Coronavirus: Sin computadora e internet la educación virtual se complica

Cuando Digna Pinela se enteró de que su hija comenzaría el año escolar del régimen Costa en modalidad virtual, lo primero que pensó fue en la computadora y conexión a internet que no tiene. Digna, quien es madre soltera, trabaja como empleada doméstica, con un sueldo básico, con lo que mantiene sola a su hija de ocho años. Por eso, admite, no le alcanza para pagar más que la comida del hogar, su transporte diario y los servicios básicos de su casa, ubicada en la cooperativa Balerio Estacio, en el noroeste de Guayaquil.

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Pero la hija de Digna no es la única. En la provincia de Guayas, solo la mitad de los hogares cuenta con acceso a una computadora, según un estudio de 2016 del Instituto de Estadísticas y Censos (INEC). En el resto del país es mucho peor: dentro del territorio nacional 7 de cada 10 ecuatorianos no tienen acceso a equipos tecnológicos, entre computadoras portátiles y de escritorio.

El Ministerio de Educación anunció que el ciclo escolar en la región Costa iniciaría el 4 de mayo con clases en línea, para salvaguardar la salud de los estudiantes frente a la pandemia del COVID-19.

Expertos consultados por Diario EXPRESO señalan que creer que todos los niños del país pueden acceder a este tipo de educación es vivir alejado de la realidad.

La máster en educación tecnológica, Dolores Zambrano, asegura que “no todas las familias están en condiciones de acogerse a la modalidad virtual, debido a que los sistemas de conexión de internet en Guayas no son suficientes”.

Los resultados del INEC revelan que solo el 35 % de las personas cuenta con acceso a internet propio. Es decir, casi tres cuartos de la población guayasense tiene dificultades para estudiar en línea.

Las cifras empeoran en los sectores rurales del país, ya que mientras en las ciudades el 45 % posee acceso a tecnología, entre celulares y computadoras; en el campo, solo un 17 % lo hace.

“La educación en línea es imposible para muchas familias en Ecuador”, dice José Escalante, quien es educador en la fundación Enseña Ecuador, que atiende a niños que viven en lugares de difícil acceso.

Escalante enseña en zonas rurales de Pedernales y Cojimíes, provincia de Manabí. Allí, cuenta, hay pobladores sin celulares inteligentes, mucho menos una computadora. Incluso, “aunque lo hicieran, en el sector no hay señal de internet”, agrega el pedagogo.

Pero este no es solo un problema que afecte al estrato social económicamente deprimido, como es el caso de Digna, o en lugares recónditos, en donde enseña José. En sectores de clase media dentro de la ciudad, la educación virtual también es un problema.

A Cinthia Romero, quien vive en el norte de Guayaquil, le preocupa cómo hará para dividir la única computadora que hay en su casa para que su hija atienda clases y ella pueda teletrabajar.

Aunque el INEC categoriza a Romero como un grupo privilegiado, porque está dentro de las estadísticas de los hogares que gozan de acceso a equipos tecnológicos, lo cierto es que una sola computadora no es suficiente en tiempos de confinamiento, donde la vida se desarrolla casi en su totalidad en la casa.

Ella, al igual que el resto del país, se ha visto en la obligación de trabajar desde su hogar, debido al toque de queda que rige en Ecuador desde el 21 de marzo pasado. Pero deberá arreglárselas para suspender su trabajo mientras su hija de ocho años estudia. “Me es imposible comprar otra laptop, peor aún en la situación que vive el país”, indica.

Pero a Romero también le preocupa la calidad que tendrá esta modalidad de estudio. “Aunque he hecho un sacrificio por pagar la institución privada en la que estudia mi hija, no creo que los profesores estén capacitados”, acota.

Y no lo están. Así lo asegura la pedagoga Zambrano, quien también dirige la maestría en tecnología educativa de la Universidad Casa Grande. Esto se debe a que “la educación virtual tiene poco tiempo de ser considerada por algunas instituciones dentro del país, además de que no todas la han implementado en el pasado”.

Por otra parte, hay docentes que no se desprenden de viejos paradigmas de la educación, asegura la experta. “No es solo colgar un PDF o subir diapositivas para luego tomar pruebas objetivas que poco dicen del conocimiento adquirido”, expone. Se trata de entender a la red virtual no solo como medio para enseñar, sino como fuente para generar nuevos conocimientos. “Todo lo que hagamos ahora será prueba y error, por lo que los resultados se verán mucho más a futuro”, pronostica la académica.

No es que recién sea importante propulsar la educación en línea de manera democrática, comenta Zambrano. Pero la pandemia evidenció su urgencia y retraso a nivel nacional. Además ha dejado claro a qué grupos afecta: a los de siempre; es decir, a aquellos que buscan educarse, a pesar de enfrentar contextos precarios, pero que vuelven a caer en un círculo vicioso de obstáculos frente a grupos más privilegiados en cuanto a acceso tecnológico.

MINISTERIO OFRECE PLATAFORMAS Y LIBROS 

La ministra de Educación, Monserrat Creamer, indicó que durante las primeras dos semanas de clases se realizarán actividades con el uso de medios tecnológicos, que servirán para repasar aprendizajes previos y refrescar conocimientos.

Las instituciones educativas que no cuenten con plataformas tecnológicas de educación virtual o a distancia deberán aprovechar los recursos educativos disponibles en el portal web del Ministerio de Educación (https://recursos2.educacion.gob.ec). Allí, docentes y estudiantes podrán descargarse el material escolar por asignaturas y niveles.

También se sugiere realizar videoconferencias entre docentes, padres y estudiantes por nivel educativo.

Además se desarrollará Educa, una campaña en radio y televisión, una hora por la mañana y otra por la tarde, que se transmitirá en 1.000 emisoras y en las diferentes estaciones de televisión.

A los estudiantes de los sectores rurales y marginales se les hará llegar fichas de contenidos académicos, se imprimirá libros y materiales de textos con las actividades que deberán desarrollar durante la jornada escolar. El COE será el encargado de entregar los implementos.