Un día para caminar con la mascota y hacerse fotos con la familia en el Malecón
El Club Lobos del Ártico tuvo la primera salida en grupo del año 2021
La ternura también se mueve en cuatro patas, decenas de mascotas del Club Lobos del Ártico fueron la atracción en el Malecón el sábado 13 de febrero. El grupo se citó para realizar la primera caminata del 2021, una jornada que no había realizado desde octubre pasado, porque las restricciones para evitar el contagio de coronavirus incluyó el cierre de los parques.
Tener un perro en casa, más que juegos y paseos
Leer másLas familias que a las 16:30 habían salido a tomarse una foto en las letras gigantes de Guayaquil, que por San Valentín se pintaron de rojo, se deleitaron acariciando a los perros, prácticamente todos de la raza Husky Siberiano, que se caracterizaron por ser mansos y juguetones. Estos, junto a sus humanos, recorrieron el lugar, desde la avenida 9 de Octubre hasta la calle Loja.
Hubo tanto respeto por el lugar y por las otras familias que paseaban por allí que nadie dejó los desechos biológicos de las mascotas. Cada cuidador, como hicieron hincapié a fin de que la comunidad lo tome como ejemplo, llevaba fundas y palas para limpiar si era necesario. A más de uno le tocó hacerlo.
Compartir alimentos con los perros pudo haber facilitado su domesticación
Leer másPara más de una persona fue la primera vez que participaba en una caminata así. “Me enteré del evento por las redes sociales y vi la oportunidad para salir del encierro que nos tiene la pandemia de la COVID-19. Mi mascota, Kiss, y yo necesitábamos ver el río Guayas y árboles”, indicó a EXPRESO Gardenia Quiñónez.
En el club están inscritas unas 50 personas, pero hay quienes tienen más de una mascota.
El líder del grupo es Roberto Navarro, quien relató que no se veían desde hace cuatro meses con sus compañeros y los animales de compañía de estos.
Al final el malecón, uno de los pocos lugares de la ciudad que, al menos el sábado, tuvo peatones circulando, se volvió una pasarela. Cielo se distinguió por su coquetería al caminar; así como Drago, una mezcla de Husky Siberiano con Alaskan Malamute, por su tamaño gigante. No faltaron los juguetones como Max, Jack y Ross, quienes se dejaron fotografiar por los presentes.
Luego de la caminata más de uno de los participantes exclamó que se sentían aliviados, se habían liberado de los “kilos que pesa el estrés” y que habían acumulado porque no había lugares abiertos para hacer este ejercicio saludable.