Comerciantes de la Bahía tras linchamiento: ''Mejor ellos que nosotros''
Vendedores afirman que la falta de atención de la policía los llevó a tomar acciones contra los delincuentes
Los comerciantes de la Bahía tienen la consigna clara: ladrón que entra, ladrón al que le dan ‘palo’. Están cansados de la inseguridad y de que no haya patrullaje policial en la zona, por eso han decidido hacer justicia por mano propia.
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Así, justifican lo que ocurrió el pasado sábado 28 de septiembre en este ajetreado y movido sector comercial de Guayaquil. Aquí, tres presuntos ladrones intentaron asaltar un local de venta de celulares, pero les salió mal y eso desató la barbarie en pleno centro porteño.
“Ya no era la primera vez que les robaban. Eran como las cuatro y media de la tarde, y vimos que se acercaron tres tipos a pedirle dinero al dueño. Él tenía el efectivo en un canguro. Nadie intervino porque imaginamos que era un cobrador”, relató Juan (nombre protegido), testigo de cómo empezó el linchamiento.
Los ‘vecinos’ entraron en alerta cuando los individuos sacaron armas de fuego y le pidieron todo el dinero, sin notar que detrás del comerciante se encontraba uno de los guardias de seguridad del negocio. “Él (guardián) les disparó, pero parece que la pistola (el tiro) se le encasquilló. En ese momento, los ladrones también dispararon para amedrentar y aprovecharon para correr hacia la avenida Malecón. Empezamos a gritar que lo cojan, que era un ladrón”, agregó.
A la voz de “cójanlo, cójanlo”, los otros comerciantes y ayudantes de la Bahía se unieron y corrieron detrás del grupo, pero dos de ellos alcanzaron a huir y solo persistieron en perseguir al sospechoso que tenía el canguro con el dinero.
Al llegar a la intersección de Colón y Pedro Carbo, a unas cinco calles del sitio del robo, el presunto delincuente resbaló y en ese instante la multitud aprovechó para empezar con los golpes: “le ‘cayeron’ a batazos y luego a patadas y puñetes. Yo, la verdad, es que me salí porque me dio pena. Una cosa es quitarle el dinero y seguirlo; otra, darle golpe hasta dejarlo ensangrentado”, aclaró.
Horas más tarde, la Policía Nacional confirmó que el supuesto ladrón, identificado como Michel Fernando Brunet Vite, de 26 años, falleció en una casa de salud. Brunet tenía en su prontuario dos antecedentes criminales: uno en marzo de 2021, por ocultación de objetos robados, y otro en agosto de ese mismo año, por robo.
¿Hay miedo a represalias?
Desde el incidente, los vendedores de la zona están vigilantes ante cualquier movimiento inusual, incluso a la presencia de cámaras fotográficas o celulares grabando los quioscos. Todos temen por represalias de alguna banda criminal a la que podrían haber pertenecido los ajusticiados. Por esa misma razón prefieren no revelar sus identidades. Decidieron hablar bajo esa condición.
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Leer másCuando este Diario consultó sobre el patrullaje policial a cuatro vendedores que estaban reunidos en una isla de venta de artículos electrónicos, todos estallaron en carcajadas. “(Los policías) solo vienen para la foto y luego se van. Regresan cuando pasa algo y a las horas. Si no, nada”, aseguró en voz alta uno de los mercaderes.
Otro señaló con su mano hacia una carpa de la Policía Nacional, que fue colocada luego de una visita ‘sorpresa’ del gobernador del Guayas, Vicente Auad, el pasado 26 de junio de 2024. Sin embargo, dicha carpa suele ser ocupada por comerciantes informales o compradores que buscan sombra para evitar el sofocante calor.
El presidente de una de las decenas de asociaciones de comerciantes que existen en la Bahía indicó, bajo reserva de su nombre, que “cada asociación se organiza por su cuenta, financia (recolectando una cuota de dinero cada cierto tiempo) y contrata el servicio que cree más conveniente”.
Otro vendedor, que se animó en ese momento a opinar sobre el tema, agregó que en la Bahía “la gente no es para nada unida, cada quien ‘jala para su propio molino’, pero cuando se da la voz de alerta, todos se unen para someterlos (a los ladrones)”.
Los comerciantes prefieren no hablar cuando se les consulta si conocen la identidad de alguno de los participantes de la golpiza. Para ellos, está “más que justificado, porque ellos (los ladrones) no nos tienen pena a nosotros”, manifestó la dependiente de una tienda de venta y reparación de celulares.
“Mejor ellos (que salgan perjudicados) que nosotros”, añadió un vendedor de pantalones que iba ‘soplado’ por los pasillos, pero que alcanzó a escuchar la conversación.
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Leer másConsecuencias legales
El abogado penalista Giovanny Kichimbo explicó que las personas que participaron en la agresión podrían ser identificadas y enjuiciadas por el delito de asesinato, un crimen que el artículo 140 del Código Orgánico Integral Penal (COIP) tipifica con una pena privativa de libertad de entre 22 y 29 años. Sin embargo, teniendo en cuenta las circunstancias agravantes, la sentencia podría llegar hasta los 38 años de prisión.
“En este caso se juzga por asesinato, que es diferente al homicidio, porque ocurrió en medio de un tumulto, durante un evento de conmoción social, y esta es una de las circunstancias que constituyen este delito, que es más grave”.
Kichimbo indicó también que, al tratarse de un delito de acción pública, le corresponde a la Fiscalía actuar de oficio e investigar la muerte del hombre, independientemente de las acusaciones que pesaran sobre él. Considera que, con la gran cantidad de material audiovisual que circula sobre el incidente, se podría identificar a más de un responsable del violento ataque.
Para Kichimbo, #se debe actuar con el máximo rigor, pues estas conductas no deben ser toleradas, aunque él opina que debería estar tipificada en el COIP como un delito independiente, con una sanción diferente a la del asesinato.
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