Guayaquil cierra el 2022 con un sello de obras pendientes

El 2022 concluirá, pero las obras que se ejecutan en sus comunidades no correrán con la misma suerte. Ese es el panorama que se percibe en diferentes sectores de Guayaquil, cuyos residentes se han visto obligados a convivir con polvo, aguas malolientes y estancadas, sin poder parquear sus vehículos; pues las mejoras que pretenden darse, así como lo ha venido contado Diario EXPRESO, no avanzan al ritmo esperado. El retraso es el sello de estas acciones y aumenta cada vez más el hartazgo ciudadano.

Caminar por estos puntos es sinónimo de riesgo, de mantener clavada la mirada en el piso para no caer en los huecos o desniveles, ni respirar la polvareda; y no en todos los lugares se encuentra personal o maquinaria ejecutando los trabajos. Pero sí hay una lluvia de cuestionamientos de moradores en torno a cuál es la fiscalización del Municipio frente a esto.

Por ejemplo, en la sureña ciudadela Morán Valverde, frente al Hospital Teodoro Maldonado Carbo, en la peatonal de la manzana E 10 el escenario parece sacado de una película de guerra. Huecos, piedras y tierra es lo que sortean los vecinos, quienes ya advierten acerca de un pésimo panorama con las lluvias.

“Han cambiado las tuberías, pero se retrasan mucho. Incluso mire: no hay nadie trabajando. Supuestamente terminaban en diciembre, pero ya mismo se acaba diciembre... Con las lluvias el agua nos llegará a las rodillas”, manifestó con desazón la residente Virginia Mariscal.

Mary Dávalos, otra moradora de la manzana 9, también se quejó del estado en que se encuentra su peatonal. “Hace un mes el Municipio inició los trabajos para supuestamente adoquinar, pero literalmente nos destrozó toda la peatonal, donde en un 95 % vivimos ancianos retirados de la Armada Nacional”, denunció la ciudadana, al advertir de accidentes y responsabilizar desde ya al Cabildo.

EXPRESO aterrizó en el lugar y constató que no había trabajadores ni máquinas en este punto, aunque sí se los observaba en otra ciudadela aledaña (del Maestro). Es por esto que moradores del sector, como Mary Caicedo, también alzan su voz para instar a que se apresuren con las tareas. “Rompieron la calle y la dejaron ahí. ¿Por qué no terminan una y van a la otra? Van tres semanas sin ver qué tareas se ejecutan”.

El escenario es similar al de la manzana 3A de la ciudadela Simón Bolívar, en el norte. Ahí se encuentra la calle de concreto, donde se levantan negocios y viviendas, con huecos por doquier. Esto, de acuerdo con la comunidad, los obliga a caminar de puntillas.

Entre los afectados están los dueños de negocios, como es el caso de Elizabeth de Duque, propietaria de un local de reparación de autos, quien indicó que el primer cuestionamiento es por qué se trabajó en esta calle, pues afirma que estaba en buen estado.

Actualmente, no se observa al personal, las máquinas o los famosos carteles que detallan cuáles son las obras que se ejecutan en los puntos. Según Elizabeth, el letrero fue retirado el 11 de octubre anterior, al igual que la maquinaria. “Un cliente no se dio cuenta de los huecos y se cayó. Le quedó el pie hinchado”, lamentó.

Este Diario también verificó que está levantado un tramo de la calzada de la calle César Borja Lavayen, al conectarse con la Benjamín Carrión, en el norte. Apenas una red advierte del peligro, pero asimismo no hay nadie allí.

Fernando Guzmán, conductor y residente de la zona, asevera que el retraso lleva más de tres semanas, por lo que espera que se agilicen los trabajos.

En el caso de la calle Guayacanes de la ciudadela Urdesa central, donde permanecen los escombros, grietas y rostros de desconsuelo de los dueños de los negocios de la zona, se conoció que la fecha programada para la culminación de la obra es el 15 de diciembre. La fecha la dio Andrés Burbano, director de Obras Públicas, pero en un reciente anuncio de la alcaldesa Cynthia Viteri se indicó que el avance ahí es del 72 %. Es decir que Urdesa tendrá que seguir esperando.

EXPRESO hace exactamente un mes envió un pedido de información al Municipio para que responda, entre otras preguntas, por qué motivos las obras no avanzan al ritmo esperado, qué está incidiendo entre los contratistas y cuál es la fiscalización que se ha efectuado al respecto, pero todavía no hay respuestas.

Tampoco hubo contestación sobre por qué no hay trabajadores ni máquinas en estos puntos, qué tareas se realizarán ahí y qué acciones está ejecutando Obras Públicas para evitar que se sigan retrasando los trabajos. Pero se repitió el silencio, hasta el cierre de esta publicación.