Delincuencia recorre una nueva ruta en ciudadelas de La Aurora

Parada en un tramo de la acera del vial 8, vía que cruza diferentes etapas de las urbanizaciones La Joya y Villa del Rey, Viviana esperaba que su pareja la recogiera. De repente, apareció una moto con dos ocupantes que le arrebataron todo lo que tenía en un canguro: dinero, celulares y documentos. Ella se quedó helada. Rápidamente, los delincuentes huyeron en dirección a Guayaquil.

“Eran dos teléfonos y 40 dólares lo que tenía”, relató angustiada la mujer a un equipo de EXPRESO que fue testigo de este hecho, pasadas las 19:00 de un día particular.

Este es uno de los casos que este Diario ha conocido durante las últimas semanas. Los asaltos en las urbanizaciones de La Aurora, en Daule, se han incrementado, exacerbando el miedo de sus miles de residentes, que ven cómo la delincuencia cada vez burla con mayor facilidad la seguridad de estas ciudadelas amuralladas.

“Vivo en La Joya y cada vez se vuelve más común escuchar que le roban a alguien. Hace dos semanas vi cómo unas personas en moto le robaron a los ocupantes de un vehículo mientras esperaban ingresar a la etapa Zafiro. Esperan que la gente se detenga para meter la mano y sacar lo que puedan. Eso pasa con frecuencia”, reveló el residente Jhonny Castro, quien añadió que cada vez la zona se vuelve más insegura. “Venimos a vivir acá por paz y la delincuencia nos la está robando”, exclamó el morador.

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Otro caso que conmocionó a los habitantes del sector fue lo ocurrido días atrás en la etapa Estelar de la ciudadela Villa Club. Ahí, un sujeto habría intentado robarse el vehículo de un residente con una menor en el interior. El presunto delincuente no logró su objetivo y chocó el automotor contra la pared de un parque. Al intentar huir, fue detenido por varios moradores que lo golpearon con una roca, un cable y a puño limpio, para evitar que escapara. Minutos después llegaron uniformados de la Policía Nacional para llevarse al sujeto desconocido, que según versiones era extranjero.

Este caso se volvió viral en redes sociales, lo que provocó cientos de comentarios que demostraban el temor de los residentes. “¿Y la seguridad privada? ¿Cómo un delincuente ingresa?”, “Ya no se puede estar en paz ni dentro de la urbanización”, “Esto también debe ser militarizado”, fueron algunos de los comentarios que inundaron la red social X.

Para Milton Nevárez, morador de la etapa Aura, esta clase de cosas cada vez se vuelven más frecuentes. “Los delincuentes no funcionan solos. Ellos tienen sus campaneros adentro que indican qué hacer. La situación está realmente grave”, lamentó Nevárez.

Por otra parte, Graciela Lino, de la etapa Floral, pide a las distintas empresas privadas de seguridad que sean más efectivas a la hora de controlar los ingresos. “Yo he visto en varias etapas cómo a veces dejan pasar sin llamar al propietario o en casas que están vacías dejan pasar. Eso nos quita la seguridad”, dijo la mujer.

Mientras tanto, en Villa del Rey, la comunidad clama por más control policial, ya que muchas zonas quedan completamente a oscuras. “Normalmente hay poca iluminación, pero ahora con los cortes es aún peor. El otro día atraparon a cuatro personas que se estaban metiendo a la ciudadela por los cerros. Se aprovechan de la oscuridad”, advirtió el ciudadano Henry Gómez, quien solicitó más atención por parte de las autoridades. “La policía anda por las (vías) principales, pero acá adentro casi nunca viene. Se construyó una nueva UPC, pero eso fue puro show porque siempre permanece abandonada. Seguimos olvidados”, denunció el hombre de 54 años.

La policía sin respuestas

De acuerdo con cifras reveladas por la Policía Nacional a EXPRESO, en lo que va del 2024 se han reportado 215 robos en la parroquia La Aurora, siendo el robo a personas (42) y el de motos (40) los actos delincuenciales más repetidos.

EXPRESO solicitó una entrevista con un representante de los uniformados para consultar qué medidas se están tomando para evitar los atracos, pero pese a que la entrevista fue coordinada, nunca fue concedida.

Mientras tanto, el temor continúa creciendo en la ciudadanía, que observa cómo zonas que eran consideradas exclusivas se vuelven ahora de fácil acceso, especialmente para los delincuentes.

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