Damnificados de la isla Puná reciben ayuda de Cáritas Guayaquil
Un grupo de 28 comunidades recibieron apoyo. La comunidad sigue viviendo con los mismos daños de hace seis meses
Desde julio de este año, la Pastoral Social Cáritas está ejecutando un proyecto de respuesta de emergencia para brindar acompañamiento espiritual, psicológico y económico a 150 familias de la isla Puná afectadas por el sismo de Balao, ocurrido en marzo de este año.
Puná, hundida entre soledad y desesperación
Leer más“La primera condición para ser parte del proyecto es que sean familias que hayan sufrido daños estructurales en sus viviendas y que se encuentren en situación de vulnerabilidad (personas de la tercera edad, discapacitados, madres solteras, hogares con muchos niños) y que sus ingresos económicos mensuales sean menores a $ 100”, explicó Isabel Almeida, coordinadora técnica de Cáritas Guayaquil.
Tras una primera visita en las 28 comunidades de la isla, las familias beneficiadas recibieron acompañamiento espiritual y psicológico. También una ayuda económica por intermedio de un agente externo.
Isla Puná, incomunicada y al borde del colapso https://t.co/9MWo8E5pAH. #SOSPUNA Un mes después del sismo sigue en escombros y espera de ayuda. Por favor contribuyamos al trabajo de la fundación liderada por @PedroPabloDuart Conozco a la gente de #Puná gente buena pero muy…
— Nathalie Cely Suárez (@NathalieCely) April 19, 2023
En el lugar, sin embargo, se respira desesperación. Por lo que la ciudadanía hace un llamado a que las autoridades los tomen en cuenta.
Riesgos evalúa la caída de muro en Puná
Leer másEn marzo pasado, si bien la tierra ya no temblaba sí lo hacía la voz de sus moradores cada que recordaban cómo fue el trágico momento en el que más de 30 casas se vieron afectadas por el sismo de 6,5 grados (escala de Richter). Y es que Puná fue uno de los territorios más afectados por el movimiento. Dejó como resultado viviendas sin paredes, cartones improvisados como muros, escombros en los exteriores de las casas destruidas y hasta personas que tuvieron que mudarse a la calle porque lo único que tenían se desmoronó.
Hoy, casi seis meses después, la situación es la misma. "Si no fuera por la gente o fundaciones, no sé que haríamos. Acá ni un solo funcionario del Gobierno o del Municipio viene. No les importa si estamos viviendo en la calle.... No les importa nada", señaló Loana Malavé, residente.