Crimen dentro de una clínica deja con miedo a Guayaquil
Los asesinos ingresaron a Emergencia vestidos de policías. La víctima es una mujer peruana. Una de las hipótesis apunta a que se trató de un error.
En la habitación 1120 de Medicina General, en la clínica Kennedy de la avenida del Periodista, el amanecer de Carla Cecilia Rocchetti León se truncó, a las 06:15, por tiros que desconcertaron al personal, a las autoridades y a toda Guayaquil la mañana de ayer.
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Leer másMinutos antes, cinco individuos armados, dos de ellos con trajes de Policía, llegaron a la casa de salud en dos vehículos, uno de color amarillo y otro blanco; se acercaron hasta la puerta de ingreso y preguntaron al guardia de seguridad por un ciudadano que estuvo allí hasta la noche del martes.
El plan fue ejecutado de forma estructurada. Primero desarmaron al guardia, luego se dividieron. Dos de los criminales se quedaron en el piso de abajo, otro avanzó hasta las escaleras y dos más hasta la planta alta, a la camilla de Rocchetti. Fueron 16 disparos.
Carla Cecilia Rocchetti León tenía 41 años y era peruana. De todos los tiros, recibió al menos diez. Los cinco responsables de su muerte salieron de la clínica por donde entraron y se fueron como llegaron, en dos vehículos.
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Leer másEl que al llegar preguntaran por un hombre y terminaran matando a una mujer, deja a la Policía la hipótesis de un error. El general César Zapata, comandante de la zona 8 de Policía, informó que, al parecer, el ‘blanco’ de los criminales no era la extranjera, sino el hombre que estuvo internado 24 horas antes, también en la habitación 1120.
“Los asesinos entraron y se dirigieron directamente a la habitación 1120. El hombre por el que los tipos preguntaron registra antecedentes penales y fue víctima de un atentado el 20 de abril. Estuvo 14 días hospitalizado”, aseguró el oficial.
Se trata de Jonathan Quintero. Habita en la parroquia Posorja (Guayaquil), donde fue víctima de un atentado. “Vamos a verificar el estado de salud del señor. Al parecer, este hecho tendría nexos con el narcotráfico”, reveló el oficial.
En la página de la Función Judicial, Quintero registra varios procesos por delitos como por tenencia de armas, contra la vida y robo.
Una fuente policial reveló que la mujer asesinada tenía varios años residiendo en Ecuador y que también vivía en Posorja. “Ella se dedicaba a la comercialización y exportación de artículos médicos y de belleza. Tenía dos niños”, manifestó el investigador.
“La mujer recibía un tratamiento por una dolencia que presentaba. Le estaban suministrando un suero, porque esperaba cirugía. Los matones le dijeron al guardia que se quitara de la puerta, luego sometieron al personal médico y fueron directo a la habitación en el segundo piso, abrieron la puerta y dispararon”, explicó el comandante de la Zona 8.
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Leer másEn cuanto a los disfraces de Policía, otra de las hipótesis que maneja la autoridad, y que fue proporcionada por el comandante zonal, es que los matones utilizaron uniformes parecidos a los de la institución con la finalidad de pasar desapercibidos e ingresar las armas de fuego con las que cometieron el asesinato.
El crimen consterna a la ciudad, que no se termina de librar de la sombra de la inseguridad y que está en una zona en la que más sicariatos se registran, teniendo en cuenta que, solo en 2020, Guayaquil, Durán y Samborondón registraron 318 casos de muertes violentas de este tipo, que se derivaron, en mayoría, del narcotráfico.
El tema encendió el miedo en la ciudadanía. “Qué terrible. Estamos sumidos en una violencia extrema y sin precedentes”, escribió Fernando Palma al conocer del hecho de ayer. “Estamos a dos escopetazos y un burro en el poder de ser el viejo oeste”, dijo por su parte Marlon Caluña.
No es la primera vez que se irrumpe en un espacio privado para cometer un crimen. Ha habido ataques en espacios deportivos, parques y hasta fiestas infantiles, de acuerdo a los registros policiales.
Se hallaron armas en auto
Quince minutos después del asesinato de la peruana Carla Cecilia Rocchetti León, uno de los vehículos en los que llegaron a la clínica sus asesinos, un Kia Sportage blanco, sin placas, también utilizado en la huida de los criminales, fue abandonado, luego de una persecución policial, en las calles Camilo Destruge, entre Babahoyo y Abel Castillo, en el suroeste de Guayaquil.
El coronel Fernando Vaca, jefe del Distrito Nueve de Octubre, informó que dentro del automotor se encontraron dos fusiles, una pistola, 179 cartuchos, tres alimentadoras, celulares y una gorra de la Policía.
“Dos sujetos abandonaron el vehículo, avanzaron unos metros y se embarcaron en un bus para huir”, explicó el agente.
Dentro del automotor también estaba la placa, delantera y posterior, que los delincuentes, al parecer, le habían quitado al carro. Esa será pieza clave dentro de la investigación de este hecho.
El cuerpo de la víctima no había sido retirado aún.