Los Ceibos decide echarle manos a su parque ante la indiferencia del Municipio
La policía de la UPC del sector colaboró en la limpieza para brindar más seguridad
Los residentes de la urbanización Los Ceibos se cansaron de esperar al Municipio para que atienda uno de sus pulmones:el parque Central, ubicado entre las calles Jaime Aspiazu Seminario y la C15, donde reposa el monumento en honor al expresidente Carlos Alberto Arroyo del Río.
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Leer másTras dos semanas de conversaciones, la mañana del sábado 18 de marzo, socios del comité junto con un grupo de moradores emprendieron una minga de limpieza, que contó además con la colaboración de personal de la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) del sector.
“El Municipio ya no está limpiando y la verdad es que tenemos un desaseo total en el parque... Nos decidimos como parte del comité con esta iniciativa y hacer la limpieza”, manifestó Renate de Miranda, quien preside ahora el gremio.
Aunque no especifica desde qué tiempo el Cabildo no da mantenimiento al lugar, la dirigente señala que encontraron maleza crecida (casi un metro), además de hongos en las especies nativas plantadas hace muchos años en el sitio, como ceibos, acacias, samanes, que son el hábitat de muchas iguanas y una gran variedad de pájaros, que podrían verse afectados por la infección que presentan los árboles.
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Leer más“Es una pena porque es un parque maravilloso... es el pulmón de Los Ceibos, es un orgullo”, destacó Renate, mientras ayudaba a sacar con sus manos la maleza, al igual que otros vecinos.
Allí también se observó a Javier Díaz, quien optó por recostarse en el suelo para poder sacar con sus manos el monte crecido entre los adoquines. “Nosotros ponemos un granito de arena porque amamos nuestra ciudadela, queremos lo mejor para los moradores”, dijo.
Tres policías de la UPC del sector colaboraron en la limpieza. “Se está haciendo lo que más se puede para que haya mayor integración de la comunidad, que no estén inseguros, más que todo, y que los niños vengan a jugar”, aseveró el cabo segundo Jonathan Espinoza.
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Leer másPara el residente Adolfo Klaere, la “voluntad y el deseo de un buen vivir hacen que no se espere la voluntad de los responsables”.
Reconoce que los árboles están enfermos, como se ha visto en el resto de Guayaquil, además del mal estado de las máquinas de ejercicios que hay en el sitio, así como del mármol del monumento y los adoquines, que están levantados por las raíces. Aparte, las dos fosas que tienen para producir abono, ahora son criaderos de mosquitos. Lo que, en su conjunto, también afecta la salud de los residentes.