Turistas podrán recorrer el interior de la Catedral de Guayaquil
La ciudadanía cuenta con otro destino turístico en la urbe Porteña
A partir del miércoles 9 de Octubre, tanto los guayaquileños como los turistas nacionales y extranjeros podrán acceder al interior de la Catedral de Guayaquil. La primera etapa del proyecto turístico ‘Destino de Luz’ fue inaugurado el martes, 8 de octubre.
Sus visitantes podrán recorrer la Catedral todos los días; de lunes a domingo, desde las 09:00 hasta las 20:00. La entrada tiene un costo de $ 3 para adultos, $ 1,50 para los niños y personas de la tercera edad.
Para Valeria Yagual, de 27 años, que ya había podido ver los vitrales desde el interior de la iglesia, ya que ha sido integrante del coro eclesiástico, la experiencia fue “maravillosa”. Ella lo recorrió junto a otras personas y pudo salir al balcón, donde observó el Parque Seminario, también conocido como el Parque de las Iguanas. Señala que el estar cerca de los santos, imágenes recreadas mediante mosaicos, y leer sus frases, la hizo pensar en que sí se puede vivir la santidad.
A Evelyn Montalvo, de 24 años, le pareció “increíble” porque nunca había visto a la Catedral como un museo histórico. A su juicio, “la Catedral de Guayaquil está a la par e incluso mejor que las otras catedrales que he visitado en el país”.
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Inversión
La inversión total en la adecuación de la infraestructura llega a los $ 400.000, indicó David Auad San Lucas, director de infraestructura y proyectos de la Catedral de Guayaquil. Esta primera fase del proyecto duró siete meses; realizaron actividades como: remodelación, recuperación de espacios inhabilitados, pintar diversas áreas, ampliación y reforzamiento de pasillos y reconstrucción de las molduras originales que tienen 100 años aproximadamente.
El pasillo, denominado 'Por los Santos a las alturas', por donde caminan los turistas, para observar los vitrales, mide 1, 80 metros; antes, era de 80 cm, indica Auad San Lucas. Esta estructura soporta hasta 400 kg por m2. Sus acabado incluyen iluminación, aromatización, ventilación, extracción de aire y sonido.
A Josué Vera, de 23 años, le encantó la parte final, el Belén Mágico. Ver cómo se mueven las figuras de miniatura, le dio “una experiencia distinta de cualquier otro nacimiento; vi que una vaquita bota leche. Es espectacular, la verdad”.
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