La delincuencia acostumbró a la ciudad a vivir entre rejas
Ciudadelas del norte y del sur de Guayaquil mantienen blindadas sus calles ante el aumento de robos. En pocos sectores contratan guardianía privada
En los últimos 14 años, David Rivas se ha dedicado a cuidar peatonales en la urbanización Mucho Lote 1, en el norte de la ciudad. Actualmente, está a cargo de una cuadra de la quinta etapa, donde sus habitantes se acostumbraron a vivir entre rejas y alambres de púas, por la inseguridad que viven a diario.
El ataque a un conductor incrementa el miedo a parar en los semáforos en rojo
Leer másUna escena que se observa en otras ciudadelas como Samanes, Alborada, Los Rosales, entre otras del norte de la ciudad;así como en la Coviem, la Floresta y otras del sur, donde los moradores intentan frenar de esa manera los robos a personas, a sus viviendas y la sustracción de accesorios de vehículos.
“Ahora prolifera el robo a personas en las calles, les quitan el teléfono a las chicas que pasan por aquí. A mí me ha tocado defender algunas veces, pero hay mucho ladrón”, cuenta don David, quien a sus 64 años de edad y con una trombosis, intenta cuidar más allá de lo que le corresponde y puede. Pero, por disposición municipal, en el día deja abiertos los dos portones de la cuadra, para que puedan ingresar y salir quienes así lo requieren, particularmente personal de instituciones públicas, por servicios básicos y de socorro.
“En ninguna parte estamos seguros. A los ladrones nada los detiene (...) la policía no se abastece y los ladrones tienen más armas que ellos”, dice Luz Arteaga al añadir que es esa situación la que obliga a varios sectores de la ciudad a vivir entre rejas.
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Leer másEntre enero y agosto de 2021, la Fiscalía General del Estado registró 16.017 denuncias de robo a personas, en el país;28, 4 % más de las presentadas en el mismo periodo de 2020.
Mientras que en Guayaquil se registraron 712 denuncias, en igual periodo; 147 más que el año pasado, según los Indicadores de Seguridad Ciudadana del Ministerio de Gobierno.
A diferencia de la cuadra donde cuida David Rivas, las demás peatonales que también están con rejas y alambres de púas no cuentan con guardianía. Son los vecinos que viven cerca de las rejas quienes deben estar atentos a algún llamado.
“Nos ha tocado encerrarnos (...) Si se mete un pillo tenemos que hacer justicia por mano propia”, advierte Javier Rojas, quien hace un exhorto a las autoridades locales y nacionales para que garanticen la seguridad ciudadana no solo de Guayaquil, sino del país.
En Mucho Lote 2 realizan un plantón para exigir más seguridad en el sector
Leer másVicente Zavala está consciente de que una reja no le garantiza seguridad. De hecho, explica que en su cuadra tienen un problema para cerrar los portones por vecinos que no permiten hacerlo, al menos en las noches. Eso ha provocado que ingresen “hacheritos” (consumidores de la denominada droga H), quienes han robado a varios vecinos de la manzana 2570 y 2559 de la cuarta etapa de Mucho Lote 1.
Me he dado cuenta por redes sociales que hay demasiada delincuencia, hay que andar precavidos. En Chile no se ve eso (...) nada comparado con lo de acá.
La delincuencia donde quiera está metida. Los ladrones se esconden en casas vacías y luego que pasa la policía por donde vivo, ahí salen a robar.
“A un vecino se le metieron a la casa, y mire que él está ‘enjaulado’. Le rompieron una malla porque la casa de al lado está desocupada. Yo estoy con puras cámaras y cerrado todo, incluso tengo perros. Gracias a Dios no me han robado”, cuenta al recordar que sí le han sustraído la batería de su carro. Al igual que los otros vecinos, dice sentirse desprotegido e impotente de no poder ayudar a quienes gritan en las noches, por algún asalto, en una de las calles vehiculares que no tiene buena iluminación, lo que es aprovechado por delincuentes en tricimotos. Ya ha visto a víctimas corriendo y a ladrones escalando por las rejas.
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Leer másEn Samanes 4, los residentes de tres calles también se han acostumbrado a las rejas y la guardianía privada, desde hace doce años. “Aquí se pide la cédula, se comunica a dónde va, a qué manzana, villa, para saber a dónde van. El Municipio no dice nada porque está la guardianía. Gracias a Dios no ha pasado nada”, cuenta Evaristo Calderón, quien vigila una de las calles del sector.
Guayaquil: Mecánicas y cachinerías, en la mira de autoridades por la seguridad
Leer másSorayda Espinoza vive hace diez años en Chile y viene de vacaciones a Guayaquil. Por redes sociales se ha dado cuenta que debe andar precavida en la ciudad. “En Chile no se ve eso, pero con la afluencia de migrantes se está dañando, pero nada comparado con lo de acá”, analiza.