PROYECTO DE REGENERAC (13528446)
Este edificio funcionó más de cincuenta años, y lleva abandonado casi el mismo tiempo. Está en la calle Julián Coronel.ALEX LIMA

El potencial encerrado de la antigua Cárcel Municipal de Guayaquil

El edificio lleva abandonado más de 50 años y la Academia exige su rescate. La comunidad clama por un espacio cultural

En la calle Julián Coronel se alza uno de los patrimonios civiles más representativos de la historia de Guayaquil: la antigua Cárcel Municipal, un espacio que lleva más de cincuenta años en desuso y que la academia busca rescatar de la prisión del olvido. 

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El proyecto de readecuar este espacio

“Hoy en día, está en estado de deterioro muy avanzado, más que nada en lo que es su planta alta, que se encuentra prácticamente en ruinas”, explica Carlos Gorozabel, quien junto a su colega Benjamín Naula de la Universidad de Guayaquil desarrollaron su tesis en un proyecto de reinterpretación y rehabilitación de la antigua cárcel. 

“Para saber qué se podía hacer en ese espacio, hicimos una encuesta a la comunidad del cerro del Carmen y la parroquia Pedro Carbo-Concepción, aledañas a este patrimonio”, añade Gorozabel.

El resultado, aunque lógico, es una antítesis del propósito original de este edificio: la comunidad quiere que sea un espacio cultural, borrando la reminiscencia del horror que representó en su tiempo y que fue relatado por escritores como Justino Cornejo, en su célebre ensayo ‘Celda carcelaria’, o plasmado en los registros de historiadores como Fernando Mancero. 

Cárcel Municipal
Se considera un patrimonio por su arquitectura: hormigón armado y pilares de concreto.ALEX LIMA

Arquitectura a través de su historia 

Este historiador cuenta que, ante la necesidad de un espacio más seguro que una prisión de madera, a finales del siglo XIX los habitantes de la ciudad exigieron una cárcel mejor estructurada. El diseño lo planteó el arquitecto italiano Rocco Queirolo, pero el Gran Incendio de Guayaquil de 1896 calcinó la iniciativa.

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Sin embargo, con sus cenizas trazó una nueva propuesta el arquitecto venezolano Francisco Manrique. Así, se eleva con hormigón armado y pilares de concreto la Cárcel Municipal, “un infierno en vida”, dice Mancero, por los abusos que ocurrieron en este edificio que encerró lamentos desde 1907 hasta 1966. 

Hoy son los arquitectos ecuatorianos Gorozabel y Naula quienes pensaron en reinventar el espacio que, por comodato, el Ministerio de Cultura y Patrimonio ha reservado para la Universidad de las Artes de Guayaquil (UArtes).

“Dentro de la zonificación que propusimos, incluimos un pequeño museo, áreas para la administración, una sala de inducción para recorridos históricos, pequeños locales de comida y souvenirs. Luego, lo conforma un espacio educativo, con salas para música porque ciertos muros tienen una gran capacidad para aislar el sonido”, detalla Naula, agregando que el sitio está bastante apto para ser un conservatorio musical y un potencial atractivo turístico de la ciudad. 

¿Por qué la UArtes no interviene el espacio?

Los planos de los arquitectos de la Universidad de Guayaquil coinciden con la idea que la UArtes tiene para esta cárcel, solo que ese proyecto, hasta el día de hoy, está a la espera de financiamiento. “Estamos pendientes de una asignación presupuestaria. En diciembre de 2019 se suscribió un contrato, pero se tuvo que terminar por mutuo acuerdo, porque la pandemia obligó a devolver los fondos”, le cuenta a este Diario la coordinadora de infraestructura de la institución, Betty Arias.

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Esta situación desilusiona no solo a los interesados en la cultura de Guayaquil y su antigua cárcel, sino que sentencia las esperanzas de estudiantes de la Universidad de las Artes como Raúl Vélez, quien opina que la idea de habilitar un edificio para su carrera es ‘utópica’.

‘‘Esto significaría que habría más espacios para ensayar y cubrir las carencias que ya de por sí tenemos en nuestra institución. Nuestras aulas no son las mejor adecuadas para recibir clases. Ese nuevo lugar demoraría años en hacerse, aunque supongo que quedará en la nada, como mucho de lo que proponen los gobiernos”, manifiesta el músico en formación. Él además teme que por no aprovechar oportunidades así, su carrera cumpla pena de muerte.

Arquitectos Cárcel Municipal
(De izquierda a derecha) Los arquitectos Benjamín Naula, Carlos Gorozabel y Brick Reyes revisan los planos de su propuesta.ALEX LIMA

“Lo importante es rescatar estos edificios patrimoniales que están en decadencia”, resalta el arquitecto Brick Reyes, tutor de tesis de Naula y Gorozabel. El académico asegura que la Facultad de Arquitectura constantemente propone proyectos que benefician a la comunidad.

“El Gobierno debería regirse a lo que sugiere la Academia, porque esta se fundamenta en aportar a la sociedad resultados probados rigurosamente por el estudio. Es importante que el Estado financie estos proyectos, porque esto es parte de la historia y nosotros no podemos darle la espalda a la historia”, expresa Reyes, con orgullo de lo que sus estudiantes proponen para la cultura de Guayaquil.

En la Julián Coronel, históricamente llamada ‘calle de los lamentos’, yace un espacio que aún aguarda una sentencia. Esto ocurre en un contexto de inseguridad en el que el pueblo ecuatoriano nuevamente exige más cárceles y condenados, aunque en lo más profundo lo que realmente desea es la libertad de educarse en paz y gozar de la cultura perpetua. 

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