Coronavirus: “No hay ni guantes ni mascarillas, las llevamos por nuestra cuenta”
La denuncia la hacen los médicos e internos rotativos de los hospitales públicos.
Temen decir sus nombres por temor a represalias. Sin embargo, sí se atreven a dar sus testimonios, bajo el anonimato, de cómo trabaja el personal médico e internos rotativos en los diferentes hospitales del país en medio de esta crisis sanitaria por la pandemia de coronavirus. Creen que es importante que la comunidad lo conozca.
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Leer más“Durante una de mis guardias en el área de emergencia, me tocó recibir a varios pacientes con síntomas febriles y tos fuerte. Estaba preocupado porque no tenía la mascarilla ni la prenda adecuada para atender al enfermo. No quería exponerme, pero mi vocación y responsabilidad me obligaron a brindarles atención”. Lo dice un estudiante de Medicina que realiza su internado rotativo en un centro hospitalario del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), en Guayaquil.
El joven, de 23 años, cuenta que en ese hospital no hay ni lo más elemental para evitar el peligro de contagio para el personal médico y mucho menos para quienes realizan sus prácticas de formación. “No hay gel, alcohol, guantes, mascarillas, ni batas desechables. Incluso, hasta el agua falta entre ratos. Sinceramente estamos expuestos”, detalla preocupado.
Una situación similar experimenta otra interna rotativa de un hospital público cuyo nombre no quiere mencionar. “Yo tuve que comprarme mis equipos de trabajo, ya que en el centro de salud no me quieren suministrar, no solo porque no los tienen, sino porque dicen que soy joven y no necesito mayor medida de protección”, reclama la estudiante, al lamentar que es terrible que esto suceda dentro de los hospitales públicos.
“El hecho de que seamos jóvenes no significa que no nos contagiemos y tampoco significa que no podamos contagiar a otras personas como compañeros, familiares y conocidos”, señala la interna.
La futura médica recuerda que las tareas que realiza son múltiples: preparación de historias clínicas, monitoreo de pacientes, acompañamiento a exámenes o transferencias, notificación de situaciones de alerta, realización de diversos procedimientos, llenado de frondosos registros, etc.
“Estas actividades consolidan nuestra formación profesional para una vida de sacrificios, razones suficientes para que desde nuestros inicios le den importancia a nuestro trabajo”, resalta esta joven, quien hace cinco meses pensaba que sus pininos en un hospital serían solo una experiencia más dentro de su formación académica.
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Leer más“Y así lo fue hasta mediados de febrero, cuando en el país todavía no se reportaba ningún caso de coronavirus. A partir del primer paciente con diagnóstico confirmado (29 de febrero), las cosas cambiaron y la situación se volvió preocupante, no solo para mí, sino para todo el personal que labora en las diferentes casas asistenciales”, puntualiza.
De acuerdo con la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt), alrededor de 9.000 internos rotativos trabajan activamente en el Sistema Nacional de Salud apoyando en esta emergencia sanitaria originada por la pandemia.
Las autoridades de Salud aseguran que se ha dotado a los hospitales de los materiales e insumos necesarios de bioseguridad; pero quienes trabajan dentro de estas dependencias insisten en que están desprotegidos. Dicen que lo han denunciado, pero que nadie se preocupa por ellos.
“Hay que tomar en cuenta que nosotros estamos trabajando para salvar vidas y que debemos tener la garantía de poder llegar a nuestros hogares, así como evitar ser transmisores en la comunidad”, aclara un médico que labora en el Hospital Universitario.
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Leer más“Todo el personal de salud está totalmente alarmado. Todos los días pedimos equipos de protección, pero no llegan las mascarillas, que son básicas. Nosotros queremos colaborar, pero hay días en que ni siquiera hay alcohol o esparadrapos para curar una herida, peor para afrontar una emergencia sanitaria como la que estamos viviendo ahora. No estamos preparados para eso”, denuncia el galeno, quien está pensando en dejar el hospital ante el temor de contagiarse y contagiar a más personas, entre ellas a sus familiares.
Otro galeno, que presta sus servicios en un hospital donde hay casos de coronavirus, menciona que, por su cuenta, está tomando algunas medidas de seguridad para evitar contagiar a más pacientes en la casa asistencial, así como a sus familiares en su domicilio.
“En mi casa, mi familia ha tomado muchas medidas para prevenir que el virus llegue en la ropa o en alguna prenda. Por eso, antes de ingresar a casa desinfecto los zapatos y me rocían alcohol en todo el cuerpo. Luego voy directamente al patio donde me quito la ropa y la dejo en la lavadora. Después me ducho. Pero eso no me quita el temor, creo que psicológicamente tampoco estamos preparados”, recalca.
Una enfermera de otro hospital también da su testimonio, pero pide que no se mencione su nombre, ya que le han advertido al personal que si hacen público estos problemas serán despedidos.
Algunos especialistas al llegar a casa, desinfectan sus zapatos y se rocían de alcohol.
“Trabajamos en mínimas condiciones de salud. Estamos en contacto con portadores del virus y con eso exponemos nuestras vidas y la de los demás, porque no estamos aislados”, anota, al manifestar que su esposo le ha pedido que deje el hospital, por lo menos hasta que pase la emergencia. “Lo estoy considerando”, recalca.
En cuanto a los internos rotativos, algunos hospitales públicos donde realizan las prácticas han optado por enviarlos a sus casas.