Guayaquil: La ciudad creció y junto a ella las nuevas centralidades
Urbanistas coinciden en que Puerto Santa Ana, la Kennedy y la Alborada son los nuevos núcleos urbanos. A estos, sin embargo, les faltan obras
Guayaquil crece y consigo también se diversifican sus núcleos urbanos. El Puerto Principal ha evolucionado de tal forma que ahora, según explican los urbanistas y planificadores territoriales, la ciudad no tiene ya un solo centro, el que todos conocemos (y que en los últimos años ha muerto a paso lento); sino que tiene varios, la mayoría en el norte.
La Kennedy, Alborada y Puerto Santa Ana son, desde hace unos 10 años, esas nuevas centralidades en las que hay comercio y vida residencial, además de entretenimiento; lo que a futuro, de haber mayor inversión y equipamiento en esos lugares, resultaría beneficioso para el ciudadano.
Las policentralidades es lo que Guayaquil necesita para no solo generar un sentido de comunidad, sino también para que el barrio tenga su propia identidad.
Para el arquitecto Jhonny Cóndor, especialista en urbanismo y movilidad, desde hace una década tomaron fuerza estas nuevas centralidades con la aparición de negocios que evitan que uno, como en el pasado, deba movilizarse únicamente al corazón de la ciudad para acceder o hallar determinados servicios. Según explica, que las familias hayan migrado del centro al norte influyó en la aparición de estos nuevos núcleos urbanos. Algo que, advierte, ha pasado también con Puerto Santa Ana; y que posiblemente pasará con vía a la costa, que es el nuevo polo en desarrollo de Guayaquil.
Lea también: Cien universitarios se alistan para el plan de regularización de edificaciones
“Si esa zona sigue creciendo, de aquí a unos 10 o 20 años más, Los Ceibos o la zona de Chongón serán otro centro más. Y eso está bien, es parte del crecimiento. Lo que está mal o, más aún, es lamentable es que hayan dejado morir a nuestra identidad, que es el centro histórico porteño. Que Guayaquil sea policéntrico, no quiere decir que su núcleo principal debe quedar en el olvido. Eso jamás”, señaló el también arquitecto Douglas Chávez, guayaquileño.
Para la ciudadanía, la convergencia de servicios o el hecho de no trasladarse a distancias “tan lejanas” les ha dado un ‘plus’ a su zona y facilidad de acceso; aunque quisieran tener “absolutamente todos los servicios”, para así descongestionar las vías.
El peso de los edificios hunde a Nueva York, ¿puede pasar lo mismo en Guayaquil?
Leer más“Vivo en Sauces 3 desde los 7 años y de pequeña todo quedaba lejos. La ciudad creció y los servicios en la zona también, había más puntos de comercio y ocio. Ya no tenía que salir hasta el centro para entretenerme. Ahora lo que necesito es que haya oficinas municipales. Algunas del IESS ya las tengo cerca... Quizá una bahía en el norte sea el éxito”, relata Johanna Contreras, residente de esta ciudadela del norte, que es considerada por muchos ya como una “mini ciudad”.
En el norte se han expandido los centros de la ciudad. Convergen negocios, residencias, servicios y estudio, pero se dejó de lado la salud pública en su desarrollo.
Para los especialistas consultados, estos nuevos núcleos se han distribuido en ciudadelas específicas o donde convergen varias.
Lea también: Edificaciones ponen en peligro los árboles nativos de Samanes 1
Cóndor pone como ejemplo lo que pasa con la zona donde se encuentran las avenidas de las Américas con la Juan Tanca Marengo y la misma Francisco de Orellana.
Que en esta zona, detalla, hay centros educativos, plazas comerciales, iglesias, bancos, todo tipo de restaurantes; pero lo que falta, alerta, es atención médica pública.
“En este sector hay clínicas privadas, pero falta hospitales que sean públicos, que eviten que uno tenga que ir a la zona de la bahía, donde está la central del IESS a hacerse ver; o al norte o al sur, donde están los hospitales más grandes. Ya se ha trabajado en comercio y este punto está posicionado, ahora le toca a la salud, si queremos sacarle provecho a esta centralidad”, acota.
Los arquitectos Sergio Cortés y Angélica Peralta coinciden en ello y fijan su mirada en Puerto Santa Ana, por ser el espacio que fusiona la vida residencial con la comercial, además de la turística, representada por Las Peñas y el Malecón 2000; pero incluyen también a la Kennedy, por estar rodeada de oficinas, centros empresariales, médicos, comerciales y espacios de ocio.
La Perimetral, una vía que debe migrar a un concepto urbano
Leer másPara Cortés, la deuda en cada uno de estos nuevos centros recae en la falta de espacio que tiene el peatón para caminar. “Las vías han sido pensadas en el vehículo y por eso es que apenas unos pocos le apuestan a caminar, cuando por ser un centro, como en el pasado, todos deberían ir y venir a pie”, piensa.
Lea también: Gremio: "La Alcaldía está lesionando a profesionales dedicados a la construcción"
La inseguridad ha intervenido en el crecimiento y desempeño de las nuevas centralidades, pues ha truncado la afluencia en los negocios y servicios existentes.
A esta necesidad, Peralta, quien el año pasado fue una de las ganadoras del concurso que hizo EXPRESO para recuperar el centro de la ciudad, suma otro problema: la sombra. “En la Kennedy no hay suficientes áreas verdes. Hay un parque lineal y otros pequeños, pero en mal estado. Además, en las vías no hay sombra por ningún lado. Allí la traba: tenemos un nuevo centro, pero tampoco podemos caminar en él”, comenta.
Para el arquitecto Ricardo Cajape, la ola de inseguridad ha truncado hoy la afluencia de personas a esos nuevos espacios. “En la misma 9 de Octubre, hace apenas cuatro años, se veían ciclistas, artistas callejeros, movimiento. Pero ahora ya no hay eso. Con la inseguridad, esta zona terminó de morir y las nuevas, que deberían ser las zonas que todos deberíamos aprovechar, no pueden crecer como deben. Ahí el gran problema”, asegura.
Pese a esto, acota que la vía a la costa ha experimentado un fuerte desarrollo, que podría lograr en un futuro cercano que las familias no tengan por qué desplazarse a otros lados; siempre que las prioridades de la comunidad sean atendidas.
“Reconozco que esta arteria tiene plazas, restaurantes, negocios y hasta cadenas de comida. Todo está bonito y puede tener hasta un hospital público, que si no solucionan el problema del tráfico, si no le apuestan a la movilidad, difícilmente vamos a dejar de usar el carro”, señaló Doménica Argüello, de Los Ángeles.
¿Quieres acceder a todo el contenido de calidad sin límites? ¡SUSCRÍBETE AQUÍ!