Guayaquil sumida en tinieblas y sin una señalética perceptible
Entre accidentes de tránsito y angustia viven los guayaquileños. Expertos dan consejos para mermar efectos de los apagones
Perturbador. Peligroso. Estresante. Angustioso. Así describen los guayaquileños lo que sienten al tratar de circular por las calles de la Perla del Pacífico cuando la energía eléctrica se va durante varias horas.
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Leer másY es que apenas Guayaquil se oscurece, todo puede pasar. Desde que los delincuentes aprovechen las largas horas de penumbra para robar, hasta que existan accidentes de tránsito.
Un taxista, quien pidió la reserva de su nombre, comentó que el lunes 14 de octubre sufrió un impacto fuerte con otro vehículo, por lo que ahora no puede trabajar. Quién le reconocerá los daños y perjuicios, se preguntaba; ningún personal de la Agencia de Tránsito y Movilidad de Guayaquil (ATM) ni de la Policía Nacional estaba por donde ocurrió el accidente. Ahora no tiene cómo trabajar.
A Juan Peralta le toca estar más alerta de lo necesario, debido a la poca visibilidad. Y es que no solo debe tener precaución con los autos que hacen maniobras para cruzar, sino que también debe manejar defensivamente por los peatones que cruzan las calles sin cautela.
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Jhonny Vásconez
Preocupaciones ciudadanas
En cambio, a Fausto Benites le preocupa caer en un bache. Hace un tiempo, cuenta, al pasar por la autopista Narcisa de Jesús, en el norte de Guayaquil, casi cae en uno. “Lo evadí por instinto cuando lo pude ver muy cerca”. En ese momento no había energía eléctrica.
Él se asustó. Este impasse sucedió porque “realmente no podía divisar los bordes de la autopista”, ya que “era una oscuridad tremenda allí”.
La falta de autoridad es otro problema que Peralta resalta. Por ello denuncia que las intersecciones se han convertido en un peligro. Él siente temor cada vez que debe cruzar por una. Dice que debido al congestionamiento y a una mala maniobra puede ocasionar un accidente.
Todo esto porque los semáforos no funcionan, señala Jhonny Vásconez. Agrega que, aunque no ha sido víctima de un accidente de tránsito durante los apagones, tiene familiares, amigos y conocidos que sí lo han sido, debido a la falta de iluminación del alumbrado público.
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Juan Peralta
Y se suma el ruido ensordecedor que hacen los conductores al momento de usar las bocinas de los automóviles, todo por tratar de no atropellar a nadie, dice Glenda Figueroa. “Parece película de terror; es una experiencia aterradora”, porque en la oscuridad “hasta los agentes de tránsito corren peligro”.
Para evitar esto, lo que hace Debbie Benites es manejar con ‘las intensas’, con el fin de no atropellar a nadie. Teme lastimar a alguna persona.
A Diana Minda le estresa conducir en las noches durante los apagones. Ella tiene miopía y teme no ver a los agentes de tránsito o que, por un accidente automovilístico, alguien provoque un choque masivo.
El martes pasado presenció cómo un repartidor se cayó entre las avenidas Antonio Parra Velasco y Benjamín Rosales. Temió por él, ya que la “gente anda apurada y es irrespetuosa; con los apagones se comportan peor”. Narra que en ese sector “se crean largas filas porque la gente no ve las señales y como no hay vigilantes se crea un lío”.
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Leer más¿Qué se debiera hacer para mejorar el tránsito?
Ante estas problemáticas, la ATM está colocando más señales de Pare en la ciudad, sobre todo para que los conductores tengan claras las vías preferenciales. Esto le parece correcto a Federico von Buchwald, decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil, ya que permitirá que la gente conozca que el sentido norte-sur y viceversa son las vías principales.
Además, von Buchwald sugiere que la ATM coloque pinturas con microesferas en todas las señales de tránsito horizontal y vertical. Así, los conductores se percatarían de los símbolos al momento que la luz de los faros del vehículo alumbre la pintura en la calle o del letrero.
Pero la pintura debe ser renovada cada cierto tiempo, al bajar el nivel de calidad de reflexión.
Por otro lado, Bismark Torres, experto en energías renovables y sostenibilidad energética y docente de la Universidad de Guayaquil, expresa que la ciudad debe ir hacia la sostenibilidad, es decir, hacia la energía renovable. Para ello recomienda que coloquen un sistema fotovoltaico en los postes, en las señales verticales y en semáforos.
Además, su instalación sería rápida y su tiempo de vida útil sería de 15 a 20 años, agrega.
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