Chamberos, oscuridad y robos le quitan la paz a la Ferroviaria
Los vecinos quieren una UPC. Gestionan la construcción de un muro cerca del puente El Velero para evitar que los delincuentes crucen a la ciudadela
Covachas debajo del puente El Velero es lo que se observa al circular por el Malecón del Salado de la ciudadela Ferroviaria, ubicada entre los barrios de San Pedro y San Pablo y el estero, en el norte de la ciudad.
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Leer másSegún denuncian los moradores, en esas casas de cartón viven chamberos y consumidores de drogas que, en más de una ocasión, han robado lo que está a su paso, incluso las tapas de las alcantarillas para vender el hierro de estas por libra.
No tenemos un retén cercano para dar a conocer alguna situación sospechosa que se presente en el sector. Los patrullajes no son suficientes.
Martha Cordero, moradora del Malecón del Salado y calle Séptima, cuenta que los delincuentes, que se camuflan en su mayoría de recicladores, llegan desde la zona del manglar (avenida Barcelona), cruzan el puente e ingresan a la ciudadela para cometer a diario robos de accesorios a vehículos, hurto de ropa en domicilios, asaltos a todas horas, especialmente desde las 03:00 hasta las 04:00 y a las 14:00.
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Leer más“No podemos dejar los carros parqueados al pie de las casas porque vienen los ladrones y se llevan los espejos. También ingresan a las casas y se sustraen lo que está al paso”, señala preocupada.
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Leer másLeonardo Sosa, quien vive hace 30 años en la ciudadela, cuenta que ni la iglesia del sector se ha salvado de la delincuencia. “Se han robado las imágenes y hasta la limosna de los fieles”, indica.
El sector no cuenta con una Unidad de Policía Comunitaria (UPC), la más cercana está en la ciudadela Bellavista y los policías tardan mucho en llegar cuando los moradores activan el botón de pánico, ante una emergencia. “Hasta hace cinco años hubo un viejo Puesto de Auxilio Inmediato (PAI), pero este fue abandonado y se convirtió en guarida de delincuentes. Pero cuando lo demolieron dejaron sin seguridad policial al sector. Necesitamos una UPC más cercana en donde podamos informar los hechos delictivos que suceden en la zona”, exhorta.
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Leer másPedro Orejuela, quien habita en el lugar hace 40 años, cuenta que los chamberos no solo causan desorden al sacar la basura de las fundas y dejarla esparcida por la calzada, sino que también se han llevado los tubos del cerramiento ubicado debajo de El Velero. “Hemos pedido al Municipio que en el muro donde termina la ciudadela se ponga barrotes para que quienes se esconden debajo de la estructura no tengan cómo cruzar hacia la urbanización a provocar desmanes, pero no tenemos respuesta”, lamenta.
A partir de las siete de la noche la ciudadela se vuelve oscura. Quienes regresamos de nuestros trabajos debemos acelerar el paso ante el temor de ser asaltados.
Otro problema que tienen es el alumbrado público, el cual deja en penumbras algunas cuadras en las noches. “Las lámparas se apagan y se prenden; las vienen a reparar, pero a los pocos días vuelven a quedar intermitentes”, dice Paquita Muñoz, habitante del barrio.
Muñoz cree que son los mismos recicladores quienes las dañan para poder cometer sus fechorías. “Antes este era un lugar tranquilo, pero ahora vienen de otras partes para asaltar a la gente”, recalca la mujer, quien hace un par de meses fue asaltada al pie de su casa. “Me arrancharon dos fundas de comida, creo que se confundieron y creyeron que allí había otras cosas de valor. No perdí mucho, pero sí me llevé un gran susto”, narra.
La delincuencia, adueñada de dos kilómetros del sur
Leer másLos vecinos reclaman la presencia policial en esta ciudadela, ubicada en una zona regenerada de Guayaquil y que incluso es destino turístico, por la presencia de una fuente luminosa y el parque lineal del Salado, que colindan con ella.
Hemos pedido al Municipio que ponga una valla en el lado del puente que colinda con la ciudadela para que los chamberos no crucen, pero no hay respuesta.
“Reconocemos que la policía realiza patrullajes, pero estos no son constantes. Por eso, mientras los uniformados van por un lado, los ladrones están delinquiendo por otro. Deberían desarrollar operativos agresivos para terminar con esta plaga”, manifiesta otro habitante de la zona, quien no quiso identificarse por temor a represalias. “Hace dos meses me robaron a dos cuadras de mi vivienda. Mi vecina vivió una misma situación la semana pasada. La delincuencia está imparable”, puntualiza.
Miembros de la Policía de la UPC de Bellavista indicaron que los llamados de auxilio que reciben no son mayores a los de otros sectores como la Martha de Roldós, por ejemplo. No obstante, indicaron que redoblarán los controles en la Ferroviaria para la tranquilidad de los vecinos. Esta, una acción que a decir de la comunidad resulta insuficiente.