Guayaquil: siete huecos de una acera de la calle Quisquis generan peligro
Están llenos de basura y agua putrefacta, además de cables expuestos. Trabajadores del sector señalan que se robaron las tapas
Un peligro latente. El aparente robo de las tapas de alcantarillas y de otros servicios mantiene en zozobra a dueños de negocios, moradores y transeúntes de la calle Quisquis, pleno centro de la ciudad. En la acera con la intersección de la calle Los Ríos, un sector con alto tráfico vehicular, hay siete huecos que están generando riesgo tanto a transeúntes como a animales.
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Leer másEn el sitio no saben con certeza quién se habrá llevado las tapas, pero sospechan de chamberos. “No se cuál (cubierta) colocaron hace unos ocho días; pero me dio risa porque uno de los trabajadores dijo:‘esta no se la van a robar’, y al siguiente día ya no la vi”, contó Letty Chóez, quien asegura estar a ‘cuatro ojos’ mientras atiende a sus clientes. Menciona que a determinadas horas el sector es “botado”.
“Ya me ocurrió. Quisieron meterse al negocio y tuve que reforzar la puerta”, afirma.
Aunque asegura que de vez en cuando pasa la policía por el lugar, eso no le garantiza seguridad. Recuerda que hace una semana estaban unos uniformados comiendo en su negocio y que un delincuente se llevó los espejos de la patrulla.
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Leer másPor esos episodios, ella está convencida que las tapas las robaron en horas de la noche o madrugada.
Milton llegó hace una semana al sitio para cuidar carros. Según cuenta, desde entonces están los huecos sin tapas, por lo que desconoce qué habrá pasado con las tapas.
Un palo con una funda tricolor advierte el peligro en una de las cavidades. Sin embargo al cruzar la calle Los Ríos en dirección a Carchi otros cuatro huecos generan el mayor riesgo. Uno de ellos está lleno de agua putrefacta y basura, al igual que los otros tres, en los que se observan cables.
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Leer más“Eso está así desde hace quince días y nadie ha venido a ver”, señaló un trabajador.
Chóez insiste que hay mucha inseguridad en ese tramo de la calle Quisquis, lo que se ha acentuado en los últimos meses. Antes no percibía tanto la delincuencia por un guardia privado de una compañía que custodiaba desde las 07:00 hasta las 22:00, pero ya no está. “No tienen miedo ni de quedarse electrocutados. Hasta los candados de las puertas de una cabina eléctrica se han llevado”, lo que fue evidenciado por EXPRESO durante un recorrido por el sitio.