Decenas de jóvenes festejaron estar libres de las drogas
Sus familias celebraron con ellos el proceso. Hubo almuerzo y baile.
Con un almuerzo, concierto, baile y la entrega de diplomas, 300 jóvenes de Guayaquil celebraron junto a sus familias el cumplimiento de un año de vivir limpios de drogas, el sábado pasado.
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Leer más“Por persistir, resistir y nunca desistir a vivir en sobriedad, libertad y conciencia”, decía el diploma que orgulloso mostraba a sus padres Christian Saltos, de 19 años. “Después de seis años de consumir, paré y no quiero volver a probar H”, compartió con EXPRESO el joven en medio de la celebración desarrollada en la Biblioteca Martha de Roldós, en el suburbio oeste de Guayaquil.
Los chicos, de entre 16 y 30 años, son parte del programa municipal ‘Por un futuro sin drogas’, a cargo de la doctora Julieta Sagnay. Ellos son los primeros en llegar ‘limpios’ a los 12 meses de los 2.800 que han sido atendidos en una clínica móvil, de forma ambulatoria, desde agosto pasado.
Este programa surge después del conflicto entre la autoridad local y las clínicas de rehabilitación privadas que funcionan sin licencia por la complejidad de obtener una, tal como lo ha publicado EXPRESO. Surge también por la necesidad de las familias de escasos recursos que, como lo han contado en varias ocasiones a este Diario, no tienen cómo costear los tratamientos.
También hubo diplomas para quienes inician el proceso de rehabilitación. Ronny Lainez, de 17 años, y su hermano Juan Carlos, de 23, recibieron uno por sus dos meses y medio limpios.
Antes de la ceremonia los chicos se sometieron a paneles de drogas, que resultaron negativos y que entregaron a sus familiares como muestra de su compromiso por cambiar.
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Leer másHubo quienes aún les falta trabajar por convencer a sus seres queridos de su fuerza de voluntad. Fue el caso de Ángel Baque, de 25 años, quien está a punto de cumplir seis meses sin consumir estupefacientes.
Él se dio cuenta de que tocó fondo mientras vivía bajo un puente en medio de la insalubridad. Había abandonado a su familia y ciertos trans que requerían su servicios sexuales, con cuya paga compraba H, dejaron de solicitarlo por su escuálida apariencia.
“He estado cuatro veces en clínicas. Este es mi quinto proceso, pero esta vez de verdad quiero cambiar. Las ocasiones anteriores he ingresado a la rehabilitación solo para recuperarme físicamente, tomar fuerzas y consumir de nuevo”, asegura y muestra satisfecho la prueba de droga con resultados negativos que se hizo. “Mi mamá no vino, pero puse la prueba en el estado de WhatsApp para que la vea”, cuenta feliz.
La especialista Sagnay menciona que la clave del programa, que cuenta con terapias psicológicas diarias, es la medicina especializada para calmar los dolores de la abstinencia.
Luego de esta atención los jóvenes deben recibir un proceso de desintoxicación de 28 días y después un tratamiento integral. Este último le compete al Ministerio de Salud, pero Sagnay y los padres de familia señalan que no se está cumpliendo. “Hicimos un acuerdo con el Ministerio”, recuerda la doctora.