Colegios imparten estrategias de seguridad a sus estudiantes
Varios planteles privados guían a los niños para que sepan cómo actuar frente a la ola delictiva. Charlas, simulacros y videos, son parte de esta tarea
El fuerte sonido de la sirena alerta a los estudiantes del Liceo Panamericano. Hay quienes piensan que llegó el cambio de hora de clase, pero la alarma se vuelve persistente. Entonces, los niños se levantan de sus pupitres y los arrastran apresuradamente, pero de manera ordenada, hasta llevarlos a la entrada principal del aula, para formar una barricada. Unos cierran las puertas y ventanas con seguro, mientras que otros apagan los objetos luminosos como teléfonos celulares, pantallas, etc., para evitar ser observados desde afuera. Todo esto sucede en menos de un minuto.
Estos ejercicios forman parte de un simulacro de repliegue y confinamiento que este centro educativo privado realiza dos veces al mes, con la finalidad de que sus estudiantes conozcan estrategias de cómo deben actuar en caso de que alguna persona con arma ingrese a la institución. Pero, también son guías que los chicos pueden ponen en marcha fuera del aula: en sus casas, en la calle, en algún centro comercial y en cualquier sitio que se presente alguna situación provocada por la ola de inseguridad que afronta Guayaquil.
El cambio a un plantel a distancia será la opción para quienes no deseen volver a las aulas
Leer másLas prácticas están a cargo de profesionales que ofrecen instrucciones que les sirvan a los alumnos para cualquier situación de orden social que pudiera afectar a la institución como conflictos entre padres; o alguna que pudiera poner en riego la seguridad del personal.
“No podemos entrar a confrontar directamente a una persona que quisiera atentar contra la seguridad interna de un plantel; pero sí podemos darles las guías a los estudiantes y personal docente para que sepan cómo manejarse ante estas circunstancias”, menciona Richard Lozano, coordinador de Gestión de Riesgo de este plantel que tiene dos sedes: una en el Barrio del Centenario, en el sur de Guayaquil, y otra en la vía Samborondón.
El colegio cuenta con 40 brigadistas y cuatro coordinadores de brigadas que también trabajan en los simulacros de evacuación ante un temblor y terremoto, que el Ministerio de Educación obliga a todos los colegios del país a realizarlos una vez al mes.
Los ejercicios que realizamos dos veces al mes les enseña a los alumnos a protegerse en caso de un ataque con armas dentro o fuera del colegio. Ellos son muy receptivos.
No obstante, el repunte delictivo ha despertado las alertas en varias instituciones educativas de cómo guiar a sus alumnos para que reaccionen de manera adecuada. Y a esta tarea también se ha unido el colegio particular Thomas More, ubicado en la vía La Puntilla-Salitre, que promueve el cuidado y seguridad de sus estudiantes a través de la práctica de simulacros, frente a situaciones de inseguridad en las calles.
Hemos grabado varios videos con indicaciones de lo que se debe hacer en situaciones de violencia. Esos trabajos son entregados a los estudiantes para que los revisen con sus padres.
En este plantel, las clases de Educación Física han tomado un giro. A los ejercicios tradicionales se les ha añadido simulacros de emergencia en caso de tiroteos. La indicación que se le da a los estudiantes es que se tiren al piso; también ensayan cómo esconderse detrás de los muros.
Sería bueno que en todos los colegios impartieran charlas de seguridad para que nuestros hijos sepan qué hacer en caso de estar presente en algún acto de violencia.
“Trabajamos con simulacros de emergencia para actuación en casos de siniestros que pongan en peligro la integridad física de los alumnos y sus familiares como: balaceras, robos, secuestro exprés”, manifiesta Érika Laínez, directora general de la institución, al agregar que también se ofrecerán charlas a los padres de los niños de tres a siete años con temas relacionados a cómo evitar un secuestro, cómo identificar a un secuestrador, qué hacer si me siguen, qué hacer si sufre un secuestro exprés, qué hacer cuando están en un lugar cerrado frente a un robo.
Las charlas serán reforzadas por personal de la Unase, una dirección de la Policía Nacional especializada en la resolución de casos de secuestro y extorsión.
Las prácticas son entrenamientos donde demuestran la actuación frente a situaciones de riesgo ante la ola de violencia que existe en el país.
“No lo hacemos con el afán de alarmar a la comunidad educativa ni de crear falsas presunciones, sino con fines de prevención y cuidado de nuestra comunidad”, anota Laínez, quien resalta que en el plantel que dirige también se dictan clases de defensa personal y karate para los estudiantes.
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Leer másManolo Ortiz, experto en seguridad, cree conveniente que se implemente una estrategia nacional en el sistema educativo para preparar a los estudiantes frente a esas situaciones de violencia. “Es importante instruir a los niños sobre el tema y se lo puede hacer desde el colegio, con actividades extracurriculares o que formen parte del pénsum”, sugiere.
Al planteamiento se suman los padres de familias, quienes aseguran que lo que aprendan en los colegios puede ser replicado por los niños en sus casas para que las familias también sepan cómo actuar ante ciertas circunstancias adversas.