Guayaquil: Las calles, sin planes eficaces contra el consumo de drogas

La constante lucha contra el tráfico de drogas lleva a las autoridades a buscar estrategias que, por un lado, se reflejan en la incautación de sustancias sujetas a fiscalización. Entre el 2020 y 2022, Ecuador casi duplicó las cantidades de drogas decomisadas. De 128 toneladas confiscadas, la cifra creció a 201 a finales del año pasado. Hasta mediados de abril de 2023, se registró un acumulado de 53 toneladas, según indica el Ministerio del Interior.

Si bien, el decomiso aumenta en el territorio, en las calles de la Zona 8 (comprende Guayaquil, Durán y Samborondón), pero particularmente en la urbe porteña, también se observa a diario otro panorama con el consumo, que no refleja resultados de grandes estrategias.

Te invitamos a leer: Seis sectores de la ciudad, en vilo por el consumo de drogas

“Es una imagen que se ve en todos lados de la ciudad. Son muchachitos que pasan por tantas cosas... ahora han cogido de vender caramelos, pero eso es para su consumo de drogas. No vemos que se ataque también eso... queremos que cambie todo. ¡Estamos patas arriba!”, exclama Eugenia Mora, al referirse a los jóvenes que ve todos los días en los bajos de la abandonada estructura que utilizó el colegio Ana Paredes. Son personas en situación de calle y consumidores de sustancias que deambulan por el sector. Igual situación se ve en muchos sectores de la ciudad, a la vista de todos.

“Yo siempre digo que, cuando yo sea alcalde, lo primero que haría es un albergue inmenso con comida, baños, todo y pongo a hacer cualquier cosa a estos chicos para mantenerlos distraídos, con la mente ocupada...”, sueña la ciudadana.

Pero, ¿qué estrategias o proyectos despliega el Gobierno contra el consumo de drogas, en paralelo a la lucha que realiza contra el tráfico ilícito y microtráfico de drogas? Puntualmente, en la ciudad de Guayaquil, qué están haciendo para disminuir ese ‘rostro feo’ que la ciudadanía denomina a las imágenes que se replican en muchos sectores?, fueron, entre otras, las preguntas que EXPRESO envió al Ministerio de Salud. Hasta el cierre de esta edición no llegaron respuestas.

Te invitamos a leer: El tráfico de drogas le pone ‘fecha de caducidad’ a los jóvenes en la Zona 8

A nivel nacional, existen 12 centros especializados en tratamiento a personas con consumo problemático de alcohol y otras drogas (Cetad) con esta modalidad, entre los cuales suman un total de 473 camas para brindar atención a pacientes de manera gratuita a aproximadamente 1.000 personas anuales, toda vez que la normativa establece que este tipo de tratamiento en modalidad residencial es hasta 6 meses, señala en su página web el Ministerio de Salud Pública (MSP).

De allí que recuerda que tanto las normas internacionales y nacionales determinan restringir lo menos posible la libertad de una persona al momento de brindar tratamiento por salud mental.

Los centros de tratamiento públicos están ubicados en Guayas, Pichincha, Manabí, Pastaza, El Oro, Azuay, Esmeraldas, Otavalo y Portoviejo.

¿Y qué planes o proyectos tiene la actual administración municipal para reducir la presencia de consumidores de sustancias sujetas a fiscalización en las calles de la ciudad?

Según el Municipio, el programa Por un Futuro Sin Drogas (Pufsd) implementará un plan de acción diseñado en estrategias de atención médica primaria, al paciente en situación de calle, para fortalecer así la atención en nuestra red de salud municipal a una población susceptible y con un alto índice de vulnerabilidad.

“Estaremos junto a los profesionales de la salud municipal, implementando de forma asertiva y eficiente el uso adecuado de medidas de socialización, dando a conocer nuestros esquemas y proyectos de prevención de conductas adictivas y adicciones a las nuevas tecnologías (redes sociales), con enfoque característico a cada grupo etario, lo cual, actualmente se evidencia en el ambiente social de nuestros niños, jóvenes y familias”, detalla la doctora Julieta Sagnay, directora del Pufsd.

Enfatiza en que el programa se basa en recuperar el tiempo de calidad en familia, con estilos de crianza saludables, fomentando la prevención de conductas adictivas desde la comunidad, en las unidades educativas de toda nuestra ciudad.

El doctor Rómulo Bermeo, de la Comisión de Proyectos Comunitarios y Prevención de Consumo de Drogas del Colegio de Médicos del Guayas, observa que el Gobierno está enfocado en el narcotráfico, a evitar que salga droga para otros países, pero eso es solo una arista del problema.

Te puede interesar: Experto da claves para la recuperacion de adictos a las drogas

“Considero a título personal que el problema drogas no es el consumo en sí, sino los factores que abonan a ese consumo. Tenemos que partir de una disfuncionalidad familiar, ya que el 72 % tiene algún grado de disfuncionalidad, ya sea moderada o grave, ausencia de los padres, mala comunicación, hogares desestructurados, conflictos familiares y muchas cosas más que engloban este término de disfuncionalidad familiar. Solamente, el 28 % vive en un hogar aparentemente funcional, es decir, con papá y mamá, pero no tenemos un conocimiento claro de cómo viven”, explica el profesional, quien conoce de cerca el tema.

A diario, visita sectores del suroeste, donde existe un alto índice de adictos. En ese día a día, llevándoles desayuno, almuerzo o merienda, ha visto la necesidad de atención, comunicación y solidaridad que expresan adolescentes y adultos.

“El que consume H, plo plo, crispi está en torno a los 12 hasta los 40 años, donde he centrado mi atención. El alcoholismo sí es para adultos mayores y eso es importante. El alcohol y el tabaco, que son drogas socialmente aceptadas, causan mayor daño como las otras, pero no las toman en cuenta”, sostiene el médico.

Te invitamos a leer: Guayaquil: Un consumo que no caerá con la eliminación de una tabla

De allí que considera que si se quiere luchar contra las drogas, poco se logrará solo tratando de decomisar, de luchar contra microtraficantes. “Tenemos que trabajar más en proyección futura en prevención, que es la vacuna contra las drogas; desde edades muy pequeñas: 9, 10, 15 años, edades en las que no hay contacto directo a las drogas, pero ya a nivel de los 11 años tenemos ese peligro en el colegio, en el barrio, porque los chicos quieren una libertad entre comillas y una autosuficiencia que los hace andar solo y no cuentan con el control permanente de los padres... eso los hace ser más vulnerables a los peligros que existen”, alerta Bermeo.