Guayaquil: La delincuencia alcanza hasta las cámaras de los fotorradares
La ciudadanía reclama por el delito, pero toma con ironía la desaparición de los dispositivos. Uno de los atracos quedó evidenciado en un video
Ya nada sorprende. El robo de cables, de tapas de alcantarilla y hasta de las luminarias es algo que, lamentablemente, se ha vuelto común en Guayaquil; sin embargo, el nivel de atracos ha aumentado y ahora hasta las cámaras de los fotorradares son el blanco de la delincuencia.
Un video que circula en las redes sociales deja ver cómo el pasado 23 de octubre dos presuntos delincuentes encuentran las maneras de robarse las cámaras de los radares ubicados en el kilómetro 3,5 de la vía a Daule. El material audiovisual refleja que luego los hampones fueron detenidos por personal de la Policía. No obstante, las cámaras no han sido repuestas y los radares siguen sin funcionar. Lo que a más de uno le genera hasta cierto tipo de alivio, ante la falta de acciones y respuestas por parte de la Agencia de Tránsito y Movilidad (ATM), alegan.
“Ya las autoridades saben que los consumidores de droga son los que están detrás de esto y siempre lo hacen, pero nunca los detienen y si lo hacen, los dejan libres. Las leyes deberían ser severas”, comenta Emiliano Cuzco, morador de Los Vergeles, otra zona afectada por el robo de las luminarias.
EXPRESO realizó un recorrido por la zona norte de Guayaquil y constató que a lo largo de la autopista Narcisa de Jesús hay algunos radares que tampoco cuentan con la cámara sancionadora, mientras que algunos otros puntos, pese a tenerla, no tienen ni un solo cable.
Una fuente de la ATM dijo a EXPRESO que el vandalismo en los radares es frecuente. “Los atacan porque los odian, con piedras, palos, disparos o les roban los cables y las baterías porque creen que tienen cobre, pero no es así”, indicó.
Sobre las medidas que tomarán al respecto, EXPRESO solicitó una entrevista al director de informática de la ATM, quien aseguró que hoy por la mañana la daría, a fin de contestar las inquietudes.
Todo acto contra los bienes públicos es reprochable, sin embargo es muy complicado dejar de sentir una sensación de justicia cuando un radar deja de funcionar.
Esta clase de delitos siempre ha recibido el repudio por parte de la ciudadanía, como lo ha publicado EXPRESO. Sin embargo, sobre este caso en particular, algunos ciudadanos lo han tomado con ironía. “Está mal que roben y siempre lo vamos a rechazar, pero si se llevan las cámaras es un dolor de cabeza menos para los conductores porque tendremos dos radares ‘vacunadores’ menos. Estos nos han robado ya varios años”, dijo en un tono burlón Damián Galindo, conductor que a diario transita por la vía a Daule y ha tenido que pagar ya dos multas, a su juicio injustas, en ese radar. “Eso fue un robo, ahora les tocó a ellos”, sentenció.
Para Juan Llerena, uno de los afectados por los fotorradares de vía a la costa, todo acto en contra de bienes o servicios públicos debería ser condenado. “Está mal, así de fácil. No voy a promover jamás el desorden. Aun así debo reconocer que es difícil evitar sentir algo de justicia con cada radar que deje de funcionar, por la razón que sea. Son dispositivos menos de todos los que nos roban”, dijo el ciudadano; quien está a esperas de que la ATM disponga que dejen de funcionar.
Sobre este último punto y las múltiples quejas que surgen en torno a los equipos, este Diario solicitó el pasado 20 de octubre una entrevista al gerente general de la entidad, José Franco, pero hasta la fecha no ha sido concedida.
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