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Hecho. A diario el Municipio clausura locales comerciales en la ciudad.Cortesía

Coronavirus: 56 nuevos locales son clausurados en Guayaquil

Entre los establecimientos hay lavanderías y peluquerías. Desde el toque de queda, se han emitido más de 360 sanciones

Un día más de cuarentena y un día más que continúan cerrándose locales por no cumplir con la norma establecida por las autoridades en tiempos del coronavirus. Este fin de semana, según lo informó Xavier Narváez, director de Justicia y Vigilancia de la Alcaldía de Guayaquil, se pusieron los sellos de clausura en negocios ubicados en las calles Francisco Segura y la 17, la 25 y Primer Callejón Segura, la 25 y Chámbers, 4 de Noviembre y la 12, la A y la 11, la 25 y Francisco Segura, Guerrero Martínez y Nicolás Segovia, entre otros sectores.

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Fueron en total 56 los locales clausurados por abrir sus puertas, pese a no estar autorizados para trabajar durante la emergencia sanitaria. Entre los negocios hubo desde barberías, peluquería y un bazar, hasta almacenes de pinturas, de venta de CDs de música, películas y videojuegos. Un local de servicios de fotografía y filmaciones también fue cerrado.

La clausura, según lo informó el Municipio a través de un documento, se mantiene hasta que se retomen las actividades normales y la multa será de hasta un salario básico.

El jueves pasado a otros 40 negocios se les colocó el sello de clausura. En ese entonces, la cifra de locales cerrados desde el 16 de marzo pasado, cuando el Gobierno decretó el estado de excepción por la pandemia, llegaban a 300. Hoy se acercan ya a los 360.

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Cifra. Desde que inició el estado de excepción, en la ciudad se han clausurado 356 locales comerciales.Cortesía

Respecto a este hecho, entre la población hay opiniones divididas. Por un lado están la de los afectados, que consideran necesario ya aperturar los negocios para evitar terminar en la quiebra. Josué Saltos es el propietario de una peluquería ubicada en Sauces 4 y hace un llamado al Municipio a que se les permita trabajar con las medidas de bioseguridad implementadas.

"La gente está quebrando y no quiero ser parte de las cifras. En mi caso, he comprado ya seis trajes de bioseguridad, además de guantes y mascarillas para mi personal. Vamos a trabajar por turnos y, por la cercanía con el cliente, habrá ciertos servicios que no daremos. Sin embargo necesitamos reaperturar los negocios. No defiendo a los infractores, pero entiendo cláramente por qué lo están haciendo", manifiesta Saltos, quien se ha dedicado casi una década a este servicio.

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Para otros, sin embargo, que continúen cerrándose este tipo de establecimientos es lo más oportuno, aunque afecte a gran parte de la población. "Si no hay controles y limitaciones ahora, es posible que todo se salga de control. Finalmente he visto que Guayaquil está volviendo a ser lo que era: no se escuchan tantas ambulancias, ni se ve la desesperación en las calles, como los primeros días de esta pandemia. Hay que aguantar un poco más", agrega Esteban Villarroel, propietario de un asadero en la sexta etapa de la ciudadela la Alborada.

Para Villarroel, quien asegura estar viviendo con los ahorros que ha tenido, a los comerciantes y emprendedores no les queda de otra que reinventarse. "Ahora toda adaptarnos a una nueva normalidad. Jamás vendí a domicilio porque lo mío era que la gente vaya a mi local, me sentía incluso hasta más seguro. Desde el lunes venderé a domicilio, lo voy a intentar. Debo priorizar a como de lugar la salud mía, de los míos y de la comunidad", señaló.

Respecto a la multa impuesta por el Cabildo, la mayoría de ciudadanos consultados la cree justa. "Si es de menos, la gente no aprende y sale a las calles. Lastimosamente solo cuando nos tocan el bolsillo, entendemos que es necesario acatar las órdenes", agregó Lourdes Baldeón, dueña de una pequeña tienda de bisuterías.