El circuito desaprovechado en la calle Panamá

Corrían los últimos meses del 2021 y la peatonalización aterrizó a la calle Panamá. Lluvia de aplausos por un lado, caminantes por el otro, fueron las postales que dejó esa decisión, que quedó para el recuerdo. Hoy, la idea de peatonalizar esta céntrica vía resurge, pues ciudadanos, urbanistas y dueños de negocios aguardan por un centro vivo que priorice al peatón y haya, además, un plan para repoblarlo y sea más dinámico.

El ancho de la calle, la altura de los edificios, la cercanía a una fuente de agua (río Guayas), su proximidad con la transportación pública hacen que la Panamá tenga elementos necesarios para que la peatonalización sea un éxito, pero lamentablemente esto ha fracasado ante la falta de un plan. Así lo asegura Alberto Falquez, experto en Planificación Regional y Urbana: “No se lo ha hecho correctamente; no se han seguido las guías que la técnica de planificación urbana” demanda.

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El arquitecto precisa que hay un circuito de unos 15 kilómetros, en el que apuntaría a recuperar el orgullo histórico de la antigua Calle Real (ícono de la era de oro del cacao) y promovería el espacio público, integrándolo con el Malecón 2000, Las Peñas y Puerto Santa Ana. Es primordial que intervenga la empresa privada para que, acota, “participe en la construcción, oferta de vivienda, llevando anclas comerciales”. “Hay como cuatro o cinco edificios que se pueden usar: repoblamiento urbano”.

Al referirse al tema de edificios, lamenta que algunos sirvan como bodega y que al llegar la tarde y noche todo esté cerrado. Problemática que fue identificada por arquitectos y urbanistas que participaron en el concurso que hizo EXPRESO para recuperar precisamente el corazón de Guayaquil.

“El proyecto lo da la gente en la calle; lo que hace una calle segura es la gente, pero construir unidades de vivienda para gente joven, promotores que puedan construir departamentos pequeños, por ejemplo, es ideal”, explica al añadir que podría darse una primera fase de regeneración integral desde la calle Loja hasta la clínica Panamericana. “La idea es llevarlo hasta la 9 de Octubre y luego hasta el Municipio”.

¿Pero qué pasa con el tráfico? Falquez subraya que se deben tomar “medidas drásticas” y regular el ingreso al centro. Baraja hipótesis como elevar el precio de parqueaderos o pequeños buses que recojan a las personas. “La idea es sacar mucho carro... Tenemos áreas donde no hay parqueadero y una persona está ocupando 8 horas un espacio público...”, resume.

Para el arquitecto y catedrático universitario Héctor Hugo, la peatonalización, en esencia, es importante porque humaniza a la ciudad. Sin embargo, él apunta una propuesta “mucho más agresiva”, la de supermanzanas.

“Las supermanzanas han sido un éxito en ciudades como Barcelona (España) y definitivamente es una solución para la humanización de la ciudad; de ahí lo que hay que hacer es desviar el tráfico por bordes y eso incrementa en un 70 % la probabilidad de que funcionen sistemas como la ciclovía”, dice.

Claro está en dejar un espacio para alguna emergencia (ambulancia, vehículo de CNEL u otro), y que quede especificado en el diseño. “En el momento en que hay supermanzanas se elevan todos los indicadores que marcan los objetivos de desarrollo sostenible”, comenta Hugo, al recalcar que gracias a esto se mejoraría el tema de seguridad y, al liberar el espacio público, se pueden desarrollar actividades relacionadas a la convivencia. Desde áreas deportivas, mesas de ping pong, ajedrez en el piso, son algunas de las citadas.

Julieta García, arquitecta que participó en el concurso de ideas urbanísticas que hizo EXPRESO años atrás, plantea la peatonalización para llenarlo de mobiliario urbano, jardines y piletas que faciliten el encuentro y el descanso.

“El cambio que tuvo la Panamá fue maravilloso, pero se quedó estancado. Ahora urge continuarlo. Vida nocturna, parques a los que un visitante u oficinista pueda ir. Galerías en todos lados... El sitio se está desperdiciando”, agrega.

Ahora bien, una característica de la Panamá son los locales gastronómicos y, por ello, Marcelo Mite, propietario de La Pesca Seafood & Oyster, comenta a EXPRESO que sería “interesante” que esto suceda para así realmente reactivar toda esta zona del centro. Argumenta que esto traería más seguridad y la gente decida quedarse en Guayaquil. “Lo que ahora suena es Samborondón o vía a la costa”.

Él recuerda que el circuito de conectar la Panamá con la 9 de Octubre y Las Peñas lo viene escuchando desde la administración anterior, pero “ahí quedó”. “Mire las toldas que quedaron. El proyecto es bonito y sería ideal que la persona que esté al frente de planificación, turismo, se unan para que se hable bien de Guayaquil”, expresa.

Para ciudadanos como Eduardo Sánchez, la acción generaría una buena oportunidad para todos, principalmente los locales que ahí se encuentran. “Sería algo innovador, turístico, pues en Europa se ven más (calles peatonales), yo apoyo esa iniciativa”, opina el hombre, al sugerir que en la idea se incluya el tema de parqueaderos, ya que en el centro, dice, “es un problema”.

• “Urge conectar las Peñas, 9 de octubre y Santa Ana”

El arquitecto y catedrático español Juan Carlos Bamba lo tiene claro: Guayaquil necesita un centro vivo, activo, y, para conseguir este propósito, es importante peatonalizar, que se restrinja el paso vehicular y se le dé prioridad al peatón. “Esto permitirá comercio activo, darle seguridad, que es el problema mayor”, enfatiza.

Bamba recuerda que este proyecto apuntaba, además, a recuperar los edificios de vivienda, y remarca que se debe conectar la calle con la 9 de Octubre, Las Peñas y Puerto Santa Ana, pues así habría una ciudad conectada e integrada. “Si tenemos cosas repartidas, si no hay conectividad, se ven productos vacíos. Queremos que la gente viva y no haya puntos muertos”, concluye.

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