La deuda con Durán va más allá de la falta de agua potable

Bajo un intenso sol y con la esperanza de que aparezca un bus de transporte público para trasladarse a la escuela de sus hijos, Lisbel Briones daba gracias a Dios que nos cruzáramos en su camino para llevarla. Y es que su camino no solo era largo, sino con calles llenas de agua empozada, lodo, basura, con obras municipales que, en algunos sectores, no llegan, quedan a medias o son antitécnicas, como lo señalan sus habitantes.

Ocurre en la cooperativa 5 de Junio del cantón Durán, desde donde tantas veces sus vecinos han pedido el auxilio de las autoridades por ser una de las comunidades donde más se inundan en época invernal. Las obras de aceras, bordillos y aguas lluvias no han concluido y, según los moradores, desde hace semanas les han indicado que no seguirán con los trabajos.

“Dejaron todo botado hace casi un mes. Hicieron un hueco aquí y otro allá, y se fueron, ese lodo apesta y estas calles se vuelven un río cuando llueve. Solo en la primera calle arreglaron bonito y creemos que como el señor alcalde ya se va, esto quedará así porque hasta que el otro se posesione pasará un tiempo, y ahora con el anunciado fenómeno de El Niño (de origen climático) será peor, ¡por favor, ayúdenos!”, narra en medio del clamor el morador Adolfo Bazurto, desde el bloque A2, donde sus calles muestran sin hablar las necesidades de sus habitantes.

Un comentario similar expone su vecino Segundo Asqui, del bloque A3. “Me dijeron que no iban a culminar. Nos dejaron el relleno y la tubería para aguas lluvias. Los bordillos estaban ya hechos hace más de un año y ahora hicieron parte de aceras, en la calle pasaron más o menos el rodillo”, cuenta al lamentar también que más adelante de su cuadra las vías están llenas de huecos, lodo y agua estancada. “Quienes están haciendo la obra prometieron el asfalto, pero nada”, añade el hombre.

A su lado, la moradora Teresa Caus resaltaba un pedido de hace años: “Aquí lo que siempre hemos esperado es que nos pongan el agua, tenemos 21 años esperanzados en eso, pusieron medidores por gusto, porque ya se los están robando”, revela al mostrar cómo deben cubrir con pedazos de cemento los nuevos medidores de agua, para que los ‘hacheros’ (consumidores de la llamada droga H) no se lleven las bases y con ello obtener el cobre.

“La señora Arce prometió que tendríamos agua y nada; el señor Dalton prometió lo mismo y nada, aquí compramos a tanqueros. No hay alcantarillado, otros servicios básicos, nada. No tenemos ni el parque que nos prometieron hacer. Todo esto se llena de agua”, añade Caus mientras camina por las aceras que recién se han construido, pero que en algunos tramos ya están dañadas.

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El ingeniero Héctor Velasteguí, director de Obras Públicas del Municipio de Durán, manifestó que por la fuerte temporada invernal los trabajos que se realizan en distintos sectores de las cooperativas 5 de Junio y 28 de Agosto, dentro de la fase 1, se encuentran paralizados. “Por tal motivo, en acuerdo con los contratistas, se decidió trabajar al 25 % de la capacidad operativa, cuando las condiciones climáticas lo permiten, es decir, cuando deja de llover”, informó el funcionario.

Según explicó, la fase 1 en la 5 de Junio contempla la construcción de aceras, bordillos, aguas lluvias (ya instalado) y pavimentación, cuyo costo (en esa fase) es de 3’915.000 dólares.

Y, según detalla, los mismos trabajos se realizan en la cooperativa 28 de Agosto, con una inversión de $ 3’275.000. Una obra que, aunque algunos moradores dicen que va rápida, inició en octubre de 2022, según lo registró una habitante en su celular.

Lisbel Briones lamenta que como consecuencia de esas obras y las que no llegan a otros sectores, como la Hermano Gregorio 2, el transporte público ya no quiere ingresar al sector, dejando a cientos de habitantes sin medios para llegar a sus casas.

“Eso han dejado horrible, por eso los buses ya no quieren venir. Se demoran siquiera media hora a cuarenta minutos. Toda esta gente tiene que caminar cerca de un kilómetro. Los carros no quieren entrar porque está feo”, reitera Lisbel al conducirnos por calles empozadas y llenas de huecos. La “mejor vía”, según la madre, para llegar a la 28 de Agosto, donde los tanqueros tampoco quieren ingresar por los cuantiosos daños que sufren sus unidades. “Los gastos adicionales se suman a daños por destrucción de calles por invierno y en verano por falta de arreglos”, puntualiza Jhonny Reyes, presidente de la Asociación de Tanqueros de Durán.

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Y de eso lo sufre también Mónica Morquecho y sus vecinos de la manzana 6, quienes deben sacar a la esquina sus tanques para coger agua. Las aceras llegaron a la mitad y su calle como otras quedaron muy elevadas. “Una obra antitécnica, uno que no sabe de esto se da cuenta”, comenta, lo que fue observado por un equipo de este Diario y donde varios trabajadores seguían con la construcción, en algunas cuadras de la cooperativa.

Pero Cecilia Reinoso, quien vive en la principal de la 28 de Agosto, hace hincapié en la falta de alcantarillado; y, aunque sus vecinas señalan que los trabajos sí han avanzado más adelante, no ve aún que coloquen tuberías. Solo espera que la obra no quede inconclusa.