Guayaquil: En la ciudadela Ietel toman acciones contra el hampa
Los vecinos están cansados de los robos y asaltos. En algunas viviendas han colocado cámaras y alarmas de seguridad. Piden mayor control policial
Están cansados y tienen rabia. Ya no pueden más frente a la ola de delincuencia, encierros, portonazos y robos a mano armada de la que por años han sido víctimas quienes residen en la ciudadela Ietel, en el norte de la ciudad.
Mucho antes de la llegada de la pandemia, parece haberse acabado la tranquilidad y la seguridad en la vida de más de 300 familias que habitan en las 33 manzanas de esta ciudadela. Aseguran que ya no pueden dormir tranquilos y que se siente encarcelados en sus propias casas.
Poco a poco nos estamos organizando para enfrentar a la delincuencia. Hemos pedido a las autoridades policiales y municipales que nos ayuden para la construcción de una UPC.
Vecinos de Los Almendros: “Nos aterra salir a la calle por temor a que nos roben”
Leer másEstos vecinos aseguran haber sido atemorizados por antisociales con armas de fuego en mano y a punta de disparos. Sus derechos se han visto vulnerados y su gran temor es que la delincuencia traspase al otro lado del portón, ingresando a sus viviendas.
“Estamos cansados de los robos y asaltos. Por ello, muchos vecinos hemos decidido cerrar las peatonales y colocar cámaras y alarmas de seguridad en nuestras viviendas, con el fin de protegernos del hampa”, manifiesta Amelia Calle, quien vive en la manzana 1 desde hace 30 años y en los últimos cinco meses ha sido asaltada en dos ocasiones, frente a su vivienda.
Nosotros nos comunicamos por WhatsApp. Si vemos a alguien sospechoso pedimos a los vecinos que salgan de sus casas y empiezan a salir uno por uno. Al vernos, los sujetos se alejan.
“Un sujeto se bajó de una moto, me apuntó con un arma de fuego y me arranchó el teléfono celular y la cartera. Luego se montó en su vehículo y se perdió por una de las peatonales que aún no han sido cerradas”, relata la mujer, quien también ha sido testigo de cómo han asaltado a muchos de sus vecinos.
Ese hecho delictivo duró menos de un minuto y fue registrado por una cámara de vigilancia que la Policía ha ubicado en la zona.
Los mensajes por el chat de WhatsApp que tenemos dan cuenta de que todos los días se producen asaltos en la ciudadela. La policía viene, pero los ladrones se van a otro lado.
Guayaquil: En la Coviem se encierran por temor a la delincuencia
Leer másLas cámaras también han sido colocadas en las afueras de varias viviendas, para que los residentes puedan monitorearlas. “Con ello los vecinos se sienten más tranquilos porque están atentos a cualquier movimiento de personas desconocidas”, comenta uno de los vecinos, quien prefiere omitir su identidad.
Franco Eras, otro habitante de la ciudadela, también ha sufrido robos, al igual que su esposa e hija. “Los robos se dan entre las 13:00 y 18:00. Este sector es desolado en las tardes, se ha vuelto peligroso”, dice. Y añade que cada vez que se produce un atraco en el sector y llaman a la policía, los uniformados demoran 45 minutos en llegar.
“Hay que ser sinceros, los policías sí hacen rondas, pero estas son insuficientes ante la delincuencia organizada que opera en esta zona. Mientras los uniformados están por una manzana, los antisociales están por otras. Ya tienen bien identificados los horarios de patrullaje y se esconden”, afirma.
Guayaquil: El peligro ronda en los callejones de la Alborada
Leer másEn cambio, Carlos Ortega, presidente del consejo barrial de la ciudadela, cree que la inseguridad se ha reducido un poco en los últimos meses y que eso se debe a las acciones que están tomando los vecinos junto a la policía.
“Tenemos un chat de WhatsApp comunitario en el que nos podemos comunicar con la policía. Además, hay dos sirenas (alarmas) que se encienden cada vez que hay un peligro, para que los agentes del orden intervengan”, menciona, al reconocer que, a pesar de eso, se requieren controles constantes para que los vecinos puedan vivir en calma.
Ortega informó que están gestionando con la Policía y el Municipio la implementación de una UPC (Unidad de Policía Comunitaria), ya que la más cercana se encuentra en La Garzota.