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Washington Sánchez ayuda a sus dos hijos, que estudian en la Unidad Educativa Mariscal Sucre, en las clases virtuales en casa, mientras él labora en la modalidad de teletrabajo.Juan Faustos / EXPRESO.

El trabajo y las clases virtuales no logran una conciliación

Los padres organizan su trabajo para apoyar a sus hijos con las tareas en línea. Contratar empleadas o recurrir a familiares han sido otras opciones

Martha Rivera tiene dos hijos en edad escolar: uno en tercero (7) y otro en primero de básica (5). El año lectivo anterior se encargó de guiarlos en sus clases virtuales con la conexión, las tareas y las lecciones, ya que la empresa donde labora la envió a teletrabajo en los primeros meses de la pandemia por la COVID-19. Cuando tuvo que regresar a la presencialidad el panorama cambió, porque al no tener empleada su esposo Washington Sánchez tuvo que negociar con sus jefes un horario de trabajo especial para encargarse de la educación en línea de los niños. 

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Sánchez trabaja en el área de informática y ahora desde casa realiza desarrollo de sistemas en las tardes, noches, los fines de semana o una vez que sus hijos han terminado las clases virtuales que inician a las 08:00 y terminan a las 13:00.

 "No ha sido fácil; he tenido que aprender hasta manualidades para ayudar a los niños en sus actividades escolares, pero ha valido la pena porque ahora paso más tiempo con ellos", indica en uno de los cuartos de su casa, donde ha instalado su computadora para hacer videoconferencias con sus clientes o conocer alguna novedad referente a su trabajo, mientras vigila de cerca a los menores.

También ha colocado dos pequeños mobiliarios donde sus hijos tienen los implementos escolares que van desde la laptop que utiliza el niño de tercero básico, hasta las témperas con las cuales la niña de primero colorea los dibujos, enviados por sus maestros como tareas. 

Cuando las clases pasaron a la virtualidad dejé mi trabajo porque no tenía quién ayude a los niños. A ese acuerdo llegué con mi esposo, quien tiene un mejor sueldo al que yo ganaba.

Margarita Machuca, madre de familia de dos menores

Desde junio pasado cientos de estudiantes del régimen Costa retornaron a las aulas (el 1 de septiembre lo hicieron en la Sierra). 

No obstante, muchos padres como Sánchez se han visto en apuros al tener que dividir sus actividades laborales con la educación de sus hijos, quienes aún no regresan a la presencialidad. 

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Otros, en cambio, han tenido que abandonar sus empleos, contratar empleadas domésticas, pedirles a algún familiar o amigos muy cercanos, que los ayuden con las actividades escolares de sus pequeños. 

Este es el caso de Marcia Muñoz (35), quien labora como asistente contable en una multinacional y volvió al trabajo presencial hace dos meses. Ella tuvo que pedirle a su hermana, que aún está en teletrabajo, se mude a su vivienda para que le ayude con la educación a distancia de su hijo de cinco años.

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Melba Moscoso es madre de tres niños que estudian en la Academia Naval Altamar; pero ella es otra estudiante cuando sus hijos reciben las clases en línea.Juan Faustos / EXPRESO

 "Me siento algo descontenta con esta situación, porque no solo que me ha tocado reorganizarme laboralmente, sino que además siento que estoy trasladando mis responsabilidades de mamá a otras personas", menciona, quien da gracias a Dios por conservar su empleo en tiempos de crisis. 

Mi esposa y yo trabajamos solo por las tardes para ayudar a los niños en las clases virtuales. El sueldo se redujo, pero al menos mantenemos el empleo y ayudamos a nuestros hijos.

Humberto Lozano, padre de familia de tres escolares

Algo que no puede decir Melba Moscoso, quien tuvo que abandonar su empleo para dirigir, desde casa, la educación de sus tres hijos de 11, 5 y 3 años. "No tenía con quién dejarlos y junto a mi esposo decidí que era yo la que debía quedarme junto a los niños", señala, al indicar que una vez que el panorama escolar se normalice posiblemente busque un nuevo empleo. 

AcompañamientoEn la Zona 8 hay 49.275 estudiantes en educación inicial que necesitan acompañamiento en su proceso de aprendizaje.

Psicólogos y sociólogos consultados por EXPRESO señalan que el trabajo y la familia no deben ser excluyentes mutuamente y que deben crearse entornos laborales que permitan el desarrollo profesional y la calidad de vida familiar. 

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"De no ser posible el teletrabajo se debe brindar a los padres las facilidades de entrada y salida para que puedan cumplir sus responsabilidades con sus hijos hasta que todos los niños retornen a las aulas", puntualiza Viviana García, psicóloga educativa.

Propuesta

ENTORNOS LABORALES ADECUADOS

Expertos educativos consideran que debe existir un conciliación entre lo laboral y lo familiar. "No es justo que una madre tenga que renunciar a su trabajo por falta de tiempo para asistir a sus hijos en las tareas escolares. El empleador debe considerar que la situación ha cambiado en casa y que quienes están al frente de estas también se han convertido en profesores de sus hijos y que por ello deben darle las facilidades para que cumpla con este rol", indica Luisa Merizalde, psicóloga.

Reconoce que los niños de educación inicial necesitan más acompañamiento durante la jornada virtual desde casa, por lo que el cuidador debe estar junto a él en ese momento.

Presencialidad

UN RETORNO PARA  300.000 ALUMNOS

Desde el 7 de junio pasado cerca de 1.500 centros educativos del ciclo Costa retornaron a clases semipresenciales, de manera progresiva y voluntaria, después de 15 meses de educación virtual, por la pandemia de la COVID-19. La reapertura incluye a 120.000 estudiantes de los 2’400.000 que hay en este régimen. 

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En cambio, el 1 de septiembre, alrededor de 170.000 alumnos, de un total de 1’700.000 matriculados, regresaron a las aulas en forma presencial para un nuevo año lectivo en la Sierra y Amazonía. 

Docentes y personal administrativo de los centros educativos ya se han vacunado con las dos dosis; mientras que se continúa inoculando a escolares hasta los 12 años de edad.