistido muchas veces con esta petición a las autoridades, facilita el accionar de los ladrones y secuestradores. “Ese día (el del robo a los clientes) se llamó al ECU-911 en tres ocasiones y nunca aparecieron (los policías)”.
Robo de cables en Guayaquil: En lo que va del 2024 se registran 341 casos
Leer másLos comerciantes dicen que no hay semana en la que los secuestradores no se lleven a alguien. Por eso viven con miedo de ser las próximas víctimas.
Y en medio de tanta tensión comienzan los señalamientos. Pidiendo el anonimato por temor a represalias, varias personas dicen estar seguras de que algunos ‘vincheros’, como llaman a los informales que se dedican a instalar películas polarizadas, remaches, vinchas y accesorios en la vía pública, son secuaces de los delincuentes.
“Es mucha coincidencia que cuando consiguen un cliente, a los minutos aparecen los ladrones que ya saben a quién robarle y qué es lo que tiene encima. Hay rumores de que hay una lista de víctimas. Algo de cierto debe haber, porque todas las semanas se llevan a alguien”, cuenta una vendedora del lugar.
“Ya le dije a mi esposo que si me secuestran no pague ni un centavo, que denuncie a la Unase (Dirección Nacional Antisecuestros), que en algún momento, viva o muerta, he de aparecer”, exclama la mujer, quien prefiere no identificarse, pues asegura que las bandas tienen “ojos en todas las esquinas”.
¿Cuánto pedían los secuestradores por rescate?
Uno de los últimos casos de secuestro ocurrió el viernes 7 de junio, cuando cuatro antisociales se llevaron bajo amenazas al hijo de un comerciante.
Los pillos pedían 100.000 dólares para liberarlo. Sin embargo, la familia decidió no pagar sino contactar a la Policía, la cual un día después logró ubicar la vivienda donde tenían retenido al joven y lo rescató sin heridas físicas, pero con secuelas psicológicas.
Asesinan a dos hombres en la avenida Domingo Comín
Leer másEl empresario accedió a hablar con EXPRESO en una ubicación segura, custodiado por guardia privada, y a los pocos segundos de iniciada la entrevista empezó a recibir llamadas y mensajes que aseguró eran de los secuestradores. “Cambié mi número hace pocos días y nuevamente me están llamando. Más que miedo, tengo ira. Quisiera enfrentarlos, pero la Policía me recomendó mantenerme bajo perfil”, dice indignado.
Otra medida que le tocó implementar fue el uso de un chaleco antibalas. Pese al peligro, el hombre se niega a dejar de atender a sus clientes, pero lo hace con un guardaespaldas, quien no se despega de su lado.
Los propietarios de los negocios indican que muchos locales se encuentran al borde de la quiebra, pues desde la pandemia de la COVID-19 las ventas bajaron y luego de tres años, cuando sentían que la situación mejoraba, la insufrible ola de criminalidad los vuelve a perjudicar.
“Los ‘vacunadores’ llegan y piden cifras imposibles. A unos les han pedido 10.000 dólares, a otros 6.000. Los bancos no nos dan más créditos, tenemos carros en prenda para poder mantener los negocios abiertos. ¿De dónde vamos a sacar esos valores?”, expresa el dueño de una tienda de repuestos eléctricos.
Inspectores municipales, otro problema para comerciantes
Para empeorar la situación, también tienen que lidiar con otro problema: los inspectores municipales. Según los mercaderes, ellos llegan durante las noches y los multan sin darles oportunidad a la defensa.
“Los ‘cachineros’ destruyen las fundas de basura, vienen los del Municipio y si encuentran una tarjeta o proforma de un negocio entre los desperdicios, a ese le ‘clavan’ el sello y la multa”, reclama un comerciante.
Este Diario tuvo acceso a un video de las cámaras de seguridad de la zona y corroboró que el pasado 27 de marzo, a las 22:34, minutos después de que los recicladores regaron desperdicios en una vereda, empleados municipales escarbaron en la basura, hallaron la tarjeta de un negocio y a este le colocaron un sello por la contravención.
Las carpas ya es´tan, faltan los policías
Frente a la inseguridad, los dueños de los negocios de la calle Ayacucho organizaron el jueves 13 de junio una marcha y exigieron con pancartas atención del Gobierno central.
Esta manifestación hizo eco en el gobernador del Guayas, Vicente Auad, quien realizó una visita al sector el martes 18 de junio para conocer la situación en palabras de los comerciantes y también dispuso la instalación de carpas policiales.
Un día después del anuncio de Auad, EXPRESO corroboró que las carpas habían sido instaladas, pero no había ni un solo policía allí, ni patrullando la zona.
Para seguir leyendo EXPRESO sin restricciones, ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!