No hay espacio para la música en Guayaquil
Los alumnos del Conservatorio Antonio Neumane reciben clases en malas condiciones desde hace más de 8 años. El antiguo edificio está en abandono. Las autoridades guardan silencio
Un conato de incendio en el 2014 dejó en silencio al Conservatorio Nacional de Música Antonio Neumane. Poniendo en espera a más de 700 estudiantes que recibían clases en el edificio ubicado en las calles Esmeraldas y Miguel Hurtado, en Guayaquil.
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Leer másEn 2017 resurgió la esperanza con la promesa del Gobierno de turno que aseguró que la infraestructura sería remodelada y mejorada. Sin embargo, hoy luego de ocho años de aquel incidente, el edificio sigue abandonado y cada día se deteriora más. En su fachada solo luce una frase que cada día se vuelve más cercana a la realidad “El arte peligra”.
Actualmente, más de 500 alumnos de esta prestigiosa institución se dividen entre el colegio Vicente Rocafuerte y la escuela República de Costa Rica, donde los estudiantes deben hacer peripecias para aprender a tocar los instrumentos. “No hay espacio para la música, estamos limitados, las condiciones para aprender son malas. Es casi imposible poder concentrarse y tocar los instrumentos que nos enseñan porque mientras uno entona el piano debe escuchar otros instrumentos que suenan al mismo tiempo. Nadie se puede enfocar en lo suyo”, cuenta Andy Apolinario, un estudiante que hace poco se graduó como bachiller en música, luego de 11 años de estudios.
El joven, de 19 años, recuerda algunas anécdotas que le tocó vivir en estos centros de estudios “prestados” para que continúen haciendo arte. “Como no podía entender nada decidía junto con mi profesor salir al parqueadero de autos para poder concentrarme. Muchas veces con sol y otras en medio del recreo de los alumnos, pero al menos podía escucharme más. Era incómodo practicar entre el griterío de los niños, pero increíblemente esa era la mejor opción”, cuenta Apolinario.
EXPRESO ingresó a una de las aulas del Vicente Rocafuerte, habilitadas para los estudiantes de música y constató que más de diez alumnos recibían clases al mismo tiempo, separados apenas por pequeñas paredes de playwood. A los pocos minutos de que el equipo periodístico hizo su arribo fue sacado del lugar, ya que según la rectora de la institución “no dan entrevistas a medios de comunicación sobre ese caso y si se quiere realizar algún trabajo debe ser de la puerta para fuera”. Que para hablar se requiere de un permiso que lo debe dar el Distrito 3 de Educación, dijeron. Este Diario hizo la gestión, lo solicitó, pero a la vez le dijeron que se contacte con la Dirección Nacional de Comunicación de Educación para gestionar la entrevista con una autoridad de la Zonal; pero pese a hacer el trámite, esta no fue concedida hasta el cierre de la edición.
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Leer másEn redes sociales, donde las quejas ya han escalado, las molestias por la situación que viven los estudiantes son evidentes y se multiplican. “¿Hasta cuándo tendremos que soportar esto? Los jóvenes no merecen recibir clases en circunstancias paupérrimas”, comentan constantemente, entre diferentes cuentas.
Por otro lado, los padres alzan su voz de protesta ante un problema que lleva años. “Cuando quiero escuchar a mi hija parece que es la banda del Chavo y no por mi pequeña, ni por el resto, es porque todos tocan a la vez. Por un lado escucho la guitarra, por otro el violín, más lejos suena la batería y cada quien toca un ritmo distinto. Es un verdadero dolor de cabeza”, indica Galo Ortega, padre de una menor de 13 años.
Es muy difícil recibir clases, todos tocan sus instrumentos a la vez. Es casi imposible entener. La infraestructura es muy mala en el sitio.
“Es un secreto a voces que la idea del Municipio es quedarse con el edificio del conservatorio y poner ahí su propia escuela de música. Eso lo sabemos algunos padres, por eso es que no dan los permisos para que se pueda seguir con la construcción del lugar, al menos eso es lo que nos han dicho y fuentes confiables”, denunció Ortega.
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Leer másEl profesor de violín Fabio Bajaña asegura que ese rumor toma más fuerza entre los músicos. “Varios colegas hablan de eso todo el tiempo, parece que la idea es que el conservatorio principal de la ciudad ya no sea el Antonio Neumane, sino uno de ellos. No me consta, pero es lo que se dice extraoficialmente. Ojalá no sea así”, expresa.
EXPRESO solicitó al Municipio una entrevista para hablar sobre ese tema, a fin de confirmarlo o desmentirlo, pero hasta el cierre de esta edición la respuesta tampoco llegó; lo que incrementa la preocupación entre los alumnos y sus padres.
Por otro lado, el docente comenta que en los últimos días hasta la delincuencia se ha tomado los salones donde dan clases. “Unos consumidores se han metido donde damos clases y se han robado un ventilador y han dejado hecho todo un desastre”, manifiesta, explicando que el aula tiene un acceso a una vieja bodega del colegio.
Es un secreto a voces que el Municipio pretende poner otra escuela de música en el edificio principal y reubicar al conservatorio.
“La infraestructura es cada vez más deficiente. Tengo que traer mi propia luz porque no hay, aparte las paredes están en mal estado y todo está lleno de heces de animales. Es difícil dar clases así”, agrega.
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Leer másAlgunos padres y docentes prefirieron no dar entrevistas por miedo a represalias de la institución. “Podría perder mi trabajo”, comentaba un docente que pidió la reserva de su identidad, pero detalló que hay aulas que tienen instrumentos olvidados y llenos de polvo durante años. “Tenemos pianos de tres mil, cuatro mil dólares, instrumentos traídos de otros países que están arrumados, llenos de polvo y sin uso porque no tenemos donde ponerlos. Necesitamos un mejor sitio. Pero urgente”, denuncia.
Mientras tanto, el antiguo edificio sigue en el olvido causando malestar al vecindario que se queja del abandono y la suciedad que este causa.