Guayaquil: La desierta terminal de la vía a la costa da señales de vida
Está en proceso de “revisión y actualización” y el valor estimado es $ 10 millones. Contrato se firmaría este año. La informalidad sigue en el área
Lleva anunciándose desde la administración anterior, pero sobre ella se ha posado una especie de ‘manto’ de olvido, a tal punto de que el proyecto se declaró desierto en tres ocasiones. Así ha sido el panorama que envuelve a la eventual terminal satélite costa, ubicada en el kilómetro 33 de la vía Perimetral, pero ahora comenzó a lanzar señales de vida: ‘resucitó’ en la Fundación Terminal Terrestre de Guayaquil.
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Leer másEn la entidad hay un nuevo gerente general, Enrique del Hierro Nuques, quien respondió a EXPRESO que la construcción de la edificación está en proceso de “revisión y actualización” para que situaciones similares “no se repitan”. Él asegura que esta es una obra que tiene prioridad y hasta se comprometió a que la firma del contrato se ejecute en este 2023.
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¿Pero cuándo estará finalmente lista esta segunda terminal satélite en la ciudad, después de la de Pascuales? El funcionario señala que una vez firmada la adjudicación del contrato anunciará los tiempos de ejecución de la obra. “Por el momento, ratificamos nuestro compromiso con la ciudadanía de construir la nueva Terminal Terrestre Municipal Costa”, es su promesa.
La terminal terrestre de vía a la Costa estará ubicada en el mismo sitio donde funciona ahora el paradero informal, en la vía Perimetral, detrás de Los Ceibos.
— Diario Expreso (@Expresoec) September 10, 2019
Se estima que el proyecto tendrá un valor de 10 millones de dólares, sin embargo, por el tiempo transcurrido, el gerente dice que se está revisando el análisis de “precio unitario (APU), respetando enteramente el proyecto entregado por la administración anterior”.
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Leer másMientras tanto, el escenario actual en lo que sería la terminal no ha tenido ninguna metamorfosis. EXPRESO volvió al lugar y comprobó que la maleza e informalidad predomina; hay vendedores ambulantes, los buses, ya sea los urbanos como los que van a la costa, dejan y recogen a los viajeros de manera irregular, y a esto hay que sumarle el problema de la inseguridad. Es decir, aunque la terminal aún no llegue, allí hay un paradero informal.
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Todo esto lo ha evidenciado la Fundación Terminal Terrestre, al explicar que, a lo largo de la transitada vía, se están produciendo acumulaciones de paraderos informales y los usuarios se encuentran en condiciones inseguras, acota. “Sin regulación ni servicios adecuados, mientras esperan el transporte que los lleve a la provincia de Santa Elena, al cantón Playas y a las parroquias rurales”, explica.
Los beneficiarios serían directamente los usuarios porque, por ejemplo, a los que viven en el sur se les complica venir por un pasaje acá a la terminal. Ahí habría más seguridad.
El antiguo gerente general, Jorge Pinto, puntualizó a este Diario que, en noviembre de 2021, se terminaron los trabajos de remoción de tierras y reparación de terreno en el lugar, y estimó que, después de pasar un proceso licitatorio, se concluya la firma de contrato en junio de 2022. Incluso adelantó que iba a tener un nuevo paso peatonal que contará con un ascensor.
Guayaquil: La primera fase, al menos, debía estar en 2020. La maleza crece. El nuevo gerente admite que el proceso se declaró desierto, pero anuncia que ya se subió al Sercop.
— Diario Expreso (@Expresoec) April 2, 2022
Pero quienes también llevan por años aguardando porque se levante esta obra son esos mismos usuarios que se movilizan hacia la costa, así como los trabajadores de las cooperativas de transporte que hacen conexión entre Guayaquil y Santa Elena.
Con la terminal de vía a la costa se beneficiarían más y habría un mayor control porque eso (el panorama) es fatal; las personas se suben como les da la gana y no hay nada de control.
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Leer másEn las boleterías de la terminal terrestre, situada en la avenida Benjamín Rosales y avenida de las Américas, en el norte, la mayoría concuerda con que la terminal arrojaría como efecto más orden y se reduciría su tiempo de viaje.
Uno de ellos es Jhon Zambrano, quien atiende en la boletería de la Cooperativa Libertad Peninsular (CLP), quien argumenta que una terminal satélite en esa zona beneficiaría, por ejemplo, a los que viven en el sur porque se les dificulta llegar hacia el norte para comprar los boletos. Y también espera que haya más formalidad. “Ellos ahí están a la deriva; tienen que esperar una, dos o hasta cuatro horas, tampoco tienen baños. Tenía compañeros que trabajaron ahí y no tienen ni lugar para comer”, puntualiza.
Un comentario similar otorga Maili Torres, trabajadora de la cooperativa Liberpesa, que va hacia la Península, ya que califica el panorama actual como “fatal” debido al escaso control.
La terminal costa otra vez vuelve a ser noticia y esta vez esperan que, finalmente, ya no se estacione el olvido.