Guayaquil: La casa colorida de Urdesa aún aguarda su demolición
El bien es municipal, pero el ente alega que falta un “análisis estructural”. La comunidad advierte que llegan más adictos y delincuentes
“Prometieron demolerla y sigue siendo zona roja. Las autoridades siguen sin hacer nada. Pedimos acción del Municipio”. El mensaje, colgado en Twitter con un video en el que se ve a personas que trepan sin apuros la pared de la colorida casa de Urdesa situada en Higueras y Costanera, avivó la molestia que sobrellevan por años los urdesinos: la conocida vivienda continúa ‘alojando’ a consumidores de drogas y delincuentes.
“Debe ser demolida ya. No sé cuánto tiempo dejan pasar y siguen haciendo de todo allí”, se quejó el morador Óscar Sierra. Y no es el único. Francisco Gallegos también habita en la zona desde hace 40 años y vive a escasos pasos de la casa, cuyo deterioro es evidente. Para él, es como si una bomba hubiera estallado en el tejado, pues presenta enormes huecos. Y además la puerta ya no tiene ningún tipo de seguridad.
Un incendio leve se registró en la ‘Casa embrujada’ de Urdesa Central
Leer másLa ciudadanía se siente cansada de seguir soportando estos males y que no aterrice esa promesa anunciada por el Municipio hace un año. En la última inspección, en noviembre de 2020, funcionarios de la entidad encontraron colchones, ropa, colillas de cigarrillos, preservativos y, como si fuera poco, el fuselaje de una avioneta.
Fue entonces que se puso en marcha el proceso de demolición, generando también nostalgia entre algunas personas, de este y otros sectores, que acudieron alguna vez a festivales o conciertos a esta gran residencia que fue bautizada como Inmundicipio. Pasaron los meses y, en junio anterior, un incendio se registró en el inmueble y perforó su cubierta.
A esa casa llegan hasta en carros lujosos a fumar. Lo mejor que le puede pasar es ser demolida y que se construya un punto de desfogue para no inundarnos en el barrio.
“Están esperando que haya un muerto, traigan a matar personas o siga llenándose de drogadictos. Ni los incendios aceleraron el derribo de la casa”, agregó Gallegos, a quien le da miedo circular por allí.
De acuerdo con Verónica Landín, directora de Planificación Urbana, Proyectos y Ordenamiento Territorial (Dupot), el Municipio finalizó el proceso expropiatorio del inmueble. No confirmó cuándo será demolido, pero afirmó que eso va a depender de las “conclusiones que resulten del análisis estructural de la edificación”, y de la operación correspondiente de la dirección de Obras Públicas. Es decir, el proceso se encuentra suspendido, en el limbo. Y eso intensifica las quejas ciudadanas.
Es un lugar que se lleva en el corazón de los urdesinos. Yo iba a fiestas del Inmundicipio, pero si ya va a pertenecer al Cabildo, se debería crear una réplica para no perder esa identidad.
“Ha pasado más de un año y nada que tumban esta casa, que en los últimos años únicamente ha traído problemas. Es una pena, pero si hubiese un plan eso hoy no ocurriría”, sentenció Cristina López, también residente.
El problema continúa en el sector debido a que allí se siguen metiendo consumidores de drogas y delincuentes. No hay iluminación e ir por allí es sinónimo de robos.
En tanto que la artista y residente Carmen Miranda sugiere que la Municipalidad tenga en cuenta que se trata de un sitio icónico, a fin de que le dé un poco de vida. “Si lo cogió ya el Cabildo, espero que sea un lugar que dé cabida al arte; que funcione como vitrina de artistas emergentes o lo que iba a ser Guayarte. Esperemos que así sea. Que transformen el bien”, propuso.
Urdesa: Demolición de la casa de colores deja paz y nostalgia
Leer másEl 90 % ya ha sido demolido
En la respuesta del Cabildo sobre si se prevé demoler otros inmuebles de Guayaquil, se detalló que en los últimos 20 años cerca del 90 % de las edificaciones expropiados ya fueron derribadas.
Recalcó que esto se debe a que no cumplen con el análisis estructural permitido en la obra a ejecutar, “especialmente porque la mayoría de los inmuebles que se expropian se mantenían en estado de vetustez”.