El cine ecuatoriano premia a lo mejor de los últimos cinco años
Un lustro después, los Premios Colibrí vuelven a tener este domingo su noche de gala. Intentan confrontar la falta de promoción del cine nacional.
Quizás para muchas personas nombrar más de diez películas ecuatorianas sea un reto. Este breve ejercicio lúdico lo propuso el director de cine, Sebastián Cordero, durante la rueda de prensa de los Premios Colibrí, el 14 de octubre, a cuatro días de la gala que esta noche premiará a lo mejor de los últimos cinco años del cine ecuatoriano. Cordero, nominado a mejor director y a mejor película (Sin Muertos no hay Carnaval), ejemplificó con claridad eso que los Premios Colibrí intentan confrontar: la falta de promoción del cine ecuatoriano.
Aunque no vengan a la memoria, en el Ecuador se producen entre 12 y 15 películas al año, según datos del Instituto del Cine y el Audiovisual. Varias son exitosas en festivales internacionales, pero a veces desconocidas en el país. Es por esto que los Premios Colibrí, organizados por la Corporación de Productores y Promotores Audiovisuales del Ecuador (COPAE) y la Academia de Cine del Ecuador, son una buena oportunidad para celebrar y dar a conocer el trabajo de los cineastas locales.
Celebrar su trabajo en una gala en el Teatro Sucre, con alfombra roja, destellos de luz, músicos; “una verdadera fiesta al cine”, era lo que tenía planeado Mariana Andrade, la presidenta de COPAE. Una celebración que en abril fue imposible porque la pandemia, que todo lo cambia, restringía eventos masivos y, además, hizo que muchos de los auspicios de los Colibrí se cayeran.
Pero Andrade explica que, a pesar de este golpe, “nunca se suspendió el proceso de selección. Se ajustaron cronogramas y se informó a las películas participantes que habría una nueva fecha para una gala”.
Seis meses después, los Colibrí están listos. Hay poca información del formato que tendrá la ceremonia virtual -principalmente porque sus organizadores quieren que sea una sorpresa para la audiencia- , pero este domingo 18 de octubre se conocerá a los mejores en película, documental, guion, música (entre varias otras categorías) del cine ecuatoriano.
Como lo explica el presidente de la Academia de Cine de Ecuador, Gonzalo Ponce, organizar esta premiación en este momento no fue una decisión fácil, pero es muy importante. “Son tiempos muy sombríos. Para el sector de la cultura, (esta pandemia) es un desastre. Entonces sí nos parecía que los Colibrí era una forma de motivarnos, de darnos una alegría, de ver que ante la adversidad hay que seguir luchando, hay que seguir soñando.”
La edición de este 2020 premiará los últimos cinco años de cine nacional, en un intento de llenar el vacío de media década desde la pasada edición de los Colibrí. La realidad es que este reconocimiento ha sido muy intermitente. La primera entrega, en 2010, la organizaron el ya extinto Consejo Nacional de Cine y el Ministerio de Cultura, y fue mayormente una distinción institucional por parte de los organismos del gobierno, según Andrade. En 2015, COPAE estuvo al mando de una edición que tuvo entre sus nominadas a cineastas como María Fernanda Restrepo, y a películas como Mono con Gallinas, Feriado, o La Muerte de Jaime Roldós.
Para Ponce, uno de los grandes aportes de este año “es que estamos dejando un proceso de los Colibrí muy profesional y técnico, para que los que vengan después ya tengan una hoja de ruta marcada”. La idea es que los Colibrí se conviertan en una ceremonia bianual.
Esta será la primera vez que la Academia de Cine participa en el proceso de selección de los premios, tras su creación en 2018. En resumidas cuentas, la Academia es la encargada de elegir a los nominados en cada categoría, para que un jurado -principalmente internacional- vote por los ganadores.
El proceso de selección durante la pandemia no fue un gran problema, explica Ponce. Al igual que miles de personas, los miembros de la Academia tuvieron más tiempo para ver películas y seleccionar los largometrajes que se homenajearán este domingo.
Tener un premio con trayectoria y credibilidad puede ser muy importante para los cineastas locales. El director y escritor, Alfredo León, ganó el Colibrí en 2015, con su película Mono con Gallinas en la categoría de Premio del Público. “Ser reconocido en tu país de alguna manera me ayudó a establecerme como un director que había hecho algo interesante”, recuerda León.
Pero el cineasta sí admite que “los Colibrí son unos premios nuevos. Todavía no es un premio que catapulta una carrera o que empuja a que una película tenga más ventas o acceda a más festivales”. Por eso es importante que los premios se consoliden.
Entonces, este domingo el cine ecuatoriano estará de fiesta. La gala de los Colibrí será un momento para conocer más de nuestro cine y celebrar cinco años en los que este sector ha crecido. Como lo plantea Andrade, es mucho menos sobre el ganador de la estatuilla, es sobre “el proceso que hemos vivido como productores de cine en este tiempo, que es un aprendizaje enorme”.