El cuidado de la cuenca del río Daule exige $ 200 millones
La conservación del agua del río reactiva el diálogo de sectores aliados. La falta de recursos impide avanzar con el objetivo. La tarea requiere más apoyo
Representantes de los varios Municipios de Guayas, de la Prefectura, empresas privadas y universidades vuelven a reunirse para discutir sobre la conservación y mantenimiento de la cuenca del río Daule, una tarea que estuvo estancada durante dos años, debido a la pandemia.
El reencuentro se selló con la firma de un pacto en favor de la protección de esta cuenca hidrográfica, de la que dependen más de 5’000.000 de personas (incluyendo a la población de Guayaquil) que se benefician de su agua para actividades agrícolas, industriales, generación de energía y consumo.
Desde el 2019, a través del Fondo de Agua de Guayaquil (Fondagua), se busca la conservación de la cuenca del río Daule. Según Fidel Valdivieso, presidente del directorio, se avanza con la Red Saica, que comprende la construcción de siete estaciones que monitorean la calidad del agua, para tomar estrategias que mitiguen situaciones que puedan afectar la calidad del líquido.
Además se trabaja con granjas experimentales en el uso de elementos orgánicos para dejar a un lado los químicos.
“Hay que desarrollar más proyectos, pero para eso se requieren cerca de 200 millones de dólares para ejecutar un estudio completo de toda la cuenca del río Daule”, menciona, al destacar el aporte de la empresa privada, que ayuda a financiar parte de los proyectos que tienen este objetivo; pero añade que se necesita el aporte del Estado o una regulación municipal que permita tener mayor recursos para que Fondagua desarrolle sus actividades.
Giovanni Ginatta, titular del proyecto La Fuente, que busca solucionar el problema de la deforestación, la erosión del suelo y la contaminación de la cuenca del río Daule, insiste en la necesidad de que se unan todos los Municipios de Guayas, así como las Prefecturas de las provincias de la Costa para trabajar en esta tarea.
Además, señala la importancia de dragar el río Guayas, que nace frente a Guayaquil con la unión de los ríos Babahoyo y Daule, y desemboca en el océano Pacífico. Una tarea que espera desde hace 50 años.
Ginatta recalca que los recursos que están implementando en el cuidado de la cuenca del Daule vienen de la empresa privada y de organismos internacionales como la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), Unión Europea (UE) en Ecuador, entre otros. “El único aportante público es el de Emapag, que es fundador del fondo, pero no hay aportes más importante. Ni siquiera el Gobierno apoya esta tarea”, lamenta.
Con los pocos recursos que vienen del extranjero hemos ejecutado algunas labores.
La academia también está presente en este trabajo. Luis Domínguez, director del Centro del Agua y Desarrollo Sostenible, de la Escuela Superior Politécnica del Litoral (Espol), detalla que este centro de educación superior trabaja a través de la vinculación de los estudiantes, docentes, investigadores y unidades corporativas en planes que ha trazado el Fondo de Agua. “Tenemos un grupo consolidado de más de 20 investigadores en diferentes áreas: medio ambiente, agua, asuntos sociales, riego, reforestación”, enlista.
Queremos hacer más análisis y estudios de la cuenca del Daule, pero se necesita más inversión.
Mientras que los alumnos enseñan a la comunidad buenas prácticas de agricultura, dando a conocer que los pesticidas que muchos agricultores usan llegan a los cuerpos de agua, casas y causan efectos negativos a la salud.
Urge un mejor manejo de los agroquímicos que usan para producir. Hay que impedir que lleguen al río.
El académico señala que primero se debe reconocer que la cuenca del Daule necesita un mejor manejo y que se requiere entre todos aunar esfuerzos que permitan avanzar en los objetivos trazados.
