Las cuadras ‘infernales’ que encienden a la Alborada
Es un tramo de la avenida Rodolfo Baquerizo Nazur, donde el tránsito es visto por conductores y comerciantes como peligroso. Perjudicados cuentan experiencias
Describir el tráfico vehicular de la ciudad de Guayaquil en una sola palabra, especialmente en las llamadas horas pico, es escuchar calificativos como:“¡caótico!”, “!terrible!”, “¡infernal!”...
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Leer másNo hay avenidas, calles principales y hasta secundarias de la ciudad: de norte a sur, de sur a norte, de este a oeste y viceversa, que se escapen del voraginoso tránsito que se produce entre las seis, siete y ocho de la noche. Para muestra un tramo de la avenida Rodolfo Baquerizo Nazur, la vía principal que cruza parte de la ciudadela la Alborada, en el norte de la urbe porteña.
Un sector altamente comercial que a diario mueve a miles de personas, entre agencias bancarias, locales comerciales, restaurantes, iglesias, cadenas de farmacias, entre otros negocios; pero que también se revoluciona por el parque automotor que soporta, especialmente en las intersecciones del carril de sur a norte de las avenidas Benjamín Carrión, Demetrio Aguilera Malta y José María Egas.
Para algunos puede resultar beneficioso el paso de miles de automotores que a diario transitan por la zona, pero, para muchos, especialmente conductores de vehículos livianos, es estresante y hasta peligroso.
“Transitar por aquí es peligroso, ya me ha sucedido que por ir compitiendo o no se qué (los buses) me chocaron una puerta. Por desgracia estaba con una familiar que terminó afectada. Lastimosamente el bus se fue, pero tuve que alcanzarlo, poner mi vehículo adelante y tratar de negociar con el dueño de la cooperativa y del bus, porque los conductores se les hace fácil decir ‘no hice nada’, hay muchos taxistas que conozco con casos similares”, cuenta Bryan Jaramillo, un conductor de vehículo particular.
Según su experiencia, el horario de más tráfico es desde las cuatro de la tarde hasta las seis, siete de la noche, por lo que procura tomar rutas alternas a esas horas.
Algo que no puede hacer Jerry Vera, quien hace entrega de comidas a domicilio de uno de los restaurantes que están ubicados en el sector.
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Leer más“A veces llegamos con los pedidos retrasados porque se obstaculiza el tráfico y los buses dificultan más, porque se quieren pasar de izquierda a derecha o viceversa, los buses compiten entre ellos y quieren rebasar al otro, lo que genera más tráfico”, describe el joven.
Tamara Cáceres tiene otra óptica. En ocasiones, el tráfico es beneficioso para las ventas en el local de zapatos que atiende. “La gente se parquea y prefiere hacer un alto e ingresa para ver la mercadería durante el día; pero ya en la noche, a eso de las seis y media esto se vuelve un caos”, sostiene la comerciante, quien añade a la pelea entre los conductores de buses, el parqueo de vehículos que hacen doble fila.
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Leer másYa le ha tocado ver roces entre unidades de diferentes líneas urbanas que cruzan por la zona como las:143, 85, 82, 124, 131 121, 64B, 65.
Y eso lo experimentó Marylin Cáceres a las 18:30 del pasado 7 de agosto de 2021, mientras viajaba en un bus de la línea 85. “El conductor iba compitiendo con otro bus de otra cooperativa. Casi lo choca de un lado, pero no pasó. El otro de ‘picado’ lo rebasó del otro lado y con el retrovisor le destruyó un ventanal del lado izquierdo. De ese lado iba una señora de la tercera edad. Por más que los pasajeros le dijeron al chofer que los vidrios volaban, él no se detuvo ni para ver la afectación del carro”, narró la pasajera.
Yo prefiero transitar por otras vías, evito al menos las horas pico pasar por ese tramo. Conozco a compañeros que los han chocado por ese tramo de la Rodolfo Baquerizo.
Transitar por aquí es peligroso, ya me ha sucedido que por ir compitiendo o no sé qué (los buses) me chocaron una puerta y por desgracia un familiar terminó afectado.
Durante un recorrido que hizo este Diario en horas de la mañana y noche del pasado miércoles no se observó a agentes de la ATM por el sitio. Algo que Daniel Navarro, quien labora de manera independiente reparando relojes, lo considera innecesario.
“En la noche están dando tránsito, pero no le veo sentido que estén porque igual se hace tráfico”, señala, al puntualizar que el excesivo tránsito aturde a quienes trabajan cerca. Y, la utilización de mascarillas, como parte de las medidas de bioseguridad implementadas para prevenir el contagio de la COVID-19, ha impedido que se enferme por el esmog que produce la circulación de esa cantidad de vehículos por el sitio.