El canal de aguas lluvias entre Urbanor y Alborada, una crisis que persiste
El sitio está contaminado y frente a ello los residentes exigen solución. No quieren acciones parche
El pedido de transformar el canal natural de aguas lluvias que divide a Urbanor 1 de la sexta etapa de la Alborada toma fuerza nuevamente, luego de ver el estado en el que se encuentran sus aguas. Para los residentes que, desde 2018, han exigido al Municipio de Guayaquil que lo limpie, construya un ducto cajón o, a través de un proyecto medioambiental, habilite un malecón, el espacio está más que contaminado y los está enfermando.
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Leer más"El estado en el que se encuentran sus aguas es deplorable; son verdes, tienen moho, hay mosquitos y huele horrible. Es imposible vivir y convivir así. En este espacio, a los costados del canal, muchos residentes intentamos hacer deporte o simplemente desestresarnos para salir de la rutina y el encierro. No es posible que ahora no podamos ni salir al espacio público porque este está decadente", se quejó Norma Reinoso, residente de la Alborada, quien hizo un llamado a la Alcaldía o a los concejales para que visiten el lugar y constaten cómo está y qué se puede hacer en él.
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"¿Por qué este tema no lo aborda el Concejo Cantonal? ¿Por qué no vienen acá los ediles que antes pidieron su voto? ¿Por qué no priorizan nada? Vivir así no es vivir, es sobrevivir. Pasamos encerrados de por sí por la inseguridad, y ahora despertando y durmiendo con los olores nauseabundos", sentenció Ruth Cabrera, residente del sector.
Un problema que arrastra años
Ya en 2021, como publicó EXPRESO, los residentes de ambas ciudadelas del norte se reunieron para exigir a las autoridades la ejecución de un proyecto que mejore las condiciones de este canal de casi 800 metros de extensión.
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Cansados de no obtener resultados, establecieron una asociación comunitaria con el propósito de que el Municipio analice la construcción de un ducto cajón para poner fin a los malos olores. El pedido lo hicieron a la administración pasada a través de una carta, pero las respuestas no llegaron, ni mucho menos las soluciones.
Nancy Quevedo, moradora que en 2021 tenía 25 años viviendo en Urdenor 1 y quien en esa época fungía como vicepresidenta de la asociación, ya entonces estaba harta de observar a distintas personas arrojando desechos al canal en cualquier momento.
“Esto se ha convertido en un basurero público y ya no se soporta el hedor. La atención que tenemos es que podan los árboles, pero eso no es la solución definitiva a este problema denunciado desde hace años. Hasta animales muertos hemos visto”, precisó Quevedo, al recordar que otra de las solicitudes era que las autoridades aprovechen los alrededores del sitio para acondicionar un parque lineal.
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Brick Reyes, arquitecto y catedrático de la Universidad de Guayaquil, por ejemplo, ya a fines de 2024 sostuvo que, en lo que respecta a este canal o a los que se encuentra en Samanes 5 y Las Orquídeas, es posible poner en marcha proyectos de arborización para mejorar la calidad del paisaje, la calidad del aire, crear microclimas con temperaturas más bajas y favorecer la sombra. Parte del éxito de la propuesta, remarcó, es que la participación de la comunidad debe ser efectiva, con educación comunitaria.
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Reyes hizo énfasis en que el manejo de los canales en áreas urbanas es crucial para garantizar la seguridad pública y la calidad de vida. Es por esto que otra sugerencia, dijo, radica en aplicar un revestimiento de hormigón, complementado con diseños de espacios verdes. “Sería ideal implementar infraestructura verde, ya sean superficies verdes, jardines pluviales, pavimentos permeables...”.
El académico aseguró que los canales abiertos requieren un enfoque integrado en el que se combinen la infraestructura física, la planificación urbana y sostenible, y, por supuesto, la comunitaria.
Por su parte, Félix Chunga, máster en Urbanismo y Planificación Estratégica, aseguró que hay alternativas para estas áreas. Una de ellas es la infraestructura verde, estrategia con la que se destinan áreas del territorio para mantener el equilibrio entre la urbanización y el medio ambiente. “Se basa en utilizar elementos de paisajismo y grandes áreas de protección ambiental, como parques forestales y áreas de reservas naturales... En otras palabras, son grandes áreas inundables a propósito, no las pobladas (con estructuras) como viviendas, hospitales o escuelas”.
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Leer másChunga hizo hincapié en la implementación de áreas inundables aplicando también la infraestructura verde, para que, por ejemplo, sean áreas recreativas y deportivas. Sostuvo que lo que hay que hacer es limpiar los canales y no taparlos. “Lo ideal es aprovecharlos como parte de las áreas del espacio público, ya sea en los barrios o en las ciudadelas”.
“El problema es que se ha venido degradando mucho el espacio público y se piensa que el espacio público solo es el parque, la plaza o el malecón. Pero no es así, el espacio público debe estar integrado por estos espacios naturales que también nos sirven como reguladores del clima y del medio ambiente, y eso no se lo ha estudiado”, explicó.
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