Las carencias de Santa Elena arruinan las ganas de celebrar

Desde que Santa Elena alcanzó su provincialización el 7 de noviembre de 2007, el descubrimiento de la Península, que se conmemora cada 18 de agosto, pasó a segundo plano, más aún cuando la ciudadanía y los gremios consideran que no hay nada que celebrar.

Para Juan Rodríguez, presidente del Colegio de Arquitectos de Santa Elena, las carencias y obras pendientes que tienen las autoridades con la provincia, han restado hasta las ganas de festejar esta fecha. Para él, la falta de planificación para ejecutar proyectos en los tres cantones que la integran ha sido la razón por la que no se ha desarrollado. No hay áreas verdes, los suficientes parques, aceras, vías en buen estado, seguridad y servicios básicos para todos por igual, enumera.

“Solo hay desorden”, piensa, al cuestionar por qué aún y pese a que los cantones Salinas, La Libertad y Santa Elena están prácticamente separados por una calle, sus alcaldes no dan el paso para trabajar de forma integral. “No entiendo por qué no lo hacen, cuando en conjunto podrían lanzar ideas macro”, explica Rodríguez, quien critica las propuestas de los gobernantes que se reducen a “asfaltar una calle y adoquinar una que otra acera”.

Con su criterio, coincide el arquitecto Mauricio Yunda, quien aseguró que mientras los alcaldes Otto Vera (Santa Elena), Víctor Valdivieso (La Libertad) y Daniel Cisneros (Salinas) se dediquen a hacer obras solo con “enfoques políticos”, jamás la provincia será vista como zona de progreso.

“Lamentablemente, nuestras autoridades están desenfocadas y piensan en función de reelección. La ciudadanía, sin embargo, también tiene responsabilidades por no exigir las obras que requieren, que le corresponden”, indicó.

Para Hugo Rodríguez, presidente de la Cámara de la Construcción de Santa Elena, no existe fiscalización en las obras que se realizan, porque las que se construyen se dañan en menos tiempo de lo que establecen las normas. “Hay calles que empiezan anchas y terminan angostas, o que tienen ondulaciones tras apenas unos meses de haber sido intervenidas; y nadie tiene ni idea de si se sanciona al contratista. Nadie sabe nada”, señaló.

Solo en Salinas, las calles de Costa de Oro, la Milina, y las secundarias de Chipipe son algunas de las que permanecen agrietadas y con lomas de tierra arrumadas por semanas o hasta meses, tras los trabajos que se han hecho, pero a medias.

Fernando Vargas, expresidente de la Cámara de Comercio de Santa Elena, considera que el fracaso del desarrollo en la provincia se debe también a que no se han impulsado las tres fuentes más importantes del sector, que son la pesca, el turismo y la agricultura. “No existe un plan sustentable y sostenible de fomento productivo, por eso no avanzamos como se debe”, remarcó.

Para Vargas, que no se dé cabida a un plan real de seguridad que evite que los pescadores sigan siendo víctimas de ataques piratas, está matando también una actividad tradicional y que ha mantenido a flote a la provincia. Ramón González, representante de la cooperativa pesquera de Santa Rosa, reveló que hasta 2014 laboraban 5.000 artesanos y ahora, menos de 2.000.

A todo esto se suman los problemas de contaminación y de falta de alcantarillado y agua potable. Y es que apenas el líquido vital llega al 45 % de la población, el otro 55 % se abastece de pozo, la mayoría en la zona rural.

“Hasta ahora nos hemos conformado con conciertos en esta fecha, pero ya no vamos a seguirle el juego a las autoridades. Merecemos más. Que nos escuchen y devuelvan en obras lo que pagamos en tributos”, indicó Susana Chérigo, de La Libertad.  

Agricultura

Según Fernando Vargas, expresidente de la Cámara de Comercio de Santa Elena, los $ 2.000 millones que se invirtieron en el pasado para la construcción del trasvase del agua del río Daule hacia la Península, con la intención de irrigar 40.000 hectáreas, no logró su fin; debido a que falta agua en las parcelas de los campesinos, apenas se logra regar 3.000.