El terror del secuestro se apodera de Guayaquil: hubo tres casos en cuatro días
El terror se extiende a diferentes sectores. Comerciantes, los más vulnerables. Alegan que es una modalidad de las mafias para obtener dinero rápido
La ciudadanía siente pánico. Le duele ver cómo Guayaquil y cantones aledaños como Daule, Durán y La Puntilla (Samborondón) desde el año pasado se han convertido en el blanco de los secuestradores. “Ya no podemos salir a comer, a pasear, a trotar... No podemos ya vivir. ¿Qué opción nos están dando?, ¿que huyamos del país?, ¿que engordemos la lista de la migración? Nuestras autoridades no sirven para nada. Lo que pasó en La Joya (La Aurora, Daule) me rompe el alma”, se quejó ayer Sonia Cascante, una residente de Villa del Rey que no podía aún creer que la noche anterior toda una familia había sido raptada en un restaurante ubicado dentro de una plaza comercial. Y ante la vista de todos.
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Leer másY es que según las grabaciones del hecho (ocurrido cerca de las 19:00 del pasado 9 de marzo) captadas en cámaras de seguridad, se puede ver cómo sujetos vestidos de policías ingresaron con armas de grueso calibre y, tras asaltar a los comensales, se llevaron a una pareja y a su hijo de 10 años. Hasta el cierre de esta edición, el menor y la mujer habían sido liberados. Antes cancelaron 70 mil dólares. El padre seguía en manos de los plagiadores.
Sobre cuántos delitos de este tipo han sido cometidos en Daule, las autoridades no han revelado las cifras. Lo que se sabe es que solo en la Zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), según datos de la Policía, en lo que va del año han sido secuestradas siete personas. De hecho, tres de los secuestros ocurrieron en cuatro días. El 6 de marzo, en Durán, fue secuestrado el comerciante Neptalí Ramos, liberado horas después por la Policía. Y un día después, en el suburbio porteño, raptaron a la dueña de un negocio de abastos. En este último suceso, tres sujetos armados fueron los que ingresaron al local y la subieron a un vehículo que estaba estacionado a una cuadra.
- Neptalí Ramos, secuestrado el pasado 6 de marzo en el cantón Durán, pudo ser liberado y se reencontró con sus familiares. “El señor estaba golpeado, lo hallamos vendado, en condiciones infrahumanas”, manifestó en rueda de prensa el general Edwin Noguera, comandante zonal.
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Leer másEn el caso de la liberación de Ramos, la Policía dio una rueda de prensa, ofrecida por el comandante de la Zona 8, Edwin Noguera, y el gobernador del Guayas, Francesco Tabacchi, el martes anterior, quienes revelaron las cifras de los secuestrados en el territorio y además aseguraron que por estos hechos 12 implicados han sido detenidos en flagrancia.
Kléber Carrión, experto en seguridad y fundador de la Unidad Antisecuestro y Extorsión (Unase), señaló que el escaso costo operativo es lo que está provocando que el secuestro se vuelva un delito en auge y común en Ecuador. Muestra de esto, aseguró, fue lo ocurrido en menos de 24 horas con dos comerciantes.
“Ellos han sido víctimas de delincuentes que buscan la forma de conseguir dinero para financiar sus organizaciones delictivas”, afirmó Noguera, que hizo énfasis en que las agrupaciones criminales buscan el delito de oportunidad y que las víctimas pueden ser personas pudientes o dueñas de locales comerciales pequeños, siendo los victimarios los encargados de conseguir los fondos para que subsistan las mafias.
“Los constantes operativos han permitido el bloqueo de organizaciones que viven del dinero ilegal, del robo, del delito. Ahora estas estructuras han generado que ese grupo, que estaba destinado a conseguir los recursos, lo haga a través del secuestro. No les interesa si es un comerciante grande o pequeño, lo que necesitan es el dinero para seguir manteniéndose”, explicó el uniformado.
Es hora de que las autoridades que tienen la competencia de revisar las leyes emitan unas que sean beneficiosas para la ciudadanía y no para los delincuentes.
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Leer másCarrión, por su parte, afirmó que el secuestro no es un delito nuevo, ya que en la década del 80 se dieron hechos de connotación en el país. Sin embargo, comenta que en la actualidad son las organizaciones criminales las que incurren en este tipo de delitos, para mantenerse.
“El costo operativo de sustentar un grupo delictivo es elevado y encima en sus zonas territoriales el traslado y el hecho de captar adeptos requieren de una fuente de financiamiento, y estos delitos lo son. Les sale más barato que vender droga, es una financiación directa al bolsillo”.
El experto en seguridad Jorge Villacreses profundiza en que esta modalidad de crimen es el “nuevo nicho” de los delincuentes para obtener dinero rápido. “Estas bandas delictivas se dedican a hacer estos secuestros, detienen a las víctimas y hacen que sus familiares paguen cierta cantidad de dinero”, indicó Villacreses, al recordar que antes lo que predominaba era el secuestro exprés.
Todos estamos expuestos. No hay que comentar a personas que no son de nuestra confianza a dónde iremos, el desarrollo de nuestros días. Hay que tomar rutas alternas.
El también experto en criminalística John Garaycoa coincidió y agregó otra razón del auge de este delito: los delincuentes ya no le tienen miedo a la cárcel.
“No hay una estadística que pueda establecer después de cuántos delitos un antisocial va preso. Hoy por hoy hacen equis cantidad de ‘vueltas’, robos, asesinatos, y lo peor que les puede pasar es que les den un tiro, pero eso es lo menos probable. De allí que si van a la cárcel, será después de quién sabe cuántos crímenes. Y ya encarcelados, pues tienen contactos dentro y afuera, así como los abogados que se dedican a defenderlos, que logran sacarlos. Hay artimañas ahora en todos lados, incluso entre los abogados pillos. Allí hay otro problema”, argumentó.
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Leer más¿Qué hacer ante esta situación que cada vez se extiende a más sectores y no mira clase social? Villacreses lamentó que “todos estamos expuestos”, pero remarcó que quienes están más expuestos son los dueños de negocios o locales comerciales. Aconsejó tomar rutas alternas, evitar publicar en las redes sociales las actividades que realizan diariamente y procurar ir a lugares seguros.
Garaycoa a la vez, al menos en estos tiempos, exhortó a que se mantengan en “perfil bajo” y desconfíen de todo al momento de contar las ganancias diarias. “El delincuente ve ahí una caja fuerte, dinero rápido, fácil. Para evitar ser un blanco, hay que ser extremadamente minucioso”, alertó.