"Cómo pueden tener cuerpos de más de un año", médicos sobre morgue de Guayaquil

Gallinazos sobrevolando. Malos olores. Malestar. Preocupación. Quienes laboran y habitan en los alrededores del Centro Forense Guayaquil no aguantan la situación sanitaria en la que se encuentra la zona.

Alrededor de las 14:00 de ayer, la puerta del contenedor que no refrigera fue abierta. Desde las oficinas de la Unidad de Servicio Centro Técnico Municipal del Cabildo porteño se percibía el olor que despedía la caja, en donde hay aproximadamente 100 cuerpos, según funcionarios del Laboratorio de Criminalística. Estos cadáveres datarían de 2023.

Debido al hedor, tanto el personal de seguridad privada del Centro Forense Guayaquil como las personas que esperan en los exteriores de la entidad para retirar los cuerpos de sus familiares que yacen allí, tienen cubiertas sus narices y bocas. Sin embargo, a criterio del médico Francisco Plaza, expresidente del Consejo Médico Andino y experto en salud pública, las mascarillas que usan las personas no los protegerían de posibles infecciones infectocontagiosas, solo atenuarían los malos olores. Por lo que en realidad no sirven bajo este contexto sanitario.

Desde hace 23 días no refrigera uno de los tres contenedores donde yacen cuerpos. En la entidad forense hay aproximadamente 300 restos humanos que datan desde 2022.

Quienes habitan en el sector advirtieron que gallinazos habían comenzado a sobrevolar la zona. Un trabajador denunció a EXPRESO que del contenedor que estaba en la mitad de los tres, fluía un líquido rojo por su base. Él expresó que está preocupado por su salud.

Roberto Ponce, médico especialista en gerencia de auditoría de calidad de la salud y exdirector ejecutivo de la Agencia de Aseguramiento de la Calidad de los Servicios de Salud y Medicina Prepagada (Acess), advirtió que si Medicina Legal abre ese contenedor, eso sería perjudicial para la salud. También manifestó que no deberían colocar esos cuerpos en otro contenedor. “Eso jamás sería el procedimiento”. Plaza dijo que los cuerpos en descomposición expiden gases tóxicos, como fenoles y nitrosamina volátil, que provocan cáncer.

Ponce recomendó que los cuerpos sean tratados como desechos biológicos, por la condición en la que se encuentran y ante su avanzado proceso de descomposición. Es decir, que estos deben ser incinerados en el cementerio, por su alto riesgo biológico.

O que metan todos los cadáveres en cal, para preservar la salud y bienestar ambiental, sugiere Plaza. Pero “aquí vivimos en un país donde el salvajismo está a la orden del día”.

Plaza advierte que si abren esos contenedores, eso puede provocar enfermedades infectocontagiosas, porque las moscas y otros insectos que se posarán en los cadáveres, luego pueden entrar en contacto con el agua y los alimentos que después ingerirán las personas.

Ante los hechos suscitados en la dependencia del Servicio Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses, nadie quiere pronunciarse. EXPRESO se comunicó con los ministerios de Ambiente y de Salud, así como con la Acess y la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa), pero todos sostienen que no tienen injerencia en el caso.

Tampoco quisieron hablar con este Diario la Gobernación del Guayas y el Municipio de Guayaquil. A pesar de la insistencia que ejerció EXPRESO.

Ponce manifiesta que “eso no puede quedarse en el aire, para eso está el Ministerio de Salud Pública”. Por lo que, a su criterio, la Coordinación Zonal 8 de la cartera de Salud y la Dirección Nacional de Vigilancia Epidemiológica deberían hacer un control sanitario para evaluar las condiciones en las que se encuentra el centro forense.

Esta dependencia cuenta con contenedores a raíz de la pandemia de covid-19, cuando llegaron a tener seis. Ahora cuentan con tres. Plaza sostiene que los cadáveres deben ser guardados en cubículos refrigerados y no en contenedores.

“Me llama la atención que la Policía (Servicio Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses) tenga tantos cuerpos sin tomar en cuenta los debidos procedimientos”, advierte Ponce. “¿Cómo pueden tener cuerpos de más de un año?”.

Ante esto, el médico Plaza responsabiliza de estas negligencias directamente a Alejandra Pérez, coordinadora técnica de Medicina Legal, y a Gustavo Zárate, director general de la entidad forense. Con eso concuerda su colega Ponce, ya que al no contar con un adecuado y estricto protocolo se demuestra la negligencia del Servicio Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses. “Ellos debieron haber tenido pertinentemente un convenio con los cementerios para la inhumación de los cuerpos”.

Ponce sostiene que “los cuerpos no pueden pasar más allá de seis meses en el frigorífico y más si no están formolizados, ya que hay un proceso de descomposición y son gases tóxicos para todos”. Agrega que “si un cuerpo va a tener una temporalidad más allá de un mes, debe ser formolizado”. Por lo que llama la atención a la Policía Nacional a que revise cómo están manejando sus unidades forenses. “¿Cómo pueden tener cuerpos de más de un año?”, les reprocha el galeno.