Daule: La gastronomía le da vida a la avenida León Febres-Cordero
A lo largo de la vía hay una variedad de locales que llenan de dinamismo el sector. Vecinos piden que se extiendan a otras zonas que están apagadas
El mayor flujo poblacional en las urbanizaciones y la llegada de plazoletas y centros comerciales no son los únicos componentes que se evidencian a lo largo de la avenida León Febres-Cordero, en el sector de La Aurora, en el cantón Daule. En diversos tramos de esta transitada arteria hay locales que llenan de vida a la zona, con una variada oferta gastronómica que va desde shawarmas, tacos, asados, moros y pizzas, hasta platos gourmet.
Los negocios se han convertido en una parada obligada tanto para moradores aledaños como para los que se dirigen hacia otros cantones o complejos habitacionales. Los propietarios coinciden en que han contribuido para que la vía esté más “encendida”, gracias a la colocación de decenas de bombillas y piezas decorativas, además de la música que hacen sonar en sus negocios.
Uno de ellos es Jonathan Zambrano, quien junto a su hermano le apostó a la venta de comida árabe para conquistar los paladares de los habitantes que colindan con el local, situado frente a Palmora Plaza, en el kilómetro 18.
Recuerda que la travesía del emprendimiento se inició despachando shawarmas y otros platillos en una carreta hace cuatro años, pero hoy lo hacen desde un patio de comidas donde también están otros dos restaurantes. El espacio, a un costado de la vía, cuenta incluso con un parqueadero y llevan al menos cinco años funcionando, aseguran. Junto al espacio también se observan otros negocios de comida y cafeterías.
“El sector ha crecido y es bastante concurrido, eso nos ha ayudado. En los meses duros de la pandemia cerramos el local e hicimos entregas a domicilio, pero cuando volvimos a reabrir, tras el cese de las restricciones, la gente todos los días llenaba los locales. ¡Fue una locura!”, rememora Zambrano.
Guayaquil: La gastronomía empieza a resucitar a la calle Panamá
Leer másOtro patio de comidas similar a este se levanta en el kilómetro 16,5, frente a la entrada de la urbanización La Joya. El espacio tiene, asimismo, unos cinco años atendiendo. Ahí, el aroma de las carnes asadas se confunde con el de las papas fritas. Los alimentos van acompañados de los tradicionales arroz con menestra o moros, y son llevados por meseros que procuran acatar las medidas de bioseguridad.
Patricio Villena no solo es residente de Villa Club, una de las urbanizaciones asentadas en la arteria, sino que también es dueño de uno de los tres restaurantes que se concentran en el sitio. El negocio salta a la vista por ser un ‘food truck’ (camión de comida). Él instaló el local hace dos meses, tras la insistencia de sus clientes y vecinos de otras etapas, ya que solo podían degustar las alitas y moros bajo la figura del servicio a domicilio.
“Fue un negocio familiar que nació desde la casa con cuatro personas y ahora ya somos seis. He tenido que ampliar la oferta gastronómica porque cada vez hay más familias grandes que nos visitan. Eso es un impulso para la reactivación”, comenta Villena mientras despacha un moro tipo risotto.
Para los habitantes consultados, la presencia de estos negocios les ha representado menos gastos en movilización ya que, concuerdan, ahora no tienen la necesidad de desplazarse hacia otros sitios, como por ejemplo La Puntilla, en el vecino cantón Samborondón.
Así lo reconoce Melanie Franco, habitante de La Joya, quien ve con buenos ojos que cada vez haya más negocios de este tipo a lo largo de la arteria. Asegura que esto ha sido más notorio desde hace unos tres años y que de alguna forma ayudó a cambiar la cara de diferentes tramos que se encontraban a oscuras, o que no tenían el dinamismo que hoy en día exhiben, sobre todo al anochecer.
“Todos estos lugares son bonitos y adecuados para que las personas acudan con sus familias y se deleiten de una variada gastronomía y espectáculos”, subraya Nando Ruiz, artista y morador del sector.
Se ha diversificado la oferta gastronómica en el sector. Antes no la había y aproveché esa escasez de puntos alimenticios para instalar un restaurante. La zona es muy buena para los negocios
Pero así como hay vecinos que se muestran contentos por la llegada de los locales, hay otros que desean que este mismo escenario se repita en puntos aledaños, como la vía a Salitre, que hoy luce apagada, sin locales que llenen de vida el sector en las noches, y con grandes terrenos vacíos (como el redondel frente a San Antonio) que podrían dar cabida a una gran plaza gastronómica o parque, pero que en su lugar sirven solamente como parqueaderos de tráileres y camiones.
La gastronomía le da vida al suroeste de Guayaquil
Leer más“Al frente de la iglesia de la vía a Salitre, hay un estacionamiento de volquetas desde hace dos años. La maleza y la falta de negocios hacen que el sector se apague. Es una pena. Ojalá el Municipio escuche nuestro pedido para tener más vida a lo largo de la avenida”, puntualiza Olga Navarrete, residente de la urbanización Cataluña.
La