En la Kennedy ya no hay ni ‘after office’: la delincuencia ha ganado la batalla

Robos a peatones, a vehículos y a locales comerciales, a viviendas y hasta secuestros es lo que se ha registrado en los últimos meses en la Kennedy, una ciudadela del norte de Guayaquil, que con el paso de los años se ha vuelto muy concurrida por la diversidad de negocios que se han plantado en la zona, pero hoy sufre por la delincuencia.

A EXPRESO llegaron decenas de denuncias donde los moradores detallaron los asaltos registrados durante las últimas semanas y lo que más le preocupa es que “las modalidades y los horarios se repiten, pero no hay atención por parte de las autoridades”. Detallaron que el problema, si bien se reporta en todo el vecindario, se concentra más en las calles Luis Orrantia, José Santiago Castillo y en la avenida Del Periodista.

Un equipo periodístico de este Diario realizó varios recorridos por los puntos conflictivos y conversó con los residentes y trabajadores de las empresas aledañas, que relataron cómo es convivir con el miedo a los atracos.

Por ejemplo, en la calle Luis Orrantia Cornejo, detrás del edificio World Trade Center, los actos delincuenciales se han multiplicado. “Se supone que la zona comercial debe ser más tranquila, pero se ha vuelto la más afectada. En uno de los restaurantes han asaltado en varias ocasiones y también han robado los carros que quedan parqueados. Te asaltan todo el día, aunque por la falta de iluminación la noche es el lapso de mayor riesgo”, comentó el residente Sergio Martínez. “Por aquí hay muchos oficinistas y siempre ha sido tranquilo, pero desde octubre, al menos, sabemos de 2 o 3 asaltos por día, si no son más”, reveló.

Entre las 16:30 y las 18:30 se ve mayor movimiento en las calles Luis Orrantia, la Francisco de Orellana y sus alrededores, ya que decenas de personas salen de las oficinas que se ubican en el entorno. Según reportan los ciudadanos, a esa hora es cuando suelen ocurrir la mayoría de los delitos. “Las personas van saliendo y los ladrones se aprovechan y pasan en motos o en carro y les arranchan el celular. Ese es uno de los modos de delinquir más comunes”, comentó David Cajas, trabajador de un banco.

A esa hora es habitual observar a decenas de trabajadores agazapados en grupos en los bajos de los edificios, mientras esperan que los vayan a ver, y a otro grupo caminando presurosamente por las calles, mientras se refunden sus pertenencias entre la ropa para intentar esconderlas. “Nosotros esperamos aquí a que nos recojan. Ya no hay ‘after office’. Ya la gente se va directo a su casa, cuando por años fue común que uno se quede en los bares o restobares del lugar a compartir con los amigos. Ese lado de la Kennedy era lindo, había entretenimiento, pero ahora nos limitamos a todo”, explicó Darwin Barco, un empleado de una empresa de seguros.

Mientras tanto, los vecinos que residen a lo largo de la avenida Del Periodista cuentan que en los últimos meses se han metido a las casas a robar y a secuestrar a los residentes. “Hace unas semanas se metieron en una vivienda de dos pisos y se llevaron dinero en efectivo, artefactos tecnológicos y al vecino lo secuestraron para sacarle dinero de las tarjetas. Luego lo dejaron botado. ¿Acaso se puede vivir así?”, relató un morador de la Kennedy Vieja, que por su seguridad pidió que no se revele su nombre.

Redes sociales como X, asimismo, se han convertido en la plataforma donde las quejas y el registro de los atracos se dan de forma permanente. Robos a ciudadanos, carros que son desmantelados en cuestión de segundos, persecuciones donde la víctima son los ciudadanos que a gritos piden ayuda, son apenas algunas de las escenas que allí se comparten.

EXPRESO solicitó a la Policía cifras de los delitos cometidos en lo que va de 2024, además de una entrevista al jefe del distrito o la Zona 8 para conocer cuántos uniformados resguardan el vecindario, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuestas.

En el parque Clemente Yerovi, en la avenida Del Periodista , una Unidad de Policía Comunitaria lleva varios meses en abandono, lo que molesta todavía más a los ciudadanos que conviven entre consumidores de droga y delincuentes. “Por lo menos unos 6 meses está inhabilitada la UPC y nadie hace el intento por recuperarla. Es un espacio olvidado, como toda la Kennedy”, comentó la ciudadana Daniela Echeverría.

Durante los recorridos realizados por EXPRESO no se observó ningún operativo policial, pese a que en las calles Emma Ortiz hay también una UPC. Ante los constantes actos delincuenciales, algunas empresas han optado por contratar guardianía privada, que resulta insuficiente ante los hechos delictivos que se dan y lo oscuro que permanece el espacio público.

“Ya cuando hay poca gente, las calles quedan desoladas. Y es que no importa en qué calle del barrio te encuentres, todo está en penumbras”, aseguró Felipe Peñaherrera, quien reside frente al parque lineal de la Kennedy.

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