Guayaquil: Crece la atención psicológica debido a muertes violentas
Las consultas por duelo suben un 40%. Los profesionales atienden en línea por la inseguridad. Los adolescentes son atendidos particularmente
Andrea L. (nombre protegido) perdió a su hijo en un intento de robo a la entrada de su domicilio, al norte de la ciudad de Guayaquil. La pérdida para ella y su familia afectó psicológicamente, al punto de no salir a trabajar por más de un mes a su negocio de venta de repuestos para carros. “Primero fue el impacto de recibir la noticia por parte de la policía, quedé traumatizada; luego el temor a que nos hagan algo si denunciábamos. No cabe duda de que estamos mal y que necesitamos ayuda”, menciona con dolor la guayaquileña.
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Leer másLuiggi Sáenz de Viteri, psicólogo, atiende cada vez más personas que han perdido familiares por muertes repentinas, en lo que va de este 2023. “La pérdida de un ser querido debido a un asesinato, especialmente vinculado a la delincuencia o el sicariato, puede tener un profundo impacto en la salud mental. Es una experiencia traumática intensa que genera un trastorno de estrés postraumático, que se deriva en problemas en la salud física y de conducta, por eso el aumento de tratamientos en consulta”, explica el profesional, quien atiende a muchos de sus pacientes en línea por la inseguridad.
La pérdida de un ser querido por violencia genera un duelo más complicado. Es decir, se extiende por más de un año sentimientos de ira, culpa, confusión, frustración y desesperación.
Cree que el primer paso para iniciar un tratamiento es hablar abierta y honestamente sobre los sentimientos que se tienen con sus allegados, además de buscar terapia. “El primer paso es crucial. Compartir lo que sientes con tu familia. Aunque es importante recordar que el duelo es personal y no sigue un patrón idéntico para todos. Cada persona lo vive de manera única y a su propio ritmo”, sostiene.
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Juan Cando, catedrático y máster en psicología clínica, recibe en terapia un 40% más de pacientes con pérdidas familiares, argumenta que el incremento es por el nivel de violencia que se vive en el país, pero particularmente en Guayaquil. “Nuestra ciudad es una de las más violentas, y lo que vemos es pacientes con muchas más afectaciones paranoides, traumas, depresión y búsqueda de terapia del duelo. Esta última se ha vuelto de orden patológica, ya que si la persona no tiene las herramientas emocionales para sobrellevarlo, la depresión, la melancolía y múltiples trastornos entran en juego”.
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Leer másCando argumenta a este Diario las razones por la cual una pérdida familiar puede afectar con más severidad a los ciudadanos. “En el caso del fallecimiento de una persona muy amada, que sufre una enfermedad o que fallece de anciana, el trauma es menor. Primero, porque con una persona mayor sabes que el ciclo de vida es exacto, en algún momento esa persona debe de partir, pero eso no sucede cuando el que amas tiene 20 años y parte repentinamente. Aquí hay un corte abrupto emocional que impacta todas las áreas de la vida. Generalmente el peso es mayor cuando el círculo afectivo es mucho más amplio. Por lo cual, el tratamiento terapéutico no debe eludirse”.
Estas pérdidas son traumáticas y dejan huellas. Generalmente, las personas desean evitar el dolor, pero no es lo recomendable. Hay que aprender a saber cómo manejarlo.
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Leer másGinger Ruiz, psicóloga clínica y terapista familiar, con especialidad en niños y jóvenes, también ha visto un incremento en consulta de pacientes de 13 a 18 años que experimentan el dolor de formas particulares en comparación a los adultos. “Es un evento que afecta a todos. En los adolescentes, trastoca los pensamientos e ideas, con sensaciones y cuadros de dolor que se llevan por años. Los niños, aparte de la tristeza por la pérdida, que se puede manifestar con insomnio, anorexia, miedo a estar solo, falta de interés por las cosas que antes les motivaban y disminución acentuada del rendimiento escolar, también pueden generar pensamientos paranoides, de que la próxima víctima podrían ser ellos. Por eso es necesario el tratamiento integral de toda la familia, desde los mentores de los jóvenes hasta los más pequeños que sufren la ausencia abrupta de este ser querido”, argumenta.
Con los adolescentes no se puede intentar decirle que todo está bien o descartar su duelo. Hay que permitirles llorar. Respete su necesidad de pasar el duelo a su manera.
Guayaquil registra en lo que va del año 1.867 asesinatos y una tasa de 67,97 homicidios por 100.000 habitantes. Se trata de cifras muy altas, ya que el promedio mundial es de 6,1, según Naciones Unidas.
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Leer másEl Ministerio de Salud Pública en la provincia del Guayas, específicamente en la ciudad de Guayaquil, hasta el mes de septiembre atendió 56.126 pacientes por trastornos mentales y comportamiento, de los cuales 3.818 fueron trastornos mixtos de ansiedad y depresión.
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