La casa blanca que guardó por décadas ‘secretos’ de Estado
Una visita a las antiguas instalaciones del Consulado de EE. UU. da cuenta de las medidas extremas con las que contaba el personal diplomático. El edificio tiene ventanas antibalas
Medio siglo de vida guardado entre paredes de concreto de 60 centímetros de espesor sale a la luz, tras un recorrido a las antiguas instalaciones del Consulado de Estados Unidos en Guayaquil. La casa blanca o el búnker de 5.400 metros cuadrados de construcción, ubicado sobre la avenida 9 de Octubre y García Moreno, centro de la ciudad, a la que EXPRESO tuvo acceso para conocer las entrañas de lo que hasta hace siete años fue ‘territorio’ estadounidense, hoy está en manos de un empresario guayaquileño.
Monumentales, pero con vacíos que generan zozobra
Leer másEs un inmueble que aunque desde 2015 está deshabitado tras el cambio de casa de sus antiguos dueños, mantiene intacto todo su menaje de oficina, además de su sistema de seguridad, como los ventanales antibalas, especialmente de la oficina que ocupaba el cónsul.
“Es un edificio inteligente, emblemático, con instalaciones eléctricas que se van prendiendo a medida que uno va avanzando. Los ventanales son antibalas... también conserva su antena parabólica”, detalla Simón Bolívar Rosero, dedicado a la línea inmobiliaria y quien adquirió el edificio y otro terreno de 900 metros cuadrados que era utilizado para parqueo por personal diplomático; los últimos de la administración del expresidente Barack Obama. Prefiere no revelar el monto de la compra, como tampoco el precio base para la venta a interesados, entre los que incluye a entidades del sector público, de las que también se reserva su identidad.
Cierra un consulado historico
Leer másAl mismo Rosero le da emoción conservar y sentarse en la silla que utilizaron los representantes diplomáticos de la época, y que ahora es parte de los bienes del edificio. “Es todo un mobiliario que utilizaba la sede diplomática con excelente mantenimiento”, resalta, por ser algo que en la época en que funcionó el cuerpo diplomático era imposible de hacer.
“Cuando nos tocó ingresar a la entrevista con el cónsul, tuvimos que pasar los filtros correspondientes. Es parecido a cuando ingresas a un avión que va a Estados Unidos. No puedes tomar fotos y (debes) esperar en el lugar que te indiquen”, relata Giovanni Vera sobre su experiencia cuando, por primera vez, visitó el antiguo Consulado para sacar la visa con su esposa.
El consulado se vende por $ 4,2 millones
Leer másLo que no sabía y que entonces se mantenía en secreto o reserva era la existencia de un pasillo o túnel que se construyó en el sitio, para alguna eventualidad o emergencia que implicara la evacuación inmediata del cónsul y de todo el personal diplomático, al otro extremo de la edificación, con conexión al parqueadero situado en la esquina de las calles José de Antepara y Hurtado. Un túnel por el que se debía pasar por tres puertas blindadas; la primera y la más extrema, de acero, de unos 30 cm de espesor, similar a las utilizadas en las bóvedas de los bancos. Para su habilitación se facilitó un espacio del terreno del edificio que actualmente ocupa la Fiscalía, y luego de ser vendido el espacio regresó a sus dueños.
La construcción contaba además con un consultorio y un sinnúmero de oficinas, alojamientos y un cuarto de comunicación, cuyas computadoras, cajetines de redes de Internet y conexiones que se usaron en la época se mantienen;así como parte de las medidas de seguridad para blindar aún más el edificio, con puertas metálicas que cierran toda la planta baja y desde donde se desciende a un sótano que ocupa los 900 metros cuadrados del terreno, con paredes de hormigón de unos 60 cm de espesor, que guarda en sus entrañas una imagen desgastada de la estatua de la libertad.
Un bulevar que pierde brillo
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