La ciclovía de la Delta que pocos usan
Por el carril destinado para los ciclistas no circulan las bicicletas. Los peatones y triciclos invaden el espacio. En los bordillos hay basura, maleza y plantas marchitas
Sin importar si es mañana o tarde, fin de semana o días laborables, el carril de la avenida Delta, ubicada en las aceras que se encuentran frente a la Universidad de Guayaquil, destinado para los ciclistas, se ve prácticamente vacío.
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Leer másLa ciclovía, que abarca una ruta de 700 metros de largo, desde la Facultad de Odontología, a la altura de la avenida Kennedy, hasta el Malecón del Salado, por la calle Quisquís, es más utilizada por peatones y hasta por quienes llegan a trotar, de vez en cuando; pero menos por los ciclistas.
También hay momentos en que vendedores informales en triciclos, motos o a pie, utilizan este espacio para vender desde helados, pastelillos, gaseosas, mote con papa y hasta forros para guardar credenciales.
A lo largo de los bordillos hay mucha maleza que ha crecido con la lluvia, así como plantas secas e incluso basura que dan mal aspecto a la obra inaugurada en noviembre de 2020.
“Me gustaría circular con mi bici por aquí, pero prefiero no hacerlo por la presencia de vendedores ambulantes y porque en esa ruta hay ramas y hojas secas que obstaculizan el recorrido”, indica Manuel Medrano, quien habita en la ciudadela Bolivariana, frente a la avenida Delta.
El joven indica que prefiere ir en su vehículo de dos ruedas hasta parque Samanes para pedalear sin contratiempos.
En cambio, Luis Amador, un joven que vive en el Barrio Orellana, cercano a la avenida Delta, explica que la bicicleta es su medio de transporte y la ciclovía le gusta, pero lamenta que no sea su ruta para el trabajo.
José Julián Lara, gerente de mantenimiento de Fundación Siglo XXI, encargada de la conservación de la obra, asegura que se realiza limpieza diaria de toda la zona regenerada de la avenida Delta, incluida la ciclovía. Y una vez que se suscriba el contrato de áreas verdes se ejecutarán las adecuaciones permanentes de las mismas. No obstante, los problemas antes señalados saltan a la vista al recorrer el sendero a cualquier hora y día.
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— Diario Expreso (@Expresoec) May 30, 2021
La ciudad tiene un espacio regenerado para el uso público
Leer másPero ¿por qué esta ciclovía es poco utilizada? Ciclistas consultados por EXPRESO señalan que hay que mejorar su accesibilidad y salida; así como colocar señalética muchos kilómetros antes de llegar al punto para saber que existe esta obra.
“Esta ciclovía tiene algunos problemas; uno de lo más importante es la falta de una rampa que permita el acceso desde la avenida Kennedy hacia la Delta. Cuando uno llega a este lugar se topa con una vereda que impide el ingreso directo”, menciona Alberto Hidalgo, vocero del colectivo Masa Crítica que lucha por los derechos de los ciclistas en Guayaquil.
Asimismo, señala que tampoco hay una salida directa hacia la calle Quisquís, ya que cuando la ruta concluye, el ciclista se desvía hacia el Malecón Universitario que fue cerrado hace dos años, cuando las clases presenciales se suspendieron, debido a la pandemia por la COVID-19. “Esta situación puede mejorar con señales horizontales y verticales que se coloquen muchos kilómetros antes de la ciclovía, para que el ciclista sepa que va por la dirección exacta para llegar a esta”, anota.
Jimmy Martillo, fundador del colectivo Ciclistas de la Calle, coincide con Hidalgo, pero agrega que Guayaquil está lejos de lograr que la bicicleta sea vista como un medio para trasladarse de un lugar a otro. “Hacen falta campañas para incentivar su uso, lo cual debe ir acompañado de mayor seguridad para los ciclistas”, resalta.
En el caso de la ciclovía de la avenida Delta, cree que el poco uso que esta tiene se debe a que no existe un empate con otra área de esta característica.
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Leer más“La ciclovía empieza en la Kennedy y termina en la calle Quisquís y allí deja de ser ciclovía. Y es en ese momento en que el ciclista se pregunta ¿a dónde me voy?, porque no tiene continuidad para recorrer”, explica.
En cambio, Milton Morales, amante del ciclismo, sugiere que las autoridades incentiven el uso de la bicicleta a través de subsidios en la compra o donación de este medio de traslado.
“También se debe buscar la participación del sector privado que ofrezca incentivos para llegar al trabajo en bicicleta o realizar actividades como ‘al trabajo en bici’, lo cual representarían oportunidades para que más personas decidan usarla como transporte”, piensa.
Al respecto, Armando Constantino, otro amante del ciclismo, reitera en la importancia de cuidar el medio ambiente, pero concuerda en que Guayaquil está muy lejos de lograr que la bici sea vista como un medio para trasladarse de un lugar a otro.
Héctor Hugo, creador del proyecto Delta, que incluye la ciclovía, recuerda que existe una segunda fase -por construirse- que contempla la conexión desde la Facultad de Odontología hasta Guayarte (Urdesa). Hasta que se ejecute, recomienda a la Agencia de Tránsito y Movilidad que coloque señalética que informe el inicio de la ruta.
“Este es un proyecto piloto para generar conciencia ecológica y para que el Municipio le dé la continuidad y empiece a conectarlo con el resto de la ciudad”, remarcó, al reconocer que la obra se usa con fines turístico y no como movilidad sostenible por falta de conexión.
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Leer másEl proyecto es un plan urbanístico ideado por estudiantes e investigadores de la Facultad de Arquitectura del alma máter, como lo informó EXPRESO en varias ediciones. Fue ejecutado por Fundación Guayaquil Siglo XXI, a un costo de $ 3’100.000 como parte de un convenio formado con el centro de estudio superior.
La idea es que brinde distracción a los cerca de 60.000 estudiantes de la universidad más poblada del país, que poco a poco retornan a las aulas, luego de dos años de virtualidad. También pretende distraer a los vecinos de las ciudadelas cercanas que buscan sitios seguros donde circular en transporte de dos ruedas. Pero nada de eso se ha cumplido.