Guayaquil: El colorido navideño va desapareciendo de la ciudad
Pocos engalanan las ventanas de sus viviendas con adornos de la época. En los barrios se va perdiendo la tradición de armar el árbol entre los vecinos
Situación económica, falta de tiempo, cansancio, otros tiempos. Son, entre otras, las razones por las que ciertas tradiciones navideñas se van perdiendo de a poco, como la colocación de luces en las ventanas o balcones, en viviendas o en barrios, dejando sin color y brillo una época caracterizada por ese fulgor.
“Ya ahora todo es ‘muerto’. Hace tres, cuatro años atrás, todo mundo ponía sus foquitos, pero ahora nada. Ya las tradiciones se están perdiendo y por la economía también”, considera el comerciante José Mecías mientras observa el tradicional árbol de Navidad ubicado en las calles Portete y la 29, en el suroeste de Guayaquil. Un sector que en esta fecha ya empezaba a engalanar sus viviendas de luces y guirnaldas, pero que ahora luce gris.
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Leer másMercy Castillo recuerda que -el año pasado- el árbol navideño colocado por el Municipio lo terminaron de decorar recién el 24 de diciembre.
“Este año ya es de que hayan empezado a adornarlo. Desde el 15 de noviembre generalmente es tradición decorarlo, pero hasta ahora no lo hacen”, resalta la joven, quien en el local que atiende ya comenzó a colocar su árbol para adornarlo y así mantener esa tradición que ha pasado de generación en generación.
Reconoce que por la pandemia se perdieron muchas cosas, como las reuniones familiares que se hacían por la época, aunque cree que puede cambiar este 2021. Pero, al igual que Mecías, observa que han subido de precio los adornos navideños y no hay dinero para gastar en esas compras.
Ahora todo es ‘muerto’, ya nadie adorna sus casas con los foquitos, por la economía, las tradiciones también se están perdiendo, aquí las casas se ven grises en las noches.
Diego Niame defiende que, con las ofertas que ha colocado en su local, la venta de objetos navideños ha aumentado un poco en relación al año pasado, en que la mayoría pasó confinada por la COVID-19.
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Leer más“Ya la gente está empezando a comprar, están un poco gastados, pero está incrementando un poco la venta, aunque no es como antes que en cada casa había un arbolito o luces, ahora hay poco”, señala el comerciante. Recuerda que en su niñez para esta fecha casi todas las casas estaban iluminadas y engalanadas.
Desde el 15 de noviembre, generalmente es tradición decorarlo, pero hasta ahora no lo hacen... por la pandemia se perdieron muchas cosas como las reuniones de familias.
Al frente de su local, Silvia Padrón también ofrece ofertas en adornos y modernos árboles para atraer más clientela; pero, quienes ven la mercadería le han confesado que no pondrán este año arreglos, por economía. “Dicen que no hay presupuesto para colocar el árbol y adornarlo. Yo creo que siguen depresivos por la pandemia y se está perdiendo esa tradición. En mi caso, yo no hago nada de eso, apenas he adornado una ventana, pero este año no lo he hecho”, cuenta en medio del pedido que le hace una de sus niñas para armar el árbol. Hasta la fecha, ella no ha vendido ningún artículo navideño.
Ahora no tengo arbolito, ni a mis hijos que me lo armaban, faltan energías y debo de cuidar a mi esposo. Un economista con otros vecinos se encargaban de adornar la cuadra.
Doña Elvia Rivas recuerda que hasta hace unos años, un vecino se encargaba con otros moradores de adornar y pintar las jardineras y veredas de la peatonal donde vive, en Sauces 1, en el norte de la ciudad, donde un gigantesco árbol de metal ataviado de luces resalta en la cuadra. Así lo disfrutaba el barrio, aunque la mayoría de casas no está adornada para la época que viene.
Pero, para Elvia, el cansancio puede más a continuar con tradiciones. “Era mi hija quien armaba el árbol y ya se fue con su matrimonio y yo tengo que atender a mi esposo, que está enfermo”, justifica al mostrar los foquitos que están colocados desde el año pasado, en una de las ventanas de su casa.
La gente solo mira. Quienes han venido dicen que no van a comprar árboles porque no hay presupuesto... se está perdiendo esa tradición. Yo no hago eso.
Y es que “la nueva generación no sigue esas tradiciones, porque viven tan rápido”, considera su vecina Cecilia Domínguez, quien revela que ya no pone el árbol de Navidad “porque es un trabajo sacarlo, ponerlo, lo que hago es ubicar adornos, de vez en cuando pongo los focos en ventanas”.
Pero, a pesar de lo que cada uno celebra dentro de su hogar, el árbol de Navidad de la peatonal se enciende desde estas fechas para motivar a los demás moradores e incentivar ese espíritu navideño que nos caracteriza en la Perla del Pacífico.