
Los descuidados parques de Guayaquil por los que autoridades no pelean
En medio de la disputa ambiental de Parque Samanes, ciudadanos denuncian espacios sin mantenimiento.
Frente a la disputa política y ambiental del Parque Samanes, hay otro clamor que pasa desapercibido: corresponde a los usuarios de varios parques, por los cuales no hay campañas mediáticas para presumir su buen estado, ya que lo carecen.
En el sur de Guayaquil, el parque de Los Esteros es un espacio cuyas áreas verdes no se disfrutan, pues la inseguridad y la oscuridad merman la experiencia entre tarde y noche. ‘‘Todas las luces las han vandalizado, está sucio’’, comentaba July Angulo, quien se sentaba en una banca con su pareja.
‘‘Yo pasé gran parte de mi infancia en ese parque jugando básquet’’, recuerda con nostalgia Alexander Samaniego. Él señala al microtráfico como un problema que ha deteriorado el parque, por lo que espera que el Gobierno ponga de su parte con la seguridad, pues hacen falta policías. ‘‘De parte del Municipio, deberían darle más mantenimiento a las canchas y los juegos, que a veces no se deben usar’’. Él considera que las autoridades deben atender primero los espacios más barriales antes de exigir abarcar parques de asistencia masiva.
En otro punto de la ciudad, la manzana delimitada por las calles Cacique Álvarez, Febres Cordero, Capitán Nájera y Noguchi alberga el parque Chile, otro espacio en franco deterioro. Allí, una fuente adornada con lobos marinos, cocodrilos y un niño destaca entre los detalles descuidados: la pintura se desprende, no hay agua y la basura abunda.
“Hay mucho monte, pero es por la época. Aunque siempre está lleno de basura y vienen muchas personas en situación de calle a dormir aquí, lo que no es adecuado para los niños”, comenta Víctor Aponte, visitante del lugar. Asegura que nunca ha visto la fuente funcionando y que la delincuencia, aunque no la ha experimentado de primera mano, ahuyenta a los visitantes.

Alberto Ibáñez, otro visitante, coincide en la inseguridad del área. “Aquí siempre ha habido delincuentes, toda la vida, esté o no la Unidad de Policía Comunitaria (UPC) cerca, da igual. Casi no hay gente, como puede ver”, lamenta.
Situación se repite en varios sectores
Ya en el norte de Guayaquil, el panorama no es muy distinto. EXPRESO recorrió, para una edición pasada, el Parque Clemente Yerovi de la Kennedy, graficando su deterioro ante la promesa de repotenciarlo en el segundo semestre de 2025, según confirmó a este Diario el Municipio. De hecho, la Alcaldía asegura que Parques EP ha intervenido en 6 parques y dado mantenimiento a 243. Pero los ciudadanos señalan más sitios que atender.
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Así sucede en el Parque Central de La Atarazana, junto a la Unidad Educativa José Pino Ycaza; allí, ese espacio se ha vuelto ‘‘imposible de visitar’’, para moradores como Laurent Jácome: ‘‘En invierno, el monte cubre todo. Los juegos están dañados y oxidados. Le falta infraestructura’’, comenta, sugiriendo que una remodelación le haría bien al lugar. ‘‘Aunque vivo cerca, me toca ir a trotar al Parque de la FAE, que también está descuidado, pero al menos ese tiene pistas. Le haría bien una pista al parque de la Atarazana’’, dijo.

Por eso, los ciudadanos coinciden en que las autoridades deben dejar sus diferencias a un lado y aportar desde sus competencias para reconstruir y asegurar los espacios públicos barriales, pues su descuido es espejo del deterioro de un tejido social que necesita parques para jugar.
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